Capítulo 3

528 Words
- Hace buena noche para caminar. ¿Damos un paseo? - Me dice mirando al cielo. - Tú no estás bien de la cabeza. - Es un barrio peligroso y aparque cerca de tu casa. ¡Madre mía! Este chico es incansable. No me importaría que me acompañase, pero no creo que se merezca esa oportunidad después del trato que me ha dado desde el principio. - ¡Daphne! - Escuchar mi nombre me saca de mis pensamientos. - Está bien, puedes acompañarme. - ¡Genial! - Dios mío ayúdame, esa sonrisa de nuevo. - No te emociones tanto, quiero que me digas como conseguiste mi teléfono. - Soy policía ¿recuerdas? - Cierto, pero no sabías mi nombre. Me vuelve a sonreír con esa sonrisa suya tan picaresca. - Tengo mis fuentes, además mis compañeros ya sabían tu nombre. - No has jugado limpio conmigo. - Tu tampoco eres una santa. - Le miré como si quisiese fulminarle en un solo segundo. - Me refiero a que no me has dado las gracias por ayudarte a recoger tus cosas del suelo. - Vuelvo a fulminarle con la mirada. - ¿Por qué eres tan borde? - ¿Que yo soy borde? - Si, no me has hablado bien en el bar. - Dice mirándome de reojo. - Creo que nuestra charla se ha terminado por esta noche. - Suspiro cansada de sus ataques. - Otra vez más vuelves a ser borde conmigo. - No tengo porque ser simpática contigo salvo que estés de servicio y lamentándolo mucho no te veo vestido de uniforme. - Si llevase el uniforme te aseguro que ya habrías recibido una buena sanción. - Madre del amor bendito, este chico no tiene filtro. - ¡Vaya! ¡La señorita contestona se quedó muda! - Comienza a reírse de nuevo. - Menos mal que no queda mucho hasta tu coche. - Menos de lo que me gustaría. Mi cabeza era un cúmulo de pensamientos. Realmente el no parecía un mal tío, pero se estaba pasando de listo conmigo. Una de las frases de mi abuela me vino a la cabeza “Quien con fuego juega, acaba quemándose” y Hugo quería jugar así que lo mejor era jugar. - Ahí al fondo está mi coche. - Señalando el último coche. - ¿Me vas a acompañar? - Le miré con cara de pocos amigos. - ¡Vamos Daphne! No es un barrio seguro. - No. Eres policía. No te va a pasar nada. - Seguro que el paseo hasta el coche te va a gustar. - Sus ojos desprendían picardía a raudales. - En serio Hugo, estoy agotada, entro en casa. - Su cara se volvió más seria. - No deberías trabajar en un pub. - Me decía mientras caminaba de espaldas hacia su coche. - Necesitaba trabajar. - ¿Y tu trabajo anterior como peluquera? - Ese tema no es asunto tuyo. - Su cara vuelve a ponerse seria. - Hasta mañana Daphne. Le miro con cara de pocos amigos y entro al portal sin responderle. Cuando llego a casa me asomo por la terraza. Miro hacia su coche y él sigue ahí.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD