Charlie empujó con su hombro la puerta del laboratorio de química y entró. No había nadie aun en el lugar, ni siquiera el maestro, y no era de esperarse debido a que apenas eran las siete y treinta de la mañana. Tenía una hora entera antes de que todos aparecieran.
Suspiró y se dejó caer en cualquier asiento, sabía que tendría que moverse después ya que su maestro los colocaría en parejas apenas llegara como avisó la semana pasada.
No tuvo que preocuparse por Sara esa mañana debido a que Paul se encargaría de recogerla, así que decidió que podría salir antes y despejar su mente. Este iba a ser un gran año, de eso estaba seguro.
Recogió su cuaderno de bocetos de su mochila y abrió una nueva página en blanco. Luego buscó sus lápices de carboncillo y se mordió el labio inferior en una mueca de concentración mientras trazaba un dibujo.
Su ceño se frunció, sus manos se mancharon por el carboncillo, y cuando menos se dio cuenta, había dibujado un par de ojos que podía reconocer con facilidad aun cuando pocas veces había tenido la oportunidad de estar cerca de ellos. Parpadeó confundido y se sintió asqueroso.
Realmente parecía un acosador.
-Woow -escuchó un murmullo detrás de él-. Eres impresionante.
Charlie enseguida cerró su cuaderno y se giró para encontrarse con el mismo par de ojos que la miraban desde la página de su cuaderno. Brenda dio un paso atrás y alzó las manos.
-Lo siento, no quise espantarte -dijo y le dio una sonrisa suave.
Charlie se atragantó con su propia saliva y se sintió tan estúpido.
-N-No -negó, agitando su cabeza de un lado a otro tan rápido que por un segundo pensó que se rompería el cuello-. Me tomaste por sorpresa, eso es todo.
Se acarició el cuello, tratando de aliviar el dolor.
-Ese era un dibujo muy lindo -murmuró la porrista y rodeó la mesa de Charlie para sentarse frente a él-. Tienes mucho talento.
-G-Gracias.
Brenda soltó una suave risita y meneó la cabeza.
-Eres muy lindo.
Charlie hizo una mueca y se aferró con fuerza a su cuaderno de bocetos, no queriendo que Brenda pueda ver si interior ni por accidente.
-¿Q-Que haces aquí tan pronto?
Brenda miró a los lados, notando que aún no llegaba nadie, luego miró hacia el reloj contra la pared.
-No es tan pronto -respondió-. En diez minutos aparecerán todos.
-S-Si, pero aún no hay nadie.
-Bueno, y tú qué haces aquí tan pronto -preguntó Brenda de vuelta, con una ceja arqueada.
Charlie pensó que se veía tan bonita cuando hacía eso.
-¿Eh?
Brenda soltó una suave risita y se cubrió los labios con la mano mientras agachaba la mirada.
-¿Qué haces tan temprano aquí? -repitió la pregunta mirando a Charlie a través de sus pestañas.
Charlie se mordió el labio inferior mientras jugueteaba con sus dedos sobre su cuaderno de bocetos. Se encogió de hombros y no dijo nada más al respecto.
-Eres de pocas palabras, ya veo -susurró.
El sonido de la campana resonó y Brenda miró por encima de su hombro hacía la puerta donde ya empezaban a entrar los demás estudiantes.
-Supongo que hablaremos luego -le dijo a Charlie cuando vio a Maya entrar.
Se volteó y le sonrió, luego se puso de pie y fue hacía su amiga.
Charlie aun estaba conmocionado, y se sintió estúpido por no decir nada coherente cuando Brenda parecía estar tratando de empezar una conversación con él. No estaba seguro de que le quisiera volver a hablar después de este fiasco.
-Oye -sintió una mano en su hombro y giró la cabeza para encontrar a Paul rodeándolo. Él se sentó a su lado y dejó la mochila sobre la mesa, luego lo miró y le lanzó una sonrisa divertida con un meneo de cejas- ¿Algo interesante? Te vi hablando con Hastings.
-No sé a que te refieres -respondió Charlie.
-¿Seguro? Parecía muy cómoda contigo.
