IN SECOND LIFE

AL OTRO LADO DEL ESPEJO

Ya lo debiste haber descubierto listilla. - Me suelta Giovanny en voz baja. - Ahora debemos llegar hasta la primera ciudad, Spectra, para tener acceso al correo interno de los avatares.

- Elemental, mi querido Wattson,- le contesto- pero antes necesitamos formar un equipo. Y tú ya has visto que eso de la socialización no se me da muy bien.

-Ya me hice cargo de ese detalle. Tenemos un equipo. De hecho, te informo que acabas de pasar el examen de entrada con honores. Has conocido a nuestro bárbaro, Pietro Cerberus. Tiene un carácter muy particular. Espero que aprendas a llevarte bien con él. - Comenta maliciosamente, mientras lo miro con cara de pocos amigos. -Déjame presentarte al resto de la pandilla.

Señala a otro par de extravagantes personajes al lado de la mole tatuada. Un chico alto y delgado de largos cabellos azules y piel blanca se me queda mirando sin demasiado cortesía con sus ojos amarillos de gato sin pronunciar una palabra. Creo que me va a caer bien, adivino. Lleva una traje oscuro muy sencillo, sin armadura, a excepción de unos protectores de cuero en los antebrazos y una capa verde oscura. Hace un imperceptible saludo y sigue en su ensimismamiento.

- Bueno, Silvanus no es muy comunicativo. -Lo excusa mi compañero. Junto al grandulón permanece otro chico envuelto en una capa muy elegante de color dorado, camisa blanca y pantalones negros con zapatos lustrosos, una sonrisa deslumbrante y unos ojos a juego color caramelo como su cabello tipo pantene, me hace una venia. Se vería como el chico perfecto de la portada de Teens , si no fuera por el extravagante sombrero de copa que se ha quitado de la espesa cabellera para saludar. El brillante espécimen me sonríe de oreja a oreja y se presenta.

- Soy Bran, el sombrerero. Espero que no se haya ofendido por el recibimiento. Solo fue una pequeña broma de bienvenida. Cerberus es un poco temperamental y no suele aceptar bien las negativas. Pero usted le ha dado una lección de cortesía, milady-.

Con la última frase se arrodilla más teatralmente que Giovanni y me besa ligeramente la mano. Vaya, con tanta ceremonia, me digo un tanto nerviosa por el singular comportamiento y retiro la mano con más rapidez de lo que sería normal.

- No es necesario el tratamiento tan formal. Puede llamarme Alice sencillamente, nada de "milady ", no me siento cómoda con tanta cortesía. -.

Estoy acostumbrada a tratar con hombres desde pequeña. Soy la hermana menor de cinco hermanos, además de pasar ya tres años en la unidad policial y dos de entrenamiento que me han forjado el genio asesino que tengo y una particular brusquedad en el trato con el género masculino. Una chica en reino de hombres debe hacerse valer, así que nunca desarrollé mi lado femenino realmente, ni me hizo falta.

-Ahora que me doy cuenta. ¿Dónde está esa pequeñuela de Ariadne? -. Miro para todas partes, buscándola. Y ella aparece a mi espalda, tras Giovanny, haciendo cara de inocente, como si no me hubiera abandonado a mi suerte hace un momento.

-Veo que no necesitas mi ayuda, Alice. Te has unido a un grupo de aventureros con gran rapidez y empiezas a conocer tus nuevas habilidades sin más instrucciones. Me tienes impresionada; sin embargo recuerda que estaré siempre cerca de ti, cuando realmente estés perdida, llámame. Me sonríe descaradamente, saca la lengua y desaparece entre la gente.

- ¿Quién era la chiquilla? Me pregunta curioso Giovanny, al verla alejarse.

- Es Ariadne, la AI interface. Tú mismo me habías hablado de ella. ¿No la habías visto tú también al entrar al juego?-.Le respondo.

- No. Solo escuché la voz de introducción estándar en la configuración del avatar. Qué evento tan particular.- La AI no suele manifestarse físicamente a los jugadores-. Me comenta, mientras parece meditar algo más profundo para sí mismo el asunto. 

- Bueno, no importa. Lo tomaré como un buen augurio para nuestra primera misión. - Sentencia- Igual, no te alejes de mí, ni un instante mientras estemos en el juego Alice-. Me aconseja fijando sus ojos azules en mi rostro con cara de seriedad por un segundo, luego suaviza la mirada y me da una fuerte palmada en la espalda arrastrándome junto con el resto del grupo.

