Capítulo 4

1035 Words
Cuando cumplí mis dieciocho años, conseguí un empleo temporal en un local de comidas rápidas de la ciudad y ahorré algún tiempo mientras tenía el dinero suficiente para llegar a otra ciudad, instalarme y finalmente encontrar un empleo nuevo. No sólo habían cosas nuevas para mí; mi madre logró superar la pérdida de mi padre y se aventuró a conocer a alguien más y empezar una relación. Por suerte, este nuevo hombre llamado Frank, era un buen partido para mi madre, no era alcohólico, nos trataba como si fueramos su familia de toda la vida y mi mamá estaba muy feliz por estar reconstruyendo su vida ahora, obviamente Frank tenía mi aprobación y yo estaba muy feliz por ver cómo las cosas mejoraban después de todas las adversidades y cómo nos habríamos camino para renacer después de la tragedia familiar vivida. Cierto día cenando con Jane y su novio Frank, abordamos nuevamente el tema de  partir del país, además la pareja de mi mamá me propuso darme una ayuda económica cuando decidiera marcharme para así hacer un poco más fáciles mis planes. Conversando, les comenté que me gustaría mudarme a Oklahoma, estudiar mi carrera de química y allí empezar una nueva vida. La verdad es que sentía un poco de temor por empezar de cero en un lugar distinto al que había sido mi ciudad por diecisiete años y por estar sola sin mi  madre pero también estaba segura de que Frank cuidaría de ella y haría lo que mi padre nunca pudo, así que me sentí demasiado optimista frente al tema y recibí todo el apoyo que necesitaba por parte de mi mamá y su novio. —Nunca dudes en seguir tus sueños —mencionó Frank—, eres muy lista y serás alguien grande en la vida.  —Además, sabes que aquí siempre encontrarás con quien contar, nunca lo olvides mi pequeña Kris —refirió mi madre. —Claro que no pasaré por alto lo que me dicen —mencioné—, sé que puedo contar con ustedes, muchas gracias. —Además, será una nueva oportunidad para que intentes conseguir amigos quizás, o un novio, ¿no te gustaría? —cuestionó mi madre. —Ja,ja. No mamá, no voy con esas ideas, realmente disfruto estar sola y lo sabes.  —Pero no te cierres por favor, nunca es tarde para intentarlo. —Exacto Kris, nunca es tarde, sino mira el espejo de tu madre y yo; estamos juntos y felices, haciendo nuestra vida después de que tu madre antes pensaba que no podría estar con alguien más de nuevo —agregó Frank. —Ya les dije que esa no es mi idea de comenzar de cero, aunque podría considerarlo en un futuro tal vez. —Apuesto a que llegarás y en menos de una semana nos llamarás para contarnos que conociste a alguien y te enamoraste —bromeó Frank. —¿Quieres volver esa apuesta dinero, o te asusta perder contra mí? —respondí, bromeando también. —Yo te aconsejaría que nunca hagas apuestas con Kristen —refirió mamá. —¿Nunca? ¿por qué? —preguntó Frank con sorpresa. —Sí, es muy lista, su fuerza de voluntad es muy grande y siempre puede conseguir lo que quiere. —Bien, no haremos ninguna apuesta, pero estoy seguro de que llamarás a decir que te enamoraste. —reiteró Frank. De este modo transcurrió el resto de nuestra noche; conversando sobre lo que quería para mi futuro, bromeando un poco y sintiendo el apoyo de Jane y Frank como nunca antes lo había hecho. A decir verdad, me sentí muy motivada al tomar la decisión de marcharme, además me sentí un poco más independiente —aunque siempre me había considerado así—,  y sería una experiencia nueva donde nadie sabría nada de mis inicios, nadie me consideraría “la rara” como siempre, o al menos eso esperaba. Pasaron entonces algunos meses y finalmente llegó el momento de partir hacia Oklahoma. Mi madre y su pareja Frank, me llevaron desde nuestra casa hasta lo que sería mi nuevo hogar, me ayudaron a arreglar mis pocas cosas en un apartamento que renté con el dinero que me brindó como ayuda Frank, luego fuimos de compras y allí me regalaron utensilios para mi casa y en especial para la cocina, también fuimos a comer y a comprar alimento y demás para las primeras semanas mientras encontraba un empleo. Finalmente, tuvimos una despedida algo emotiva —sí, el hecho de que en cierta parte fuera una criminal, no era impedimento para tener sentimientos hacia ciertas personas— pero,  ¿adivinen qué?, Babou se mudó conmigo, obviamente no dejaría en Filadelfia a mi pequeña compañía de cuatro patas y mi único amigo hasta ahora.  La primera noche en Oklahoma, no fue la mejor para mí. A pesar de toda la motivación que sentía, era algo completamente nuevo para mí, nunca me había separado de mi mamá, y mucho menos había salido de mi ciudad. Estuve entonces esa noche algo desvelada y recuerdo que fumé casi una cajetilla completa de cigarrillos por la ansiedad que sentía en el momento y logré conciliar el sueño después de que Babou se posara sobre mi pecho y me diera cientos de besos en la cara, como si supiera lo que estaba sintiendo e intentara ayudarme a sentir mejor. Al siguiente día despertamos alrededor de las 9:00 a.m, y salimos a dar un pequeño paseo por el vecindario para familiarizarnos un poco con el lugar. Todo se veía tranquilo y acogedor, la gente se veía amable y hasta ese momento no recibí ninguna mirada extraña a pesar de ser forastera allí. Babou, también parecía a gusto en su nueva casa y vecindario pues mientras dimos el corto paseo, consiguió unos nuevos amigos que jugaban en un parque cercano en compañía de sus dueños. Cuando regresé a mi apartamento, me dispuse a buscar por internet qué universidades se encontraban en Oklahoma y cuál sería la mejor opción para empezar a estudiar lo que siempre me había gustado; química. Además, tenía el potencial para arriesgarme a estudiarla, así que después de buscar y mirar las opciones, decidí inscribirme en la Universidad de Oklahoma City.
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