HUELLAS EN LA ARENA

1721 Words
-A veces, me gustaría saber que piensas-. Pregunta el detective Jhon, absorto en la contemplación de la mesera rubia que toma la orden. Mi compañero de trabajo se ve hoy muy tranquilo con su corbata bien anudada, está sentado al lado mío frente a la barra del café Memos, mientras la mañana transcurre bulliciosa más allá de la vidriera. Por la calle pasan los autos, las personas con sus vidas felices y monótonas, los chicos para la escuela con su aire de vida inocente, las mujeres de tacones vistosos con sus bolsos de marca, los hombres con aspecto de llegar tarde a todas partes...Bostezo. Al fin contesto con mi habitual finura: -Sea que me preguntes a mí o a la mesera rubia, apostaría que estamos de acuerdo: pensamos que eres un idiota-. - Gracias. Siempre tan sincera-Responde con una sonrisa mordaz. -De nada, mi dulzura es gratuita y natural. Pásame la ketchup-, le contesto. -Aquí la tienes. Ahora, puedes dejar de gruñirme y me cuentas qué le pareció al jefe lo que contenía la memoria del movil que recuperamos en la visita de ayer-. Jhon carraspea y bebe un sorbo de su café americano. Parece orgulloso  de su parte en el botín conquistado. Seguro que se ha levantado esta mañana de buen humor después de haber pasado, adivino, porque lleva impresas las huellas de un chupete en el cuello que no ha podido ocultar con el cuello de la camisa, una salvaje noche con la tentadora ama de llaves que nos topamos ayer. Muerdo un buen pedazo del hot dog y me relamo la mostaza de las manos sin ninguna consideración por los modales. Debo ser la única loca que desayuna así en la mañana, pero tengo el horario un poco trastocado. Me consuelo con un buen hot dog, al menos esto. No he podido llegar a tiempo a casa para ver el partido de baloncesto. Al fin, después de media noche logré tumbarme a dormir como una roca. Todo por llevarle las muestras que recogimos ayer a los investigadores forenses y el celular al ingeniero del departamento. - Ok. Te cuento si pagas la cuenta del desayuno, galán. - Respondo.  -Muy bien, acepto, para  que veas mi generosidad-. -Perfecto. -resuelvo en mi interior- Llamo a la mesera que viene dando saltitos en sus altos tacos rosas, - también pediré  un mocachino, unos panqueques con miel y crema chantillí, ahhh y unos huevos revueltos con tocino-. La chica anota y se aleja de nosotros de nuevo con su paso característico que hace que su redondo trasero se bambolee al ritmo de un chacha cha imaginario. La rubia mole masculina sentada a mi lado lanza un silbido bajo, por un momento parece sorprendido, mientras sigue con los ojos el ritmo de las caderas de la muchacha. Me pregunto porqué está más admirado, si por la danza de la mesera o por mi amplio apetito matinal. -Bueno, como decía, -vuelve a tomar otro sorbo de café oscuro sin azúcar- dime, ¿qué quiere el jefe?- - Pues,¿ qué va a querer?, señor benefactor. Esta mañana me he reportado  en la unidad, para ver qué órdenes había. Revisando  los datos que se han sacado de la memoria del celular, hay algunas pistas. Al parecer hoy debemos investigar los nombres que están en la lista de contactos del celular que tu dulce ninfomana nos dio ayer- Le respondo con un poco más de cortesía dado su mecenazgo. - Oye, ¿dónde te cabe todo eso? -Me vuelve a preguntar, cuando llegan los platos calientes a la mesa y yo los devoro ágilmente y sin contemplaciones. Eres de tamaño diminuto, Agente Monica. No te ofendas, pero pareces de juguete. En cuanto nos presentaron,  pensé en "Campanita" de Peter Pan. Además, tu apellido, Little, me pareció perfecto. Luego, me di cuenta que eres más bien tienes poco de hada, y mucho de tigre compacto. Pero aún no acabo de entender cómo logras empacarte todo eso-. Me volteo, y lo miro con ojos asesinos por un segundo antes de cerrarlos para disfrutar de un bocado de panqueque con miel. Otro que piensa que el tamaño es lo importante. Este no ha salido de la época Jurásica. - Pues verás, - le explico mi filosofía digestiva,  mastico y trago un pedazo de tocino antes de responderle. -No suelo tener mucho tiempo para comer. Ayer prácticamente no probé bocado en todo el día, así que aprovecho cuando puedo. Deberías aprender un poco si quieres sobrevivir aquí. De café n***o no vive el hombre, Jhon Smith-. Terminado mi banquete, salimos a la calle de nuevo.  - Ahora hay que seguir las migajas. - Sentenció observando con ánimo positivo el horizonte atestado de autos en contraste con un cielo azul limpio de nubes. Jhoncito toma las llaves del auto, parece que le gustan los clásicos, yo me siento a su lado y sacó la lista de nombres que debemos empezar a ubicar.  - Umm, veamos... Esto va a resultar más complicado de lo que creía-.Afirmo  resoplando y le paso las hojas para que se encargue de hacer su trabajo.-Piensa,¿ cómo los vamos a encontrar? Ese es tu campo, el crimen cibernético, ¿no es cierto? Juega de tu lado de la cancha compañero-. -¿Cómo dices?