No había nada mas peligroso que una mujer con el Ego herido, y en esa situación estaba Fiorella, maniatada en esa silla se sentía inútil y la principal responsable de que seguramente se estuvieran burlando de su hermana. La italiana había sido sorprendida por esa maldita llamarada de fuego que la dejo incomunicada con su escolta, la había dormido a la fuerza y llevado a rastras a esa maldita bodega obscura que no lograba reconocer y eso era nuevo, ya que ella conocía cada rincón de Italia ¿A menos que?, sacudió su cabeza buscando sacarse la idea que se le había metido.
Las horas pasaban y nadie bajaba o entraba para verla, hasta que una luz la segó dejando ver en la parte en la que se encontraba la puerta, un par de hombres entraron y se percataron que la Principessa ya esta despierta, su
