—Mia, no le hagas caso.— terminó con el silencio Simon e intentó buscar mi mirada.
—Sobre... ¿Mi madre? ¿Mi madre biológica?— exigí saber y sentí como los latidos de mi corazón volvieron a acelerarse. JT se limitó a asentir con la cabeza y mirarme directamente a los ojos.
—Cad solo intenta convencerte de que hagas el trabajo sucio... No caigas en su trampa de forma tan tonta.— usando algo de fuerza, Simon me obligó a que le mirase. De la nada sentí como lágrimas comenzaron a formarse en mis ojos y como algunas de estas escaparon de ellos acariciándome las mejillas.
—Yo necesito saberlo...— murmuré con la voz temblorosa. El pelirrojo negó bruscamente con la cabeza y con sus pulgares me secó algunas de las lágrimas.
—Podemos descubrir todo lo que necesites sin él... Sin necesidad de hacer un trato con él.— su voz empezaba a perder el control, volviéndose temblorosa. Aparté mi mirada de él y la deslicé hasta el suelo.
—Escúchemos al menos lo que quiere decirnos.— pedí y le miré a los ojos. Simon, dejó escapar un suspiro, negó con la cabeza y luego asentió.
—Está bien. Sólo escucharle, nada de lanzarse.— creó algo de distancia entre nosotros y le dedicó una corta mirada a JT.
—Pasa.— dije de manera sosa, dirgiéndome a JT.
—Esto... ¿Quieres hablarlo aquí?— arqueó una ceja mostrando que estaba desacuerdo con lo que había dicho.
—Lo hablaremos aquí o en ningún sitio, tu decides.— el hombre dio un gruňido y terminó adentrándose en el piso. Con la cabeza le indiqué que entrase en la cocina. Simon intercambió la mirada conmigo, pero la apartó de manera inmediata. Volví a suspirar, esta vez cortamente.
—Esta vez si me gustaría tomar un café.— susurró JT con una sonrisa tonta en el rostro. Negué con la cabeza y me senté en frente de él. Simon permaneció de pie, con los brazos cruzados, mirando el suelo.
—Esta vez no lo ofrecí.— gruñí cortante y le dediqué una mirada asesina.
—Antes no eras tan violenta.— murmuró con diversión, aunque más bien fue una observación suya.
—¿Cuál es el trato?— ignoré por completo su comentario y le fulmine con la mirada. JT dio dos tosidos forzados, se pasó la mano derecha por el pelo y apartó la mirada de mi.
—Deja que te cuente lo que pasó en tu ausencia.— habló tras permanecer en silencio durante unos segundos.
—Habla.— le ordené con un tono orgulloso.
—Verás, eliminásteis los datos del juego, desgraciadamente te afectó de tal forma el veneno y durante tu estado de coma pasaron ciertas cosas. Fuimos descubriendo que no a todos se les desactivó el microchip, con lo que sacamos la conclusión de que siguen en peligro. Gracias a dios, nadie murió, de momento, pero tuvimos que crear un nuevo juego alternativo, para conectarlos a este.— Hizo una corta pausa para coger aire. —El microchip se desactiva nada más acabar el capítulo en el que se hallan. Solo que los capítulos son algo más complicados.— siguió hablando, pero no tardó en volver a callarse.
Mis ojos se abrieron como platos, una sensación indescriptible se apoderó de mi pecho y un nudo se formó en mi garganta. Me propuse ayudar a los demás a terminar el juego, pero lo único que había logrado fue ponerlos en un peligro mayor. La culpabilidad se extendía por mi interior y lo peor de todo, era que JT lo sabía. JT sabía que no me quedaría quieta y qur intentaría hacer algo. Dejé escapar un pesado suspiro y le dediqué una corta mirada a Simon, quien seguía estando callado.
—Pusiste muchas vidas en juego... Deberías hacer algo, ¿No crees?— arqueó una de sus cejas y se pusó lentamente en pie. Yo hice lo mismo, pero de manera más torpe.
—¡No intentes echarme a mi la culpa! ¡Si no habrías creado el estúpido juego la humanidad estaría mejor!— grité notando como algo de agresividad aparecía dentro de mi.
—Pero yo al menos se cargar con la culpa.— decoró su rostro con otra de sus sonrisas.
