¿Dónde estoy?

1934 Words
Al abrir mis ojos me encontraba en un lugar completamente diferente, me levanté desesperada tratando de saber en dónde se encontraba kenta, aun sintiendo dolor en mi cuerpo, camine torpemente a la puerta de esa vieja cabaña. Al salir una mujer con un jarrón de agua en sus manos grito apuntando me. —Ca-cariño, !ella a despertado!. La miré fijamente y abrí mi boca para hablar. —¿quien es usted? ¿Cuál es este lugar? ¿Dónde está kenta?!.-dije apresuradamente Un hombre se acercó a mi corriendo —¿Como te encuentras? Deberías sentarte, aún estás débil. - dijo dirigiendose a mi. —¿Quien es usted? Dónde está kenta? —Me llamo ichi y ella es mi esposa chikao —¿dónde está kenta?! Maldición. —¿Kenta? ¿Te refieres al hombre que estaba contigo? Cuando lo encontramos estaba realmente mal, incluso tenía veneno en su cuerpo, pobre chico, ¿que habrá pasado con el para que estuviera en ese estado?.-dijo aquel hombre mientras hacia un chasquido con su lengua. —¿e-el está bien?.- dije mientras mis manos temblaban... —No podría asegurarlo, mi esposa le ha dado un antídoto, el ha estado luchando contra el veneno, aún no despierta, y tiene repetidas fiebres.- dijo mientras jugaba con sus manos. —¿do-donde está el?! Dije acercándome a ese hombre que me veía extrañamente. —el se encuentra al lado de esta cabaña, le diré a mi esposa que te lleve con el. Dirigí mi mirada hacia aquella mujer que al verme sonrió.. —Acompáñame te llevaré a dónde se encuentra ese hombre.- dijo chikao mientras hacia una seña con su mano Me levanté y con ayuda de chikao me dirigí al encuentro con kenta. Al entrar a la habitación y ver el cuerpo de kenta con sus heridas, respirando agitadamente y sudado no pude hacer más nada que romper en llanto, culpandome de su estado. —todo fue por mi culpa, por mi culpa kenta está....- dije mientras lloraba Chikao se acercó a mí, me abrazo y abrió su boca —estoy segura que no tienes culpa de eso, al ver tu cuerpo pude darme cuenta que algo malo paso contigo... estuve observando tu cuerpo... tienes moretones y muchas... Mordidas en el... No preguntaré que pasó con ustedes, se que debe ser fuerte, pero aún están con vida, solo debes rezar y velar por él y por su pronta recuperación.- dijo mientras colocaba su mano en mi hombro Esa mujer... esa mujer me hizo recordar a mi madre... Empecé a llorar nuevamente, suplicandole a kenta que porfavor despertara... Chikao se dirigió a la puerta antes de salir me dijo —estaré afuera si pasa algo puedes llamarme. —muchas gracias por atendernos, pero... Me gustaría saber cómo llegamos aquí... —mi esposo y yo nos dirigiamos al río a conseguir algunos peces, pudimos ver en la orrilla a dos personas, nos acercamos rápidamente, mi esposo dijo que aún seguían vivos, así que mi esposo cargó a cada uno de ustedes hasta nuestra casa, el chico tenía muchas heridas en su cuerpo, pero aún así no quería soltarte, al parecer el recibió muchos golpes. Agradezco que estén bien los dos.-dijo mientras sonreía. —Bien, ¿señorita?? —Saori, mi nombre es saori, y él se llama kenta, muchas gracias por salvarnos. Chikao sonrió y salió de la habitación. Miré a kenta una vez más y besé su frente. —porfavor despierta, eres lo único que tengo... ~Unos días despues~ Me levanté y me dirigí hacia la señora chikao, quien me esperaba —disculpe... Yo... Quería preguntarle si podría llevarme a conseguir agua, quiero limpiar el cuerpo de kenta... —oh claro, por supuesto, sigueme.