Alaia del Olmo
Me alejé de él, volví a sentarme en la cama y vi cómo el dejaba caer la sábana que cubría su desnudé lentamente
¿que hace?
quise despegar mis ojos de los suyos sin embargo era como si estuviera en una especie de hipnosis.
Alaia basta!
lo vi vestirse mientras yo me tapaba.
—adelante—me dijo lo que me hizo fruncir el ceño—sé que quieres preguntar algo, vamos pregunta lo que quieras que yo te responderé, ahora somos un matrimonio, debería haber confianza entre nosotros
¿confianza?
Me había casado con él borracha y no nos conocíamos, claro que no teníamos ni una pizca de confianza.
tenía tantas preguntas por hacerle pero no podía sacarme una de la mente, la más importante para mí
— ¿tú y yo nos acostamos?—pregunté totalmente roja por la vergüenza.
Una carcajada salió de sus labios lo que me hizo sentir aún más avergonzada todavía.
Ay Dios! Me acosté con él
—¿tan mala persona crees que soy que ando por ahí aprovechándome de las personas sobre todo de las mujeres muy ebrias e indefensas?— Preguntó
Dejé de sentirme avergonzada para sentirme molesta.
—sí te aprovechaste de mí, definitivamente estaba ebria y tú hiciste que me casara contigo y te firmara contrato ¿cómo se le dice a eso?! —le dije levantando un poco la voz más de lo que quería pero no podía evitar sentirme molesta por sus palabras, no podía decir que era una buena persona cuando me había hecho eso.
No me quito la responsabilidad que tengo, no debí tomar tanto.
—te equivocas solamente te escuche, no paraste de decir en toda la noche lo molesta que estabas porque ellos se habían salido con la suya y luego te pregunté quién eran ellos y me lo dijiste, me contaste como tu familia te trataba mal y lo que te habían hecho el hombre con que te ibas a casar, con el gran heredero de la fortuna lombardi que era alguien que tus padres habían aprobado y que por eso te ibas a casar con él y por fin cumplir tus sueños de ser una señora casada y tener tu propia familia—¿Yo había dicho todo eso? ay Dios seguro pensó que era un estúpida, patética—Y entonces ahí lo supe luego que me contaste que tu hermana se había casado con él el día que tú te casarías con él por la iglesia decidí que eras igual que yo y que merecías también vengarte al igual que yo después de lo que esa familia te había hecho también merecen tener su merecido.
Qué patética seguramente fui anoche.
— lo siento mucho— susurré. —yo no quise que eso sucediera ni quise contarte nada de eso.
Él se sento a mi lado
— creo que la vida cruzó nuestros caminos para algo, creo que no te casaste también por algo, no estabas destinada a estar con él, estabas destinada a estar con alguien más, tal vez conmigo—sus ojos grises penetrantes me miraron directamente a los míos, me sentí intimidada claro aún así no deje de mirarlo tampoco me sentía hipnotizada y si soy sincera me encantaba sentirme así ante él.
¿Cómo es que alguien que conoces hace 3 segundos prácticamente pude hacerte sentir cosas que jamás llegaste a sentir en tu vida?
¡¡Ay Dios mío!! estoy loca quizás es eso, quizás todavía estoy soñando y solo... Estoy loca seguro.
—tengo que irme—dije mientras me alejaba lo más rápido de él que pudiera, tenía que mantener mi distancia—supongo que irás a Nueva York cuando llegues allá por favor escríbeme —y sin dejarlo hablar solamente salí corriendo de ahi.
No sabía que me daba más vergüenza si correr por el hotel con una cobija envolviendo mi cuerpo o regresar a la habitación, tomé un taxi, si con la cobija en el cuerpo que me llevó al hotel en el que me estaba hospedando.
Dos días después
Luego de dos días tratando de olvidar lo que había sucedido la primera noche que llegamos a Las Vegas era momento de regresar a Nueva York, no sabía que iba a pasar estando aquí, no sabía si Leonardo iba a escribirme si al final sí iba a tener que pedir el divorcio, estaba abierta las posibilidades después de una larga charla con Samantha ella creía que lo mejor era que me quedara con él después de todo él tenía razón, él podía darme el poder y nada más que ver humillar a esa gente que no tú dudaba ni un segundo en humillarme a mí.
Al bajar del avión privado sonreí al ver a Santiago, ambas nos acercamos a él para abrazarlo.
—no puedo creer que ya esten aquí pensé que se iban a tomar al menos una semana, merecían esa semana y sinceramente hubiese sido lo mejor — dijo mientras nos abrazabambas al mismo tiempo.
—nos hubiese encantado pero ambas tenemos trabajo— Dije, ante todo responsables, aunque Sam había insistido también en quedarnos y trabajar desde aquí la verdad es que ya quería salir de todo este show.
había visto en las noticias que los tortolos habían llegado al país, supongo que mientras más rápido se salga de esta situación más fácil será mi vida, al menos eso quería creer.
— lo sé tengo unas niñas muy responsables y estoy muy orgulloso de ustedes, pero mi niña mereces un tiempo lejos de todo el caos — Dijo mientras colocaba su mano en mi rostro.
suspire y negué.
el trabajo definitivamente me caería de maravilla, me mantendría entretenida.
desde que salí de la universidad trabajaba para Santiago, tenía diversas empresas, cuando le fue bien en su primer negocio invirtió en todo lo que pudo y ahora estaba en la lista de los hombres más ricos del mundo.
Samantha era abogada y ella se encargaba de llevar el bufet de su padre yo por otro lado era la vicepresidenta de la empresa de arquitectos, ejerciendo mi profesión
Él decía lo tranquilo y orgulloso que se sentía con que ambas lleváramos una empresa cada una y no había duda que yo me sentía sumamente agradecida porque él me acogía como una hija más.
Los tres nos subimos a la camioneta negra que esperaba por nosotros.— Y entonces cuéntenme ¿qué tanto se divirtieron en Las Vegas?— Preguntó con una sonrisa.
Bueno solo terminé casada con un desconocido, que luego me enteré era Leonardo lombardi el cual viene directamente a destronar a su hermano y Rodrigo, me pidió que fuese parte de su venganza y me vengará de mi familia solo eso de una vez.
Casi nada...
Samantha y yo nos miramos y ella no pudo evitar reír mientras que yo sinceramente me sentía algo avergonzada, el había pagado un viaje que yo había destrozado por completo.
— te aseguro papá que fue un viaje muy interesante, Alaia tuvo tiempo de pensar y de distraerse
— Lo importante es que se hayan divertido mis niñas
Si, divertido