6: Dos idiotas y un calvo

2437 Words
—Genial, tenemos una chica menos— dice Acuario con molestia. —Pero al menos tenemos a Tauro—dice Libra tratando de ser positiva. —¡Cómo se atreve ese Virgo! ¡Me va a escuchar!—grita Aries agitando los brazos furiosa. En ese momento sale Piscis sin el maquillaje y cubierta con una toalla escondiéndose detrás de Virgo. Todos los ven esperando a que digan algo. Virgo se acomoda las gafas y aclara su garganta. —Chicas, lo siento, pero me llevaré a Piscis por un momento—dicho eso agarra a Piscis de la mano y suben las escaleras. Todos los siguen con una mirada picarona —¿Y esos dos desde cuando?—pregunta Sagitario. —No me lo esperaba—dice Aries sorprendida, parece que lo furiosa le duro diez segundos. —¡Yo los shippeo!—chilla Libra emocionada. —¡Y yo tengo hambre!—dice Tauro. —Yo también—lo secunda Géminis.  —¡Vamos por algo de comer!—grita Acuario señalando la puerta.  —¿Cómo iremos?—pregunta Sagitario. —Recuerda que tengo las llaves del auto de Escorpión—La rubia agita las llaves en el aire. —¡Noche de chicas!—grita Aries recobrando la emoción. —¡Y de un chico!—agrega Tauro y Sagitario le mete un golpe en la nuca. ... Cáncer cierra su libro y se levanta de la cama, tenía rato escuchando un escándalo pero de pronto todo se quedó callado. Sale de su habitación y toca la puerta de la habitación de Aries y Géminis pero nadie contesta, baja las escaleras y toca la puerta de Tauro obteniendo el mismo resultado. Apenas va a tocar la de Escorpio cuando el chico pelinegro abre la puerta hecho una furia.  —¡¿Dónde están los demás?!—le pregunta exaltado. —No lo sé, ¿Qué pasa, porqué estás así? —el pequeño retrocede un poco para que el escorpión no desahogué su enojo en él. —¡Lo que pasa es que alguien agarro las llaves de mi auto!—pasa la mano entre su cabello con brusquedad—. ¡Quién haya sido no saldrá con ambas piernas de esto! —Pues hace rato se fueron varios— lloriquear Leo saliendo de su habitación de una manera muy dramática—. ¡Y no me invitaron! ¿Cómo pudieron hacerme esto? Me siento como un rechazado...¡Me va a dar algo! Comienza a darse aire con la mano mientras ambos chicos lo miran extrañados.  —Ya entiendo—Escorpio regresa su mirada al menor—. ¡Ellos se llevaron mi auto!  —Veamos si Capricornio o Virgo están aquí—dice por que al parecer esos dos son los únicos que tiene un poco de poder para controlar a todos.  Los tres suben las escaleras en busca de alguno de los dos, ya que ambos comparten habitación, pero solo sale Capricornio.  —¿Qué pasa?—los mira con una ceja alzada. —¿Tú sabes quien tomó mi auto?!— pregunta Escorpio aún muy furioso. —Yo no sé de que me hablas pero ¿cómo que alguien robo tu auto? —¡No! ¡ellos se fueron en mi auto! —¿Quiénes son ellos? —¡Pues no sé!—Escorpio trata de ver por encima de los hombros de Capricornio—. ¿No está Virgo contigo? —No, salió con Piscis hace unos diez minutos—mira al reloj en su muñeca. —¡No puedo creer que Virgo haya sido capaz de robar mi auto!—lloriquea incrédulo a punto de dejarse caer al suelo. —¡Tranquilo! No saltes a conclusiones tú solo—Cáncer pone la mano en su hombro tratando de tranquilizarlo a lo que él se tensa. —Chicos me acaba de mandar un whats Aries, están camino a McDonald's al parecer en tu auto—dice Leo mirando su celular. —Aquí se va a derramar sangre—dice Escorpio en un tono maniático. ... Los chicos llegan al McDonald's. —¡Sagitario bájate me estás pisando!— se queja Aries. Todos se bajan y entran corriendo como si los hubieran amarrado. —Hay que ordenar de una vez—Tauro se apresura a decir, ya que se muere de hambre. Todos se forman en la línea. Pero me el chico rubio se da cuenta que la anciana de en turno está pagando con centavos.  —¿Señora se puede apurar?—le dice Aries a la anciana después de diez minutos—.Nos morimos de hambre. —No me apures jovencita grosera—regresa la vista al cajero— Ya me perdí joven, necesito contar de nuevo. —Alguien tenga piedad de mi alma y máteme por favor—pide el toro. Después de mucho rato la señora paga y les toca a los signos. —¡Quiero el combo ocho sin mostaza!