—¿Qué se supone que tengo que hacer?— cuestioné algo más tranquila.
—Querías salvar al mundo... Al menos cuando te propongas hacerlo, hazlo bien, si no, ¿Qué sentido tiene?— suspiró con diversión y picardía. —Puede morir más jugadores de los que ya murieron, pero esta vez no por mi culpa...— se acercó a mi, me rodeó y se inclinó hacia mi oído. —Yo soy su salvación.— susurró y volvió a crear algo de distancia entre nosotros. De manera violenta me di la vuelta hacia él y le dediqué una mirada asesina.
—¡Eso no es así!— levanté la voz notando como la rabia se abría paso en mi interior.
—Mis manos están limpias Cadmia... Las tuyas son las que se ensuciaron esta vez.— respondió con indiferencia y con la lengua recorrió su labio inferior.
—¡Ya basta!— explotó Simon y con un fuerte empujón le apartó de mi. Seguidamente me cogió de ambos antebrazos y me miró fijamente a los ojos. Su pecho subía y bajaba de manera agitada y los latidos de su corazón era muy acelerados. —Intenta manipular contigo... Dime que te estás dando cuenta de ello.— Suplicó sin apartar su vista de mi.
¿De verdad era eso lo que hacia? Manipular...
—Por favor... Mia, dime que no te has creído lo que te ha contado. Está más que claro que no fue culpa tuya, quizás ahora hayas dejado a algunas personas en peligro, pero salvaste a otras muchas...— rompió el silencio al ver que era incapaz de decir algo. Sentía como la sangre en mi empezaba a hervir, como las ganas de decir o incluso hacer algo en mi aumentaban... Pero el problema era que no sabía lo que debía hacer. Apostaba toda mi alma a que a JT le alegraba esta situación, a que se sentía completamente satisfecho con lo que había logrado.
—¿Cuántos jugadores han quedado atrapados en el juego alternativo?— pregunté ignorando en esos instantes las palabras de Simon. El pelirrojo dejó escapar un suspiro y me soltó de los antebrazos.
—Tengo más información en mi pequeña mansión.— lanzó su indirecta JT. Estaba más que claro que para saber más acerca de ellos, debía volver a ese infierno... Infierno en el que también podía encontrarme con Elías.
En los ojos de Simon comenzaron a aparecer rastros de desesperación. Tragué saliva y deslicé mi mirada hacia el suelo.
—No pienso volver a entrar en tu casa.— gruñí y cerré mi mano derecha formando con ella un puňo.
—Entonces me temo que acabas de matar a los jugadores que podías haber salvado.— arqueó una de sus cejas durante unos instantes y dio dos tosidos.
La culpabilidad se apoderaba de mi, de mi corazón, de todo mi ser. Era... Una sensación horrible. Me quitaba las ganas de todo. Sentía como mi respiración empezaba a agitarse.
—No puedo dejar las cosas así... Lo siento Simon.— murmuré entre dientes después de estar unos segundos en silencio pensando en que debía hacer.
—Supuse que dirías algo asi... No sé porque, pero siempre tuviste la necesidad de ir salvando a todo el mundo... Y sabes no lo entiendo... ¿No tuviste suficiente con lo que te hizo?— habló mientras que comenzó a negar con la cabeza.
—No lo entiendes...— susurré y sentí como lo que acababa de decir tendría consecuencias.
—¿Yo no lo entiendo? ¿En serio? ¿Cómo puedes decir eso? ¡¿Yo no lo entiendo y tu lo entiendes todo?!— gritó perdiendo un poco de contról sobre si mismo. Vi como cerró ambas manos formándo con ellas puňos. Seguidamente violentamente se acercó a mi, pero antes de que pudiese hacer algo, ya fuese malo o bueno, JT le separó de mi.
—Ni se te ocurra hacerle algo.— gruñó con un tono amenazador en la voz.
—Ah, genial.— murmuró furioso entre dientes y sin añadir algo más, salió de la cocina. Sentí una presión en el pecho que me cortó la respiración durante unos instantes. Con pasos rápidos seguí al pelirrojo, pero ya era demasiado tarde. Con un portazo se despidió de mi. Lágrimas comenzaron a formarse en mi ojos, pero se negaban a salir. No pasó mucho tiempo y sentí que JT había aparecido a mi lado como un fantasma.