- Avanzaremos hasta la próxima ciudadela. Relájate. Necesitamos conseguir algunas provisiones, no será más de una o dos jornadas de camino-.

- No tenemos tanto tiempo Jhon, me corrijo, Giovanny. Debemos trabajar en el caso.

- Estamos avanzando en la misión Alicia, y recuerda que el tiempo no pasa aquí como pasa en el mundo real. En esta plataforma podemos permanecer por sesión alrededor de 6 horas del tiempo real que serán como tres días en este mundo virtual. No te preocupes. Hay suficiente tiempo para llegar a la primera ciudad y buscar los contactos.

-¿Qué cuchicheáis entre vosotros, tortolitos? Interfiere de pronto Cerberus metiéndose en medio con un no muy delicado empujón a Giovanny. Parece que ha olvidado ya nuestro rudo trato anterior y no parece lastimado seriamente.

- Me debes un beso, princesita. He debido gastar una poción restauradora para arreglarme las magulladuras.

- Puedo hacerte gastar más que una poción si prosigues con tu acoso, grandulón.

-Calma, calma. No te enfades tan pronto, preciosidad. Ya caerás en el infalible encanto de Kero-. Me toma la punta de la trenza con suavidad y la suelta, ante de que le alcance con un codazo en las costillas. 

-Cuidado, que quema. -Le aconseja Giovanny-.-Ya vamos, Kero, es mejor que salgamos una vez hecha las compras. - Se dirige a Bran que camina un poco atrás de nosotros, levantando miradas de admiración de muchas damas, seguido del enigmático Silvanus.

-¿Bran, quieres encargarte de las provisiones y la misión? Yo compraré las pociones con Kero y Alice.

- Me parece una magnífica idea. Nos vemos en la puerta de salida a los jardines en media hora.- Responde Bran con una sonrisa que saca suspiros a dos metros a a la redonda.

El grandulón Cerberus, con su sonrisa afilada parece contento de entrometerse en nuestra conversación, así que no podemos proseguir con la discusión que queda suspendida por el momento. Decido entonces aprovechar para conocer el mercado.

- El bazar de palacio, es un lugar lleno de todos los objetos que te puedas imaginar, dulzura. Me comenta Cerberus, con voz de tarro y tono de entendido, para llamar mi atención. Parece saber muchas cosas del lugar, así que aprovecho para sonsacarle información.

- ¿ Cómo qué cosas? Le pregunto e intento controlar el fastidio que siento al caminar al lado del Don Juan Megacrecido de Kero. Claro a una distancia segura.

Al acercarnos al sitio, huelo con sorpresa por primera vez los efluvios que me llegan del callejón donde comienza el mercado, bajo un ala del palacio contigua al inmenso vestíbulo donde nos encontrábamos. Allí se arraciman infinidad de tiendas de una variedad increíble de objetos a la venta. Comidas, panes, carne en salazón, cardamomo, canela, limón, toronjas, manzanas, jamones, dulces y nueces que me recuerdan por alguna razón que estoy hambrienta. Esto es muy extraño para una realidad virtual. También hay hierbas, polvos extraños y frascos con extraños y desagradables contenidos. Armas, escudos, capas, jubones en un lado de la calle. Como me pica el hambre y la curiosidad, le pregunto a Giovanny si puedo probar algo de comer, pero él se ha quedado discutiendo con un vendedor de polvos y mejunjes que hieden fatal y no me presta atención . Supongo serán las pócimas; en cambio me responde Kero muy solicito, quien gruñe a un vendedor de dulces cercano y me extiende una manzana confitada que cambia por unas monedas de cobre. 

- Aquí tienes. Puedes probar lo que quieras. En este mundo tenemos percepción del gusto así como táctil. También podemos sentir la temperatura. Incluso dolor o placer.- Y hace énfasis en la última palabra mientras me mira significativamente. -Yo te daré lo que desees, caramelito.

Yo me quedo mirándolo con cara de ira. Resoplo. Parece que este es medio masoquista, no le basta con la tunda de introducción. Pero no me ha tocado un pelo, así que lo dejo pasar y tomo la fruta de sus manazas que son enormes como platos.