—se apresura a pedir Aries quien esta más desesperada que cualquiera ahí. —Yo quiero un combo cuatro chico con una ensalada—dice Libra moviendo sus pestañas para el cajero. —Un combo once con doble cebolla—pide Géminis mirando el menú. —Una cajita feliz con nuggets y con juguete de niño—Ahora habla Sagitario.  —Espero que esta vez te comas los malditos nuggets, no nada más te emociones con el juguete—lo regaña Aries. —Un combo dos sin pepinillos con papas fritas grandes por favor—ordena Acuario. —Dos combo seis, una malteada de chocolate, un burrito de chorizo y una galleta por favor— pide por último Tauro mirando al menú asegurándose de que no le falte nada. —... combo ocho sin mostaza... ¿algo más?— dice el cajero saliendo del trance que estaba con las pestañas de Libra. Todos bufan y miran mal a Libra quien solo se encoge de hombros mientras el cajero sonríe apenado. Después de volver a pedir todo, buscan donde sentarse. —¡Vamos a el área de juegos!—pide Sagitario. —¡Vamos!— Tauro lo secunda. Los chicos buscan una mesa pero todas están ocupadas a excepción de en una dónde solo hay un niño sentado. —Oye niño, ¿podrías dejarnos la mesa?—Libra le pregunta amablemente con una sonrisa. —No—el niño le saca la lengua. —Solo queda esta mesa, ¿por qué no te vas a jugar a otro lado?—ahora lo intenta Aries quien se contiene de gritarle. —Ustedes no son niños ¿por qué no se van a sentar con los adultos?—el niño se cruza de brazos girando su vista a otro lado. —¿Y tu porqué no te vas con tus padres mocoso?—Tauro alza la voz ya desesperado y el niño comienza a llorar. —Bien hecho Tauro, ¿ahora como lo callamos?—le da un golpe en el hombro Acuario.  —No tengo tiempo para esto, yo iré a buscar por allá—dice Aries alejándose—. Muero de hambre. —Yo voy contigo, no soporto a los niños—Acuario la sigue y detrás de ella se van Libra y Géminis.  —Que poca perseverancia y paciencia tienen las chicas— el arquero niega. —Tengo una idea— se gira hacia Sagitario ignorando a las chicas—.Dale tu cajita feliz. ¡—¿Qué? ¿por qué mi cajita? ¿por qué no le das tu malteada?! —¡Dale el juguete al menos!—se acerca a intentar quitarle la cajita. —¡No, no quiero! Mejor le doy los nuggets. —¡Yo quiero el juguete!—exige el niño. —¡Claro que no mocoso, es mío!—le saca la lengua. El niño comienza a llorar aún más fuerte y todos voltean a verlos con desaprobación. Tauro le da un puñetazo a Sagitario en el hombro. —Ten pues llorón—Sagitario le ofrece el juguete de muy mala gana. —¿Qué está pasando aquí?!—habla una voz áspera y gruesa detrás de ellos. Los dos jóvenes levantan la mirada hacia la ventana de cristal que separa la zona de niños y ven que hay un hombre alto y pelón con los brazos llenos de tatuajes sosteniendo una bandeja con hamburguesas detrás de ellos. Se giran lentamente hacia el señor y lo ven como si fueran dos pequeñas ratas acorraladas por un enorme, gordo y hambriento gato. —¿Qué le están haciendo a mi hijo?—el sujeto pregunta agarrando a Tauro del cuello de su camisa.  —N-nada señor es solo que...—Tauro pasa saliva nervioso, por que siente que casi no toca el suelo. —¡Papá son unos Pervertidos!—los señala el niño. —¿Pervertidos eh?—voltea a ver a Sagitario, este intenta correr pero el sujeto lo agarra de gorro de su sudadera. —¡No! ¡Lo que pas- Sagitario se detiene y voltea a hacia Tauro haciéndole señas con los ojos que el rubio entiende inmediatamente. Ambos vuelven a ver al señor y le dan una patada en las bolas haciendo que pegue un grito y que los suelte inmediatamente, los chicos aprovechan ese segundo y salen corriendo fuera del restaurante. —¡Pase lo que pase no voltees hacia atrás!— Tauro le grita a Sagitario.  —¡Mierda ya lo hice y viene detrás de nosotros!  —¡Creo que me duele más a mi el pie que a él las bolas! ... Virgo se encontraba muy nervioso. Le dijo a Piscis que la llevaría a comer y se encontraban en un restaurante que el pelinegro de lentes ya conocía. En los tres meses que llevaban viviendo todos juntos, nunca habían estado solos y no sabían de que conversar. Virgo voltea a verla pero ella parece muy entretenida viendo alrededor del restaurante con una sonrisa en sus labios. —Este lugar es muy impresionante—la rubia voltea a verlo—¿vienes aquí seguido? El chico parpadea un par de veces y trata de formar una sonrisa relajada. —No, solo he estado aquí un par de veces, la comida es buena—abre el menú y se pone a elegir algo de su agrado. —Debe ser muy limpio—comenta ella. —¿Por qué dices?—aparta la mirada del menú.  —Una vez Leo me dijo que te metiste a la cocina de un restaurante a revisar como preparaban tu comida—ríe.  —Únicamente me estaba asesorando, en un restaurante nunca se sabe que te están dando a comer.  —Una vez yo encontré una uña en mi sopa marinera. El de gafas la mira algo confundido y asqueado.  —Pero aun así estaba muy rica. Antes de decir algo más, llega una mesera y saca una libreta de su delantal. —Buenas noches ¿Qué van a ordenar? —Un sandwich de pollo y un agua embotellada por favor—ordena el chico y desliza el menú en la mesa.  Ella lo anota y voltea a ver a Piscis quién aún sigue leyendo el menú.  —Uno de estos —señala algo en el menú y la mesera lo anota—, y un refresco de manzana. —En un momento regreso con sus órdenes—dicho esto la mesera se va. Entonces ambos entran en un silencio incómodo. —Y... ¿a dónde iban a ir las chicas y tu?—junta las manos sobre la mesa esperando romper un poco el ambiente incómodo. —No lo sé, Libra vino con la idea y a todas nos pareció, nunca hemos salido nosotras solas. —Que buena idea, así podrían conocerse mejor. —Si, igual todas nos llevamos bien, ¿por qué ustedes no hacen una noche de chicos? —Eso sería complicado, todos nos sobrellevamos. Pero probablemente alguien terminaría en prisión.  —Pero eso ya ha pasado, ¿recuerdas cuando Aries estuvo en prisión? —Ah si, por pelearse con la anciana—el chico dice—. Como no recordarlo, tuve que ir a sacarla a las tres de la mañana. —Aquí tienen sus órdenes, provecho—dice la mesera poniendo los platos sobre la mesa. ... —¡A ese de ahí!—señala cubriendo con su brazo la vista del camino. —¡Escorpio siéntate y quita tu mano que no me dejas ver!—lo empuja el castaño. —No necesitas ver, solo gira el maldito volante hacia la izquierda. —No puedo hacer eso tengo que regresarme hasta la siguiente entrada.  —Yo lo hubiera hecho—se deja caer en el asiento con los brazos cruzados. —Pero tu no vienes manejando, así que cierra la boca por favor—frunce el ceño.  —¡Manejas como abuelo!—le grita Leo en el oído—¡quiero sentir el jodido viento golpeando mi rostro! —No estamos aquí para divertirnos estamos aquí para partir algunos culos. —No puedes golpear a las chicas—le dice Cáncer asustado. —Puedes partir culos...—Leo sonríe con picardía —.Pero no con golpes—ambos se sueltan a carcajadas. —Que desagradable— Capricornio arruga la nariz. —¿Por qué? —Por que no te puedes ir expresando de esa manera del coito. —No es coito, es hacer el amor—lo corrige Cáncer.  —¿Hacer el amor? pfft, eso ni las chicas lo dicen—Leo se burla. —¡Que ya llegues a ese McDonald's!—le grita Escorpio.  —¡Ya es al tercero que vamos!—le contesta de la misma manera. —Oh, miren ¿no son Tauro y Sagitario?—dice Leo haciendo que Capricornio frene en seco. —¿Dónde? ¡Dónde!—Escorpio voltea a todos lados. —Ahí pasaron corrien... Oh, hay un señor calvo corriendo detrás de ellos. Todos intercambian miradas. —Ah, entonces es ese McDonald's— Escorpio habla primero señalando el restaurante.  —Si, ya me estaciono. —Alguien me presta dinero, quiero una hamburguesa—dice Cáncer.  —Yo te lo presto—Escorpio se ofrece en seguida—, pero me pagas. —Claro que si, no soy Sagitario. —Hablando de ellos, ¿no deberíamos ayudarlos?—pregunta Leo. —Nah, parecían divertirse—dice Escorpio despreocupado. —Algo me dice que terminarán en silla de ruedas...—comenta de nuevo Leo—, y no precisamente por los golpes.
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