Alaia del Olmo
Desperté al sentir claridad en mis ojos, intenté abrir pero pude notar que la ventana estaba abierta y el sol pegado directamente a mi cara.
gruñi llena de fastidio.
—Sam cierra las ventanas—Le pedí a mi amiga con los ojos cerrados, intenté pensar en qué momento regresamos al hotel sin embargo ningún recuerdo apareció lo que sí apareció fueron los recuerdos de lo que había hecho en la madrugada, ingiriendo muchísimo alcohol y frente a mí estaba Leonardo.
Quizás había pasado más tiempo del que pensé con él.
Me moví un poco dispuesta a levantarme para cerrar las ventanas de la habitación, sin embargo sentí un cuerpo junto a mí uno que no parecía ser el de Sam, abrir los ojos asustada y casi grité al encontrarme a Leonardo junto a mí completamente desnudo.
¡Esto no puede ser cierto!
Me levanté y me miré, yo estaba en ropa interior y no sé qué significaba eso ¿me había acostado con él o no? llevé mis manos a mis ojos para tallarlos y grité horrorizado al ver dos anillo en mi dedo anular
Mierda nooo!
No
No
No
¿Que es esto?!
— ¿Qué te sucede?— mire frente a mí al hombre desnudo quien me miraba como si estuviese loca, seguramente él va enloquecer apenas le cuente que aparentemente nos comprometimos y nos casamos anoche, quizás solo es un juego y esto no es real quizás no me casé con él ¿verdad?
—¡esto sucede!—levanté mi mano en donde estaban los anillos y prácticamente se lo coloqué en la cara para que lo viera pero él seguía tranquilo y mirándome como si yo fuese loca.
—aún no entiendo qué sucede— me dijo mientras se levantó y me dejaba ver su escultural cuerpo.
No Alaia, no lo mires, desvíe un poco la mirada y recordé el porque estaba alterada.
¡Nos casamos!
— ¡¿Como que no entiendes?! Este maldito anillo no lo tenía anoche ¿Sabes que significa eso?!— Grité fuera de control
— Si, nos casamos anoche — mi boca se abrió ante la impresión al ver como él decía todo de forma tan natural, él no estaba borracho como yo anoche— Mira — camino hacia la mesa de noche y de una de las gavetas sacó un sobre.
tapo si desnudez con una sábana lo cual agradecía debía concentrarme y teniéndolo a él así no era algo que hubiese podido hacer fácil
Últimamente los sobres no me dan buenas noticias, ya no sé si quiero tomarlo o no, aún así terminé agarrándolo, la puerta se abrió asustándome y pude ver a una recién levantada Sam.
Ella también estaba aquí ¿qué mierda habíamos hecho anoche?
Ella diferencia de mí estaba completamente vestida y no sé si es que se había vestido antes de venir por el grito o ya estaba así, ella me miraba nerviosamente lo cual me decía que la única borracha anoche había sido yo y que todos los demás posiblemente habían estado bien conscientes, tal vez podría usar eso como justificación al divorciarme, todos estaban conscientes mientras yo estaba borracha eso no puede ser legal.
No le dije nada ni ella a mí simplemente me senté en la cama y ella se sentó junto a mí, abrí el sobre y comencé a leer.
No puede ser...
Me había casado...
— Ay Dios, si fue de verdad!— Exclamó Sam mientras se levantaba bastante escandalizada.
Pero si ella estaba así imagínate cómo estaba yo por dentro.
Me había casado con un desconocido completamente borracha ¿y ahora que se supone que tendría que hacer? ¿Cómo debo actuar o qué debo decir?
—¿podemos hacer el proceso de divorcio ahora antes de que regrese a mi ciudad?—pregunté
No podía creer que me había casado, yo no quería casarme con un extraño, este no era mi sueño.
— Sigue leyendo Alaia— Me dijo Leonardo— ¿Samantha por favor puedes salir? —le preguntó a mi amiga, mi amiga iba a hablar pero Leonardo siguió hablando — Ignacio te llevará tu hotel y te aseguro que yo mismo me encargaré de llevar Alaia al hotel, ella va a estar a salvo te prometo que no soy un peligro —mi amiga me miró como esperando una respuesta de mi parte, asentí supongo que esto era algo que tendría que resolver solamente con el desconocido, mi amiga terminó asintiendo para luego salir de la habitación con algo de duda creo que yo estaría de la misma forma que ella.
