3. Nuevo Puesto

1292 Words
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. [Robert Hal] Al salir de la oficina de la madre superiora, me llevó a dar un recorrido por el colegio, me habló sobre las diferentes aulas, sobre el pequeño internado que manejan, donde se quedaban algunas alumnas a vivir, ya que sus padres vivían en otras ciudades o se la pasan viajando por negocios, sentí un poco de lastima, se debe sentir uno muy solo por el abandono de sus padres, después me mostró el invernadero, la pequeña cafetería y el amplio comedor, la gran biblioteca, la capilla, los jardines traseros, el salón de profesores y por último, después de recorrer un largo pasillo, con muchas puertas a los costados, mi habitación, la cual era la última. La hermana Mary Clarence abrió una puerta gruesa de madera en color rojo, fruncí un poco el ceño, no había ventanas, solo un tragaluz en la parte superior de una pared, al entrar pude notar que mis maletas ya estaban aquí, la hermana Cristina y Omar debieron dejarlas cuando me entretuve hablando con ella, la habitación contaba con una cama individual, no muy grande ni tan pequeña para no entrar en ella, con respaldo amplio y tubular, arriba de él, un cristo crucificado, un buró a cada lado de la cama, arriba de ellas una lámpara, conectores de luz, un reloj de manecillas pegado a la pared de enfrente, un pequeño sofá y un librero, el pequeño armario se encontraba oculto, donde se encontraban perfectamente doblado mi uniforme, el cual consistía en un suéter en color gris, una camisa de manga larga en color blanco y un pantalones en color n***o, además de varios cuellos clericales para colocarme en la camisa, había también cajones y gavetas, al menos el baño era más amplio, tenía regadera, tina y un espejo de cuerpo completo y todo lo necesario para darse un buen baño, lo cual agradecí por completo... Acomodo mi ropa en los cajones del armario, y cuelgo lo necesario como suéteres y ropa formal, saco una pequeña mochila que me entregó la hermana Rose Mary hace unas horas con algunas de mis pertenencias personales, guardo los libros que la madre Mary Clarence había dejado para mí y el resto de información sobre los alumnos que dejó sobre la mesa del peinador, entro al año y me veo en el espejo, me quito la ropa y me coloco ropa un poco más cómoda, todo se siente tan extraño, como si fuera la primera vez que vengo a este lugar, la hermana Rosemary me había comentado que yo viví aquí antes de ese accidente, que tal vez al encontrarme con mis pertenencias o con los lugares que había visitado mis memorias volverían, pero… no, nada viene a mi mente, cuando la cabeza comienza a doler, decido que es mejor recostarme y tratar de dormir, mañana será otro día…. Colegio Santa Catalina, San Francisco, Tiempo Actual —buenas tardes chicos— les digo a mis alumnos con una sonrisa, ellos sonríen también y se acomodan en sus asientos —abran sus libros en la página doscientos treinta y dos— les digo al mismo tiempo que comienzan a abrir sus libros Desde hace cinco años estoy haciendo lo mismo, soy profesor de español, celebro las misas los domingos, hago bautizos, confirmaciones, bodas y comuniones, confieso los jueves por las tardes y tengo talleres para matrimonios los sábados, en estos cinco años eh aprendido de nuevo a orar, a celebrar las misas, no eh recordado nada, pero gracias a Dios y a la ayuda de las hermanas pude recuperar mi confianza, me esforcé para recuperarme, le entregue mi vida a Dios y él me ayudó para poder salir adelante, por desgracia hace dos meses la hermana Mary Clarence nos dejó, sufrió un infarto fulminante, ya era de edad avanzada y su salud estaba comprometida, así que nos hemos dirigido solos desde entonces, puedo decir que soy feliz, aunque en las noches, mi mente divaga en lo más profundo, eh soñado con voces, con rostros de personas, con situaciones extrañas, sé que soy yo porque me veo a mí mismo, pero no soy yo porque tengo otro nombre, me llaman por otro nombre y… —padre ¿estará con nosotros en la graduación? — la voz de una de mis alumnas me saca de mis pensamientos, abro los ojos y pestañeo para salir de mi trance —¿me preguntaste algo? — le pregunto de nuevo, ella ríe y mira a sus compañeros —que, si estará con nosotros en nuestra graduación, faltan algunas semanas y bueno… solo era una duda que nos surgió— dice ella un poco apenada, suelto una carcajada y asiento —eh estado con ustedes desde hace cinco años, claro que tengo que estar ahí, estoy muy orgulloso de lo que han logrado— les digo sintiendo un poco de nostalgia, eh crecido con ellos y están a nada de irse a buscar una universidad. Después de dos horas de clase, fui llamado por la hermana Rosemary a la dirección, al llegar, la encontré sentada en la pequeña salita que conectaba la oficina con la recepción, frunzo el ceño y ella al verme se pone de pie —padre Hal, quisiera hablar con usted un momento— me dice al verme, sonríe y asiento. Entramos a la oficina de la hermana Mary Clarence, frunzo el ceño al ver que las pertenencias de la hermana Mary Clarence ya no están, miro a todos lados, ni sus libros, ni sus fotografías de sus viajes, ni sus armarios antiguos, todo es diferente —pero que ha pasado aquí, ¿Por qué todo está tan vacío? — pregunto viendo el escritorio vacío también La hermana Rosemary sonríe, al mismo tiempo entran a la oficina las demás hermanas, Cristina, Mary Elizabeth, Omar el sacristán, profesores y algunos alumnos, paso saliva —padre Hal, queremos ofrecerle… la dirección de este colegio, queremos que usted nos dirija ahora, hace cinco años cuando lo encontr… cuando volvió a nuestras vidas, usted al principio se mostró un poco distante, sabíamos que eran los nervios y la preocupación, pero… poco a poco fue ganándose el amor de todos aquí, nos ayudó con el pueblo, ayudó a los feligreses más necesitados, la hermana Mary Clarence tenía la seguridad de que usted nos iba a dirigir con esa fe en Dios que tanto necesitamos— dice ella sonriente, la propuesta me había caído de sorpresa, sentía alegría en mi corazón, no podía dejar de sonreír —bueno yo… no se que decir, les agradezco este voto de confianza que me brinda— digo un poco nervioso, quería llorar, sentía un nudo en la garganta La hermana Rosemary tenia razón, al principio yo era una persona seria, estricta con mis alumnos, me ponía nervioso al realizar las misas, tuve que estudiar mucho, como si fuera la primera vez que hacía todo, ellas me ayudaron mucho, fueron pacientes conmigo, no tarde mucho en aprender, pero ahora… ¿ser el director? —no hay nadie mejor para el puesto padre Robert, sabe algunos temas administrativos, los alumnos lo estiman, los padres de familia igual, el pueblo entero confía en usted, nos ha demostrado que merece este puesto ¿Qué le parece? — me dice la hermana Rosemary con una sonrisa demasiado amplia, no puedo creerlo, suelto una risa nerviosa —¡vamos padre Hal, acepte! — gritan varios alumnos, haciendo que mis nervios aumenten, mi corazón quiere estallar de alegría, después de pensarlo un poco tomo la decisión —muchas gracias por confiar en mi, agradezco a Dios que las puso en mi camino para salvarme la vida y poder regresar, los considero mi familia, sin ustedes yo no sería nada, así que… acepto…
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