Capítulo 3

1853 Words
Dejo de escuchar los disparos, de un momento a otro la habitación se vuelve silenciosa. Con las mangas de mi blusa limpio el rastro de lágrimas, me levanto y busco en la pequeña habitación una bolsa, la encuentro y ahí guardo el dinero. Respiro profundamente llenando por completo mis pulmones antes de salir. Abro la puerta y primero saco la cabeza para revisar que nadie este en el pasillo. Al verificar que no hay nadie salgo cuidadosamente, salgo del edificio y compruebo de nuevo que no haya nadie; comienzo a caminar rápidamente por las calles sin dejar de mirar a mi alrededor. Viendo los letreros me doy cuenta que estoy en Lilcoln. A unos cuantos metros lejos del lugar la policía llega; alertada, comienzo a caminar más rápido. La gente se empieza a acumular en el lugar de los hechos, me alejo lo más rápido posible sin llamar la atención. Al estar más lejos camino normalmente perdiéndome en las calles. Miro el cielo, es tarde, necesito buscar un lugar donde quedarme antes de que anochezca. Entre más me alejo busco un lugar para dormir. El cielo poco a poco se está oscureciendo y no encuentro nada, quiero que esta pesadilla termine, además de que estoy preocupada por Leo. «¿Por dónde jodimos me fui a meter?», me recrimino al no encontrar una salida. De tanto pensar no sé a dónde fui a dar. Esta calle no tiene salida, solo da salida por donde vine y enfrente esta una ¿Casa?, no creo que sea una casa. No quiero averiguar, me doy la vuelta para volver por donde vine, pero choco con un cuerpo fornido y alto, inmediatamente alzo mi rostro para verlo, como anteriormente lo dije es un hombre alto y musculoso vestido con un traje y sin cabello. —¿Qué hace en este lugar? —el hombre me intimida con su impetuosa voz. —Yo, me equivoque de dirección —no digo más. Rodeo al hombre para salir de ahí, pero me detiene tomándome del brazo y comienzo a temblar. —¿Acaso no sabes que es este lugar? Si no me dice por qué está aquí tendrás serios problemas —me amenaza. «Piensa en algo, Aina.» —Yo solo buscaba trabajo, pero me... —me interrumpe el hombre. —¿Vino por el trabajo? Lo lamento señorita, sígame. —de un momento a otro su aura intimidante cambio a una de confianza, aun así, desconfió del hombre. El hombre cambia de humor y me trata como una dama. Me cede el paso primero, no quiero seguirlo, pero por casualidad termine en un lugar donde hay trabajo y necesito uno para sustentarme, es poco el dinero que Leo me dio antes de marcharse. Tomo valor y camino a un lado del hombre que anteriormente me había asustado. Entramos al magnifico lugar que no deseaba entrar. Después de cruzar el gran portón caminamos por un largo y estrecho pasillo, en los muros hay cuadros de mujeres con cortas vestimentas, atractivas para cualquier hombre, eso me pone en alerta. Sigo al hombre hasta llegar al lugar más amplio, un gran salón con escenario aparece frente a mí con varias chicas en ropa deportiva ensañando. En frente del gran escenario hay varias mesas con sillones para los espectadores y a lado hay una barra de bebidas y entiendo que este lugar es de espectáculos. No hay nada malo aquí. —¡Hey! Jeff te vienen a buscar —grita el hombre corpulento. El tal Jeff voltea dejándome ver su complejidad. Les dice algo a las chicas y dejan de bailar, él castaño baja del escenario, se acerca hasta mí y mira al hombre de traje. —¿Qué sucede? —pregunta el castaño. —Ella vino por el trabajo de bailarina. «¡Por dios! ¿Qué? ¿En qué te metiste, Aina?» Jeff me mira y le dice al hombre que nos deje a solas. El calvo hombre asiente y se va dejándonos solos. —Hola, me presento, soy Jefferson O’ Connor —me extiende la mano y la acepto. Jefferson de cerca es atractivo, un alto hombre y delgado de ojos cautivadores con una brillante sonrisa que contagia. —Mucho gusto soy... —lo dudo un poco. No puedo dar mi nombre verdadero, si esos hombres que nos persiguen dan conmigo y sin tener a Leo a mi lado para ayudarme no podré defenderme, es mejor ocultar mi identidad. —Emily Evans, mucho gusto. —¿Vienes por el trabajo? No estoy segura de estar aquí, pero necesito el trabajo. De pequeña mi madre me metió a clases de danza como todas las niñas de mi comunidad, así que no veo un problema en hacerlo. —Claro, vengo por el trabajo. —¿Te parce si nos sentamos? Acepto su amabilidad, él jala una silla y me brinda el lugar, le agradezco y me siento. Él antes de sentarse les grita a las chicas que practiquen de nuevo, ellas asienten y regresan al escenario. —Supongo que sabes bailar. —Si, pero hace un tiempo que no lo práctico —confieso. —No hay problema con ello, puedo entrenarte de nuevo. El castaño me observa con detenimiento y me pone incomoda en la manera en que lo hace. —Eres bonita y tienes cuerpo —sus verdes ojos me escanean —Solo debes de bajar un poco de peso, no hay problema en eso con las practicas bajaras rápido. —Ok. —Estas contratada, solo porque me urge y estarás a prueba. Practicarás igual que las chicas mientras te aprendes las coreografías. Sonríe, me muestra su contagiosa sonrisa y sus dientes blanquecinos, de la misma manera le sonrió. —Estoy de acuerdo. —Esta noche te necesito aquí para que veas como son las presentaciones. Te veo a las diez de la noche, le diré a Jack que te deje pasar... ¡Ah!, y una cosa más. Las practicas empiezan a las tres de la tarde, no llegues tarde. —No te preocupes, siempre soy puntual. —Bien, Emily te dejo, necesito prepararlas para esta noche. Te veo después. —Está bien. Jeff de nuevo se sube al escenario con las chicas y comienza a animarlas en mover más su cuerpo, bailan muy sensual. Vuelvo a la realidad, analizo a mi alrededor; llegan otras chicas y comienzan a limpiar el salón, me levanto y salgo del lugar. Comienzo a caminar preocupada por no encontrar un lugar para dormir, cerca del lugar comienzo a buscar un lugar para descansar. No muy lejos, a unas cuantas cuadras encuentro un lugar, una señora está rentando una habitación, le pago un mes de estancia. Reviso el lugar y como no tiene nada, salgo a buscar algo para cubrirme del frío suelo, para comer algo y cosas de higiene personal. Tomo un fajo de dinero y salgo a un supermercado, antes le pregunto a la señora donde hay uno, ella gustosamente me dice dónde está y voy de compras. De regreso pido un taxi para llevar las cosas pesadas. Le pago y él muy caballeroso me ayuda a acercarme las cosas a la puerta. Meto todo a mi habitación y comienzo a arreglarlo para que se vea decente. Listo, tomo la bolsa con ropa que me compre y salgo al baño. El baño está afuera eso lo tengo que compartir con la señora y no me molesta, solo son ella y su pequeña hija. Caliento mi agua bajo el fuego con leña y lleno un bote de agua y lo meto al baño. Preparada el agua caliente la mezclo con el agua fría quedando en su punto exacto. Siento que el agua se lleva todos mis problemas, me quita un peso de encima, pero los problemas están presentes aún. Después de bañarme caliento la comida que compre y la sirvo en un plato. Terminado de comer agarro mi celular y un poco de dinero, salgo de la casa y veo a la señora Lily afuera en su jardín. —¿A dónde vas tan sola y a estas horas de la noche? —pregunta. —Saldré a caminar un rato —digo, no quiero darle explicaciones. —No salgas tan noche, este lugar es peligroso. Últimamente ha habido muchos asesinatos y más en jóvenes como tú. —Tengo una entrevista de trabajo en una tienda para el turno de la noche. —Regresa con cuidado, ¡Suerte! Me despido con la mano y cuidadosamente camino hasta llegar al lugar. Al llegar contemplo el lugar, se ve diferente de noche. Las luces de los reflectores alumbran la resplendente mansión y hay mucha gente vestida de traje que comienzan a llegar en autos. Lo que se me hace curioso es que en cada auto que llega bajan hombres trajeados, a simple vista se ven adinerados. Me acerco a la entrada y llego con Jack, el hombre moreno de ayer me da el permiso y me lleva con Jeff. El lugar está lleno de hombres y las meseras portan trajes muy cortos, esto me da mala espina. Llegamos con Jeff, Jack se va y le agradezco. —Qué bueno que llegaste a tiempo, el show está por comenzar. Jeff me lleva a un lado del escenario, me hace caminar por un estrecho y oscuro pasillo, solo las luces rojas hacen alumbrar el suelo y las paredes llenas de fotos de mujeres. Llegamos a una puerta al fondo, Jeff toca avisando que entrará, entramos y me permito observar el lugar, son los camerinos de las chicas y quedo más que impactada. Las chicas se maquilan en sus grandes tocadores, algunas se arreglan su vestuario. Todo es realmente impactante para mí, me siento como en un set antes de la grabación de una película. —¡Chicas! Acérquense —grita Jeff para llamar su atención. Las chicas dejan de hacer lo que están haciendo y se acercan a Jeff rodeándonos. —Les presento a Emily. Los ocho pares de ojos me miran atrás de Jeff donde estoy escondida, pero él se quita dejándome expuesta. —Hola —las saludo con mi mano y les muestro una sonrisa. —Ella es la nueva bailarina, estará como practicante mientras se aprende las coreografías. Necesito de su apoyo y la ayuden en los bailes. ¿Quedo claro? —¡Si Jeff! —todas contestan al mismo tiempo. —Bien, terminen que en cinco minutos salen al escenario. Las chicas regresan a sus labores. Al terminar de arreglarse salen del camerino y yo sigo a Jeff, ambos nos quedamos en la entrada del pasillo hacia los camerinos mirando de lado el gran escenario. Las luces bajan su intensidad y en seguida se prenden las del escenario dejando ver a las sexys chicas. Una melodía suena en el lugar y de inmediato las chicas comienzan a hacer sus movimientos sensuales. Los hombres comienzan a gritar haciendo bullo. Ahora entiendo todo, es un lugar de espectáculos para hombres. —Bienvenida a Sensation’s. —dice Jeff sonriente mientras ve a las chicas bailar sensualmente frente a los hombres. «¿En qué me he metido?»
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