—Como dicen en las películas románticas... "Si te quiere, volverá."— dejó escapar una sonora carcajada, pero de manera inmediata se volvió a poner serio. —¿Vienes conmigo entonces?— preguntó con la voz sosa.
—Lárgate de aquí.— gruñí creando en él algo de confusión. Con descaro arqueó una ceja y sin decir nada hizo unos pasos hacia la puerta.
—¿Estás segura? Puedo notar en tu voz que no lo dices en serio Cadmia. En el fondo estás más asustada que una mariposa que va a ser cazada.— prosiguió antes de extender su mano hacia la puerta para abrirla. —Te espero abajo, tienes diez minutos.— añadió, abrió la puerta y salió del piso, dejándome con ello completamente sola en él.
—Joder.— pensé en voz alta y me pasé la mano derecha por el pelo.
Con mucha inseguridad me dirigí al cuarto de baño y durante unos instantes me quedé mirando en dirección del espejo roto. Hasta ahora no me había dado cuenta de que mi cabello ya no era un azul marino como antes, sino que era un azul más claro, casi diría que hasta verdoso.
—¿Qué estoy haciendo con mi vida?— me pregunté a mi misma y dejé de mirarme en las sobras del espejo.
—Confía en Jasper.— oí extenderse por el interior de mi cabeza. Era la misma voz que me habló en ese sueño que tuve.
—Yo no conozco a ningún Jasper, joder.— respondí a esas palabras.
—Conoces a uno, pero quizás no eres consciente de que le conoces.— me siguió la conversación. —Tengo que irme.— añadió con algo de pánico en la voz.
—¡Espera! ¿Qué tengo que hacer?— pregunté sintiendo como los latidos de mi corazón aumentaron.
—Confía en Jasper.— respondió a mi pregunta y luego desapareció.
Parpadee unas cuantas veces y negué con la cabeza. Fue extraño, era como si estuviese teniendo una conversación contigo misma, pero al mismo tiempo... Sabía que no era así... La mujer del sueño me persigue, pero no para mal, puedo sentir en mis huesos que quiere ayudarme de alguna forma... Aunque sería más eficaz que me dijese quien es Jasper.
Dejé escapar un suspiro, negué con la cabeza y alcé la vista hacia la puerta del piso.
—Tengo que hacer lo correcto.— volví a hablar en voz alta y con pasos torpes me acerqué a la puerta. —Tiene mis recuerdos, se llevó unos meses de mi vida... Cada vez me quedan menos cosas que perder.— añadí, logrando obtener con ello más valor para acercarme a la puerta. —Escucharé lo que me tenga que decir y si la cosa es muy complicada, lo rechazo y vuelvo a... Al piso.- seguí hablando y salí del piso.
Nada más llegar a la calle, pude encontrarme a JT apoyado en un coche n***o. Nada más verme, una sonrisa apareció en su rostro y con un elegante movimiento se despegó del coche.
—Veo que decidiste venir conmigo.— inició una nueva conversación. Permanecí unos instantes en silencio y luego negué con la cabeza.
— No pienses en ningún momento que voy a tirarme directamente a un agujero n***o. Si veo un paso en falso, me iré de tu hermosa casa y puedes olvidarte de que caiga en más de tus tonterías.— le advertí, borrando con ello la sonrisa de su rostro. JT me observó sigilosamente y después de unos instantes asintió con la cabeza.
Extendió su mano hacia la puerta y con un simple movimiento la abrió. Seguidamente hizo un gesto con la mano libre, indicándome que podía subirme en el coche. Dejé escapar un suspiro y sin decir nada tomé asiento en él. JT hizo lo mismo y luego cerró la puerta.
— JT.— pronuncié sus siglas y vi como su cuerpo se tensó. Parecía que primero iba a ignorar mis palabras, pero luego levantó su mirada hacia mi, dedicándome gran parte de su atención.
— ¿Sí?— cuestionó y no se porque, pero en este momento me pareció un JT era algo más... ¿Humano?
— ¿Cómo te llamas?— tragué saliva y le miré a los ojos, mientras que crucé los brazos.