- Gracias, grandulón. Pero déjate de zalamerías y miraditas que no las soporto. Basta con que me llames Alice y me consideres otro chico más del grupo, por tu propio bien.- Le doy un mordisco a la manzana virtual y quedo suspendida por la sensación de dulzura y crocante frescura por un segundo. Esta sabe igual que las manzanas que solíamos comprar en la feria con papá, cuando era muy pequeña. 

- No puedo creerlo. Realmente sabe delicioso. Sigo masticando la manzana mientras damos vuelta al bazar. Mas hay algo de sus palabras y de esta experiencia que me preocupa. -Kero, dices que el dolor también lo sentimos. Dime ¿Qué pasas si nos matan?- Le pregunto. -No puedo dejar de pensar en la posibilidad de daño real, aun cuando esta sea una realidad virtual. Todo parece tan verdadero, que te deja confuso-.

- Que va a suceder mi manzanita confitada. - Lo miro con cara de enojo y reconsidera- digo, Alice, pues que sientes un gran dolor y luego lo olvidas. Caes en la nada. Tu avatar queda inutilizado y debes crear uno nuevo desde cero. Pero no te preocupes de eso, yo no voy a permitir que te toque nadie más.

-Gracias por la información Kero. Y puedes mantener tus manos alejadas de mi trasero también. -Le digo al tiempo que le doy un golpe seco con la parte plana de la espada en las costillas, para que tome conciencia de sus manos y las deje en lugar seguro y visible. 

- Auchh, mi fosfórito. No te enojes. - Se queja el gigantón, sobándose el costado; pero ya sin enfurecerse toma una distancia cortés de mi trasero.

-Parece que ya se llevan bien-. Escucho de la voz de Giovanny que se acerca y nos alcanza. - Logré conseguir un buen descuento en las medicinas.- Vamos Alice, préstame algo de tu dinero. Yo me he quedado ya en bancarrota.

Yo me reviso los bolsillos. No lo había notado, pero tengo una bolsita en el pantalón. Lo saco y veo que contiene un montoncito de monedas de cobre. Giovanny lo toma sin dejarme reaccionar y se lo guarda.

-Con esto tendremos para los viveres. Espero que consigamos algo más al llegar a Espectra -. Temo que comas como un demonio incluso en el mundo virtual-.

Nos dirigimos al fondo del mercado y llegamos hasta una puerta tan enorme como el arco del triunfo, pero empotrada en las altas paredes del palacio, que me parece cada vez más enorme. Al fondo se ve un jardín soleado y en el horizonte un bosque muy tupido. Junto a la puerta esperan Bran y Silvanus con cara de estar esperándonos.

- Así que al fin han llegado. Pensé que se habían perdido- Replica Bran con una sonrisa que parece que nunca lo abandona. - Vamos, he comprado provisiones de boca y reclamé la misión en la cofradía de la fuente. Bastará con que entreguemos un paquete en la ciudad para cumplirlo. Tenemos suerte, adelante-. Nos muestra un paquete no muy grande, cerrado con laca y sello. -Solo me recomendaron no abrirlo bajo ninguna circunstancia y entregarlo a tiempo. Tenemos dos días. -Giovanny entonces saca un extraño reloj de su bolsillo, observa las manecillas, como haciendo mediciones y resuelve. -Llegaremos a la ciudad en una jornada si partimos ahora y no hay contratiempos. Perfecto. -y emprende la marcha, solo le falta dar saltitos y tener orejas largas para confundirlo con el conejo de la reina roja. De hecho me extraña, con el carácter de Jhon que en la vida real es más taciturno y no me importista, este es mucho más social y emprendedor. Bran sonríe más ampliamente si eso fuera posible y me invita con una floritura de su bastón a seguirlo. Lo interrumpe el gigantón.

- Camina corazoncito, yo voy detrás de ti. - Me susurra con su vozarrón de pretendiente acatarrado Kero, al tiempo que yo evado sus manos que intentan darme un empujoncito donde termina la cintura. 

Silvanus, observa silencioso el cuadro, escupe al suelo y decide cerrar la comitiva a varios pasos de distancia de todos.

- Aquí voy. Lo que se hace por el deber. - Me digo resignada y apresuro mi paso para ir junto a Bran, que me parece mantendrá a Kero a raya de sus avances amorosos por un rato al menos.