Apenas la vi salir de la habitación comencé a leer de forma detallada la hoja frente a mí y la sorpresa se pintó aún más profundo cuando vi el apellido de él.
¿Era un Lombardi?
No
No
¿cómo era eso posible? se supone que yo conocía a toda la familia lombardi ¿no?
¿Me había casado con algún familiar de mi ex?!
¿Qué tan mala suerte puedo tener para que realmente eso sea cierto? esto debe ser una maldita broma.
— dime que no eras un lombardi — le rogué con voz calmada
— Soy Leonardo lombardi, hermano mayor de Enrique lombardi e hizo de Rodrigo lombardi
Mierdaaa
No!
No!
El hombre frente a mi era nada más y nada menos que el hermano de Enrique
¡Me había casado con el hermano de mi ex prometido!
Que Dios me agarre confesada porque apenas la gente se entere, mis padres se enteren lo que acabo de hacer para allá me van a enviar.
Suspiré sintiéndome totalmente derrotada, por una sola vez que quise alejarme, por una sola vez que no fui la tonta y perfecta Alaia.
—no puede ser—susurre
Leonardo se sentó junto a mí, no dije nada más permaneci en silencio, no sabía que decir.
— ¿Qué es lo que te da tanto miedo Alaia? ¿Tienes miedo de que tu familia se entere?— Preguntó
— no tienes ni la menor idea de quién soy, definitivamente yo no sé quién eres tú, se supone que el señor Rodrigo tuvo un solo hijo ¿qué posibilidad hay de que realmente sea su hermano?
—esa familia no es quien tú crees que es — Me aseguro, lo decía con tanta seguridad que comencé a dudar de lo que sabía de ellos — esa familia no es buena ni es perfecta, realmente yo soy el heredero de toda esa fortuna y adivina quién va directamente a recuperar su fortuna y adivina qué más firmaste Alaia— me entregó otro documento el cual me apresuré a leer.
Había firmado acuerdo de confidencialidad y uno que tenía muchísimas cláusulas entre ellos no podía divorciarme de él al menos que tuviéramos tres años casados
El desgraciado se había aprovechado de mi!
— claramente si sabes quién soy! — me levanté furiosa— te aprovechaste de mí ¿no? ¡¿Qué diablos es lo que realmente quieres de mi?!— pregunté muy molesta no había duda que la suerte había jugado a su favor pero en mi contra.
—quiero lo mismo que quieres tú Alaia — Se levantó y se acercó a mí— quiero vengarme de la familia lombardi pero sé que tú quieres vengarte de tu familia por todo lo que te han hecho— Negué, no quiero vengarme de ellos ¿o si quiero?— te investigué mientras dormías, al parecer mi querido hermanito te dejó plantada en el altar y se casó con tu hermana y tu familia los apoyo
No me digas que la noticia ya se había exparciso
—dime qué quieres de mí Leonardo
Él se acercó lentamente a mí como un león que está acercándose a su presa quizás eso había sido anoche, quizás eso seguía haciendo su presa.
—quiero que nos vengamos juntos ¿no te apetece la idea? ¿no te motiva pensar en que por fin eres tú quien va a tener el poder? imagínate la cara que va a tener mi hermano al ver que te casaste conmigo y tu familia al saber que él no será el heredero sino yo.
No podía negar que su idea era muy atractiva, porque no estar con él aunque sea por la venganza pensar en cómo todos se habían burlado de mí y cómo seguramente lo seguirían haciendo mientras que yo solamente tendría que agachar la cabeza pero ahora tenía otra opción, ahora tenía la opción de levantarla y hacer que ellos la agacharan.
¿De verdad estoy pensando en hacer esto?
Ellos son mi familia
Pero son las personas más me ha humillado en la vida, ellos tenían que haberme protegido, ellos tenían que estar conmigo sin embargo solo me hieren cada vez que pueden
¿por qué debo pensar en ellos?
— Acepto — Susurre