- sonrió Seguí a chikao hasta llegar al río —vaya, con que aquí nos encontraron ... Me acerqué al río y tomé un jarrón de agua, lo levanté y me dirigí a la cabaña donde se encontraba kenta durmiendo. —Su fiebre ha desaparecido hoy... Me senté en el suelo, y con una toalla húmeda empecé a limpiar su cara y su cuerpo cuidadosamente. Al pasar la toalla por sus costillas pude darme cuenta que tenía la misma marca que yo, pero en el lado izquierdo, lo mire con un poco de curiosidad. —Saori... _¿Kenta? ¿Estás bien? ¿Estás despierto? ¿Cómo te sientes?.- paré de limpiar su cuerpo para invadirlo de preguntas —¿estás bien?.- dijo casi en un susurro —lo estoy, ¿como te sientes?.- dije temblorosa mente Kenta dirigió su mirada hacia mí y con una sonrisa en sus labios abrió su boca para decirme —me siento como si me hubiese aplastado un elefante.- dijo sonriendo No pude evitar sonreír, me levanté del suelo y me dirigí rápidamente a buscar agua para darle a kenta —¿uh? ¿Que sucede ?.- dijo la señora chikao mientras me veía correr rápidamente —el ha despertado, kenta despertó!!! Chikao me miró sorprendida y se dirigió hacia kenta. —Me dirigí al río a conseguir agua nuevamente, y al regresar a la cabaña encontré a chikao y kenta riendo. —me alegro que hayas despertado, saori estuvo día y noche a tu lado, incluso limpio tu cuerpo y tú sudor por la fiebre. Sentí mis mejillas ponerse rojas, kenta dirigío su mirada hacia mi, mirándome de una manera extraña —muchas gracias saori, por atenderme.- dijo sin dejar de mirarme —¿en que estabas pensando al saltar desde esa altura?! Pudiste haber muerto! —pudimos haber muerto, pero aquí estamos con vida, y sobre todo, eres libre. Chikao lo miró confundida —eres un idiota, me tenías preocupada, ¿que hubiese pasado si no hubieses despertado? Eres lo único que tengo!.- dije dirigiendome a kenta —oh vaya, creo que es mejor que salga de aquí, no me gusta ver cómo los esposo discuten.- dijo riendo —se equivoca yo- —si, mi esposa suele ser muy ruidosa algunas veces.- dijo kenta mientras sonreía mirándome. —¿e-esposa?.- dije tartamudeando Chikao río a carcajadas y kenta solo sonreía, salí avergonzada de la habitación —Tonto kenta ¿como pudo decir eso? Estoy avergonzada, pero me alegro de que esté bien... —saori~.-dijo kenta con un tono juguetón —Ese tonto se está burlando de mí.. Me dirigí a la cabaña y vi a kenta sentado sonriendo —te ves muy tierna sonrojada saori.- dijo burlándose —no estoy sonrojada! Solo hace calor! —jajaja, podrías ayudarme? No puedo comer por mi mismo.- dijo con voz de niño No puedo negarme, es lo mínimo que podría hacer por el, luego de que arriesgará su vida por mi. —bien te ayudaré... Me acerqué a kenta, tomé su comida y lo ayude a comer aunque sabía que el podía hacerlo por su propia cuenta. —muchas gracias saori.- dijo mientras se acostaba en mis piernas. —¿Q-que crees que haces?.- dije con sorpresa —shhh se supone que eres mi esposa, ellos piensan eso- dijo cerrando sus ojos. —lo piensan porque tú se lo dijiste. —pero aún así ellos lo creen. No puedo discutir con el, estoy contenta de que haya despertado, comencé a acariciar su cabello tarareando una canción que solía cantar mi madre, kenta tomó mi mano y me miró fijamente a los ojos e Intercambiamos miradas, se acercó lentamente a mi tocando mi rostro con su mano, lo mire sorprendida y cerré mis ojos mientras el se acercaba a mi, me separé de él bruscamente al escuchar al señor ichi hablando Escuché como kenta hizo una queja de dolor —Oye saori ¿que tal si- oh vaya ¿interrumpo algo? Lo siento .- dijo sonriendo. —yo- yo no.. lo siento kenta —no pasa nada, no me a dolido en absoluto.- dijo con una mueca de dolor en su rostro. —oh dios, perdóname, yo no quería lastimarte... —está bien saori, lo sé, ahora ... ¿Podrías ayudarme?.