Charlie puso los ojos en blanco y recogió su mochila para guardar su cuaderno en su interior. Paul soltó una suave risita y negó.
-¿Escuchaste lo que pasó ayer en el vestuario de las porristas?
-Por supuesto, Jane no paró de hablar sobre eso en el chat -respondió Charlie.
-Pienso que se lo tenía merecido.
-Yo también -respondió Charlie-. Es algo fastidiosa.
-Yo creo que le gustas y esa es su forma de decírtelo.
-Pues vaya forma, hay mejores ¿sabes? -bromeó Charlie.
-Ya, pero ella no lo sabe -respondió Paul-. Sin embargo ¿Quién crees que lo haya hecho?
-No tengo idea, pero le agradezco.
-Jane piensa que fue obra de Brenda.
-¿Y por qué ella haría eso?
Paul le lanzó una mirada divertida.
-No sabría decirte.
Segundos antes de que sonara la campana que daba inicio al primer periodo de clases, el maestro entró seguido de un par de estudiantes que casi tropiezan contra su espalda.
-Buen día, jóvenes -saludó y dejó su maletín sobre el escritorio.
-Odio química -gruñó Paul en un susurro.
Charlie le lanzó una sonrisa.
-¿Qué materia te agrada? -preguntó con diversión.
Paul resopló una risita.
-Esa es una buena pregunta.
-Está bien -llamó a todos-. Vamos a colocarnos con nuestra pareja -dijo mientras sacaba una hoja de su maletín-, y recuerdan que trabajaran juntos todo el año así que más les vale llevarse bien porque no queremos accidentes trágicos en este salón.
Paul se inclinó hacía Charlie.
-Yo soy un accidente trágico en esta clase.
-Lo sé amigo -bromeó en respuesta.
-Espero que nos toque juntos -dijo cuando escuchó que el maestro empezaba a llamar a las parejas y ubicarlas en sus mesas designadas-. No creo pasar esta clase con buenas calificaciones si me abandonas, Charles.
-No sería mi intención hacerlo.
-Mitchell -llamó el maestro y Paul se irguió en su asiento-, junto a Montes por favor.
Paul se desinfló y se deslizó fuera de su asiento.
-Oye, Mariel sigue siendo buena en química.
-Si, pero es muy dura.
-Señor Mitchell, siéntese con su compañera por favor.
-Si, sí. Ahí voy -suspiró-. Buena suerte.
Charlie asintió y acomodó su cabeza sobre su puño.
-Continuemos entonces -dijo el maestro-. Harrow con Fuentes -Charlie vio a los estudiantes unirse en una mesa-. Hastings con Loyer. Blaine con…
Charlie se congeló cuando procesó el apellido con acompañaba el suyo. Parpadeó un par de veces y sintió sus músculos entumecidos cuando intentó recoger su mochila. Se le resbaló un par de veces de entre los dedos cuando se levantó de su silla y se dio cuenta que Brenda ya estaba en su mesa designada esperándolo y mirando en su dirección.
Tragó fuerte y carraspeó mientras se acercaba.
-Volvemos a vernos -bromeó Brenda y le regaló una sonrisa.
Charlie no podía acostumbrarse a ser el receptor de sus sonrisas.
-Así parece -dijo, sin tartamudear esta vez.
Dejó caer su mochila y se sentó en su silla.
-Me alegra tenerte como compañero -dijo Brenda después de un rato-. He visto que eres muy bueno, y realmente necesitaré algo de ayuda este año. Química siempre me patea el trasero.
-Es un placer ser útil -respondió.
Brenda le sonrió.
-Creo que serás muy útil.
Charlie sintió como sus mejillas se sonrojaban y agradeció cuando el maestro empezó a dar las indicaciones para la actividad y la atención de Brenda se dirigió al pizarrón. Este sí que iba a ser un año muy largo.
*
-¿Por qué eres tan raro con Brenda? -fue lo primero que preguntó Sean cuando se sentó a su lado en la cafetería.
Charlie lo miró y le lanzó una mirada de ojos entrecerrados.
-No sé a qué te refieres -respondió.
