02

1079 Words
Al salir del trabajo pasó por el supermercado más cercano a su casa e hizo unas compras necesarias. Por la mañana Sophie se había dado cuenta que faltaban alimentos básicos en la despensa, así que no le quedaba otra que comprar. Se había pasado la mañana en el ordenador y por la tarde salió con Aidan para vigilar las calles, aunque lo hacían más por aburrimiento que por necesidad. Al llegar cogió el correo. Vio que había un par de facturas y un sobre donde lo único que había era su nombre. Ninguna dirección ni remitente. Las dejó en el mueble de la entrada y fue a la cocina a guardarlo todo. Unos diez minutos después se dirigió a la entrada para coger las cartas, pero el teléfono interrumpió la acción. ─Sophie─dijo ella en contestar. ─Soy el agente Kelly. ─¿Ha pasado algo? Aunque normalmente me llama Murphy… Además, no te ocupas de mi sección. ─Hemos ido a patrullar y hemos encontrado a un grupo de jóvenes haciendo ruido y acciones indebidas en la calle. ─¿Y? ¿Han herido o matado a alguien? ─Por suerte no. Tampoco llevaban armas. ─¿Entonces? ─Uno de ellos es Shawn. ─Mierda─soltó.─¿Dónde está? ─En la estación de policía de mi distrito. ─Está bien. Ahora voy─contestó ella. Colgó y cogió de nuevo sus llaves.─Joder─murmuró nada más salir de casa. Cuando entró en el edificio había unos pocos agentes uniformados. Conocía a algunos de ellos y a otros les sonaba de haberlos visto en contadas ocasiones. No se detuvo a saludar a nadie, sino que fue directamente hacia donde se encontraba la mesa de Kelly. En llegar le vio ahí sentado. Carraspeó y él levantó la mirada. ─Sophie, buenas noches. ─¿Es eso ironía? Muy buenas no son si estoy aquí. ─No creo que te guste como está tu hermano. ─Lo supongo. Si estuviera bien no estaría detenido. ─Vamos─comentó él, levantándose y cogiendo unas llaves. En llegar a la planta baja vio a un grupo de cinco chicos sentados en el suelo dentro de una sala rodeada por barrotes. ¿Cuántas veces debía haber visto a Shawn de esa forma en el último año? Suspiró, pero no dijo nada. El agente Kelly abrió la puerta y le llamó. En mirar hacia arriba vio a Sophie y se levantó, comprendiendo la situación. Nada más dar dos pasos se tambaleó y estuvo a punto de caerse, pero milagrosamente se mantuvo de pie. Salió del calabozo y se paró enfrente de su hermana. Él era más alto a pesar de ser dos años menor que ella, y salvo por los ojos y algunos rasgos de la cara, no se parecían en nada. ─Nos vamos a casa─dijo ella en un tono neutro. Miró a Kelly y sonrió.─Gracias por llamarme. ─¿Dónde vamos?─preguntó Shawn una vez en el coche.  ─Te lo he dicho. A casa. ─No sabes dónde vivo. ─¿Me ves tan estúpida como para llevarte a algún lado donde te quedes a solas?  ─No te necesito, ¿sabes? Ya tengo una edad. ─Sí, y si no fuera por mi ibas a pasar la noche en aquella celda con tus amigos. Que sepas que va a contar en tu expediente eso de alteración del orden público. ─¿Y qué? ─¿Qué te has tomado? ─Creo que una pastilla… pero no estoy seguro─dijo él, sonriendo. ─¿Sabes que mamá está preocupada? ─Pensaba que a ella solo le importaba la perfecta Sophie. Lo digo porque siempre hablaban de ti y ni siquiera les importaba qué me sucedía. ─Eso no es cierto, Shawn. ─¿¡Y tú qué vas a saber!?─protestó él, alzando la voz.─¡Me he pasado la vida oyendo como me menospreciaban y pedían que fuera como tú! Pues no me apetece estudiar algo aburrido como derecho y ser policía.  ─Puedes estudiar lo que te apetezca, pero por lo menos haz algo. ─No sabes nada de mi, Sophie. No tienes ni idea de si estoy trabajando o estudiando. Solo hablas. ─Quizás será porque no me explicas nada desde que papá murió. ─Y antes solo lo hacía porque él me obligaba a hablar. Aunque solo para criticarme. ─Eso no… ─¿Recuerdas cuando sacaste un diez en uno de tus exámenes de matemáticas? Después yo dije que había sacado casi un nueve en literatura y papá me dijo que eso no era algo de lo que estar orgulloso. Debía ser perfecto. Además, ni siquiera le gustó que eligiera esa optativa. ─Shawn… papá solo quería lo mejor para nosotros. ─Siempre con lo mismo… Búscate nuevas frases, ya tengo tu repertorio muy escuchado. ─Si no fueras mi hermano, te echaría del coche, ¿sabes? ─Hazlo. Déjame donde sea. Mejor que ir contigo. ─¡Eres un maldito desagradecido!─gritó ella, deteniendo el coche, por lo que los coches de detrás tocaron el claxon, pero ella lo ignoró.─¿Sabes cuántas veces te he salvado de que te metieras en peores problemas? Porque eso realmente podría perjudicarme y nunca me ha importado. Pero tú sigues metiéndote mierda, juntándote con gilipollas y actuando de esta forma. Yo nunca te he criticado por querer dedicarte a las letras o a lo que prefieras, ¡así que ahora no me cabrees! ─Si te quedas aquí en medio vas a causar un accidente. ─Sigue así y vas a terminar en un maldito centro de desintoxicación. Y eso con suerte. Quizás antes terminas en la cárcel. Sophie arrancó de nuevo hasta llegar a su casa. Aparcó y ambos bajaron del coche. En entrar a la casa Shawn fue directo al salón mientras que ella se fue a la cocina para preparar algo de cena. En tenerlo listo llamó a su hermano y cenaron juntos, aunque ninguno dijo nada. En cuanto se levantó de la mesa, Sophie vio que Shawn se tambaleaba más que antes. De alguna forma había conseguido que no le requisaran lo que fuera que tenía y se había tomado algo mientras ella no miraba. Iba a decir algo, pero terminó no haciéndolo. Tampoco iba a servir, y menos por cómo iba. Shawn subió las escaleras con dificultades, pero llegó, y se fue a su habitación. Sophie ordenó la cocina, revisó su móvil y también subió, aunque ella se metió en el baño para ducharse y en terminar se puso la ropa de dormir y se metió en la cama, tan agotada que ni siquiera recordó la carta por abrir.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD