Alaia del Olmo
Leonardo apareció mirándome de forma extraña no dije absolutamente nada puesto que me sentía avergonzada ya que sabía había escuchado absolutamente todo, se acercó a mí y a acarició mi rostro levemente con sus dedos lo dejé hacerlo.
— no mereces ser tratada de esa manera Alaia, no deberías dejar que ella te trate de esa forma— me dijo esta vez con una voz suave.
suspiré.
mi madre siempre había sido de esa manera así que este comportamiento de su parte para mí era muy común
— creo que ya estoy acostumbrada
Estábamos tan cerca que podía sentir su respiración, podía oler esa menta fresca salir de su boca, podía percibir aquel delicioso y embriagante perfume, y en ese momento me dediqué a detallarlo solo un poco más, aquella barba tan delicada que lo hacía verse tan va