- dijo mirándome Me levanté y ayude a kenta a levantarse del suelo. —¿podrías enseñarme un poco el lugar? —por supuesto... Unos días después~ Cocinaba junto a chikao para su esposo y para kenta quienes esperaban pacientemente mientras hablaban entre ellos. . —tu esposo es un hombre muy lleno de energía, tiene una increíble fuerza y es muy apuesto. —si, tiene usted toda la razón.- dije mientras se dibujaba una sonrisa en mis labios. Chikao y yo servimos la comida para todos —hoy a cocinado saori, es una maravillosa cocinera, les gustará. —wow tiene buena pinta, seré el primero en comerla.- dijo kenta tomando su comida. Miré a kenta un poco avergonzada, es la primera vez que cocino... Kenta tomó contento una cucharada de arroz e inmediatamente puso cara de horror. —puaj, oh dios santo, esto no es comestible.-dijo mientras escupida su comida Miré a kenta furiosa. —JAJAJA tienes razón kenta esto es un poco extraño y está un poco salado... Miré al señor ichi con mucha pena —lo siento, es la primera vez que cocino... Kenta soltó una carcajada, tomé un pañuelo y lo arrojé directo a su cara, haciendo que callera de espalda —o-oye saori, eso pudo matarme. Lo mire y comencé a reír nuevamente, solo pudimos comer lo que había preparado la señora chikao. ~Unas horas después~ Ya era de noche y como de costumbre tenía que dormir con kenta en la misma cabaña. Kenta se encontraba acostado boca arriba con sus manos debajo de su cabeza y sus ojos cerrados. Me entretuve mirando al cielo, cuando kenta se acercó silenciosamente hacia mi —Oye saori... Tenemos que irnos, no podemos quedarnos mucho tiempo en un solo lugar, lo más seguro es que ya nos estén buscando. —lo sé, tenemos que irnos... —lo mejor sería hacerlo está noche. Solo asentí con mi cabeza. Nos dirigimos hacia ichi y chikao. —muchas gracias por su hospedaje y comida, durante estos días, gracias por ayudarme con mis heridas, pero tenemos que irnos.- dijo kenta —¿porque? Podrían quedarse con nosotros... —no podemos quedarnos tenemos que irnos, señora chikao. —comprendo, solo... Déjenos ayudarlos con algo para su viaje.- dijo el señor ichi El señor ichi se levantó y tomo algunas frutas y pan. —espero y les ayude en su viaje. —Mucha gracias señor ichi, ya tenemos que irnos. —oye muchacho, se te olvida esto.- el señor ichi estiró su mano y le entregó a kenta su katana.- la tenías el día que te encontramos en el río. —muchas gracias señor.- dijo kenta mientras hacia una reverencia. —Saori, se te olvida algo, el día que te conseguimos tenías esto entre tus pertenencias.- la señora chikao me dió el collar y la carta de mi madre, que extrañamente seguían intactas- creo que deberías colocarte el collar, parece ser muy importante. —tiene razón señora.- kenta se acerco a mi y me ayudó a colocar el collar en mi cuello.- es un recuerdo de mi madre. —ya veo, es muy hermoso.- dijo la señora chikao Hice una reverencia mientras agradecía por su ayuda, nos despedimos de la pareja la cual nos había ayudado durante este tiempo, kenta y yo procedimos a continúar nuestro viaje. Continuamos caminando por el bosque —Oye kenta... ¿A dónde iremos? —iremos al pueblo más cercanos. Cada minuto nos adentrabamos más y más al bosque, ya había anochecido por completo. —¿tienes sueño? Puedes descansar aquí. —y ¿que hay de ti?.- dije mirandolo —estaré despierto.- dijo Kenta se sentó al pie de un árbol y abrió su boca para hablar.- —ven aquí kaori Me acerqué a él e hizo una seña para que me sentará con el, me senté a su lado. Luego de mirar muchas veces al cielo, me quedé dormida.
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