—¿Estás bien con esto? —preguntó Ángela a su ahora cuñada. María asintió desde la cama detrás del escritorio donde su amiga trabajaba en un proyecto de nuevo semestre. —Yo no le veo el problema —aseguró la joven que, con las piernas cruzadas al frente, mecía sus pies de un lado al otro. —Tienes dos meses de novia con él, un viaje juntos ahora mismo es mucho, ¿no crees? —alegó la rubia y María rio burlona. —Tranquila, señora moralidad —dijo la morena logrando una queja de su amiga—. No es como que tengamos poco de relación, somos novios hace poco, pero nos conocemos de toda la vida, creo que ambos sabemos quién es el otro y qué esperar de él, además, es un viaje escolar, estarán mis amigas, sus amigos y algunos profesores, también. Estás exagerando. Ángela suspiró y María bufó una