- . Revisa los documentos, y al fin pone cara de interesado en la cuestión. Hasta me parece que le brillan los ojos por la atención. -Pero estos son nombres de usuarios de una plataforma de juego online. ¡Vaya que si tenemos problemas! Sería más fácil seguir las huellas de alguien en la arena que descubrir una nombre  real detrás de estos avatares-. Resuella. - Pues estos "avatares" son las únicas pistas que tenemos y tú eres el egresado de Harvard, experto en ciencias forenses y crimen  informático. Así que  haz valer esos titulos, niño bonito -. Se lo digo con firmeza, aunque no tengo ninguna seguridad en la búsqueda de estos alias. En el método clásico detectivesco, no había capítulo de desaparecidos informáticos. Estamos de nuevo perdidos. - Bueno. Dije que sería dificil, mas no que sea imposible-. dice, un poco herido en su orgullo.- Pero, la búsqueda nos tomara un tiempo y riesgo. ¿Estás dispuesta a jugar conmigo?-. A qué se refería él, no podía ser ni remotamente lo que  se me pasó por la cabeza cuando escuché la atrevida proposición. - ¿Tomaste demasiado café, Don Juan de Conneticut? -  Espera un momento te explico. Luego me puedes morder, si quieres. Hay dos maneras de acceder a la red de contactos que tenemos en esa lista-aclaró el detective Smith, cuando lo miré con ojos listos para acuchillar-. Podemos esperar a que los ingenieros de la plataforma del servidor que administra el juego nos den la información de los avatares- suponiendo que accedan a ello, firmando un montón de permisos y burocracia y demás- o entramos a la red como jugadores y buscamos a los contactos con esos avatares. Escoge Sherlock, ¿qué prefieres? - Pues la vía menos retorcida Watson, esa  será la mas efectiva, creo. Supongo que tienes razón. Aunque eso de los juegos online nunca se me han dado muy bien, ¿Sabes cómo vamos a ubicar en ese juego a los nombres de la lista ?, ¿Cómo vamos a conocer su verdadera identidad en el mundo real?-. - No te preocupes por eso. Serás novata digital por poco tiempo con mi ayuda. Primero encontraremos los avatares de la lista. Por lo demás, me preocupo  yo. Dame algo de crédito, porque el doctorado en ingeniería informática no lo gane en la feria, detective Mónica.  - Bueno. No te esponjes tanto y explícame de qué se trata el juego.- Respondo un poco impaciente. Nunca me han gustado las plataformas virtuales. Yo solo he admirado desde mi niñez el sudor y el esfuerzo de la vida real y claro,  los saltos fantásticos del legendario Magic Jhonson. Dice  Freud que uno anhela lo que nunca poseerá. Lo que le es por naturaleza contrario. Luego yo, un chichón de piso, he admirado siempre las largas piernas e increíbles saltos de los jugadores de baloncesto. Jhon, por su parte seguía con su línea de pensamiento cibernético y revisaba los datos del juego en su tlabet. No había visto el aparato antes, ¿dónde lo carga? - Real life,  es un juego bastante sencillo en sus reglas, por lo que veo. Se trata de una plataforma online 4DMMO RPG, donde el jugador asume un avatar en un entorno social jerarquizado donde interactúa en tiempo real con otros jugadores cumpliendo misiones que le dan un estatus de poder y mayores capacidades de interacción con el mundo y su grupo. Crean familias, clanes, comunidades. Incluso se ha vuelto tan popular que se están formado naciones virtuales con su propia moneda, gobiernos y conflictos. Los roles  que se asumen en el juego se dan por medio  de la interacción directa con el soporte de la plataforma, que es una entidad de inteligencia virtual abierta a las necesidades del usuario. ¡ Vaya si esto tiene todos lo juguetes! El servidor posee un desarrollo de software tan potente que el interface incluye una AI que se adapta al perfil psicológico del usuario-. Jhon parece bastante animado con su cháchara virtual. De hecho ya no lo reconozco. Se ha transformado de una mole oxigenada a un ñoño informático en unos segundos. De hecho creo que esta sea su verdadera naturaleza. Don Juan ñoño sigue hablando en su jerga particular, y por primera vez  desde que me lo han presentado, contemplo la posibilidad de que sea una persona calificada para la placa que tiene en la billetera y no como a uno que se la ganó en un concurso de Mr. simpatía. - Habrá que probar-. Corto su monólogo antes de que me dé una conferencia gratuita sobre interfaces, redes e inteligencia artificial  que no tengo ánimos de escuchar.- Mándame el link del juego por el movil primero, le digo para zanjar la cuestión. - No bastará . El juego es un simulador 4D, necesitas algo mas que el móvil, es necesario el interface. Vamos novata virtual, tenemos que ir de compras. En el camino te enseño lo básico para que sobrevivas a la primera sesión. -Me invita y arranca hacia su objetivo, con cara de niño en navidad.
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