Alaia del Olmo Un taxi pasó por mí y me llevó directamente hacia mi apartamento, Sam quería hablar con Santiago así que les había dado su espació. Tomé una ducha, me coloqué el mejor vestido que tenía en mi clóset quería verme espectacular. Estaba cansada de todo esto, estaba cansada de las humillaciones y de que creyeran que pueden pasar por encima de mí. Escucha el timbre sonar cuando estaba colocándome mis aretes, así que tomé mis tacones y bajé corriendo las escaleras para poder abrir la puerta Ahí estaba Leonardo mirándome con una sonrisa — déjame decirte lo hermosa que te ves Alaia — Sonreí ante su halago, no estaba acostumbrada a escuchar esos halagos — Muchas gracias ya estoy casi lista, solo debo ponerme mis tacones y ya Camine hacia el sofá, me senté y me coloqué l