Sean puso los ojos en blanco y le sonrió divertido a sus amigos que se dejaban caer en sus asientos alrededor de la mesa.
-No sabe a lo que me refiero.
Paul soltó una suave carcajada y se inclinó para acercarse mientras rodea los hombros de Sara.
-Si, por supuesto -bufa-. No recuerdas que casi incendias el laboratorio de química la semana pasada durante nuestra primera asignación con nuestros nuevos compañeros.
-Realmente sigo sin entender por qué te gusta tanto -murmuró Sara malhumorada.
-Oye -chilló Sean-, la chica es linda. Y tiene un buen traser- auch -miró a Charlie con el ceño fruncido-. No seas rudo, solo digo la verdad.
Charlie jugueteó con su porción de pizza.
-¿Por qué odias tanto a Hastings? -le preguntó Tyler-. Ella no es mala.
-Ya, pero sé que es por ella que Jacob fastidia a Charlie.
-Pero no es como si ella lo enviara -refutó Stefan-. Es solo él siendo un idiota.
-¿Idiota? Hablamos de Anderson -preguntó Jane cuando llegó junto a Blair. Se dejó caer junto a Stefan y le dio un beso en la mejilla-. Hola cariño.
-Sara nos decía por que odia a Hastings.
-¿Realmente la odias? -le preguntó Blair.
-Odiar es una palabra fuerte -respondió Sara-. Yo no odio a Brenda, solo no me agrada mucho.
-Pero ella es genial -dijo Paul-. Hemos hablado un par de veces y es amigable y agradable.
-Si y es una gran capitana -aportó Jane.
-Además, Andrea y Maya te agradan.
-Eso es porque las conozco.
-Entonces no te has tomado el tiempo de conocer a Brenda -dijo Tyler esta vez-. Charlie ¿Por qué no defiendes a tu chica? -preguntó en broma.
-Ella no es mi chica -respondió-. Sin embargo, ellos tienen razón. No veo porque sigue sin agradarte.
-Oh, no sé -bufó-. Quizá por el hecho de que te menosprecias a ti mismo solo porque no le gustas. Sabes que hay chicas que si te miran y a quienes quizá deberías prestar más atención.
-¿Ah, sí? -cuestionó Charlie y arqueó una ceja- ¿Cómo quién?
-Está Marissa, del equipo de atletismo -respondió enseguida-. Ella pregunta mucho por ti y dice que eres lindo.
-También está esa chica de intercambio -aportó Jane.
-Oh, si, tengo Literatura con ella -dijo Blair y meneó las cejas a Charlie-. Y definitivamente me ha preguntado mucho por ti.
-¿Ya ves? -señaló Sara-. Yo solo… Brenda no me agrada porque mientras estés tan perdidamente enamorado de ella, no reconocerás lo genial que eres para otras personas.
Charlie hizo una mueca y se mordió el interior de la mejilla.
-Lo entiendo -respondió Charlie-. Gracias por preocuparte tanto por mí, pero creo que estoy grande para decidir por mí mismo lo que me conviene y lo que no me conviene.
-Sé que lo eres, pero espero que entiendas que Brenda Hastings es de las personas que no te convienen.
-Eso no lo decides tu.
Sara puso los ojos en blanco y se levantó de su lugar, recogiendo su bandeja con frustración.
-Bien, bueno -suspiró-. Allá tú.
Se alejó de la mesa y Paul resopló, dando rápidamente los últimos bocados a su hamburguesa antes de levantarse.
-Los veré luego -murmuró con restos de comida aun en la boca mientras seguía a su novia.
Sean hizo una mueca y lo miró con los ojos entrecerrados.
-Ella se fue muy cabreada.
-Si, pasa muy seguido últimamente -respondió Charlie.
-Sin embargo, tiene algo de razón -apoyó Jane-. Acerca de que hay muchas chicas interesadas en ti y tú nunca pareces notarlo.
-No estoy muy seguro de eso.
-Oh, vamos Charles -dijo Sean y le rodeó los hombros-. Sé de buena fuente que Chelsea está loquita por tus huesitos.
-Ya basta -advirtió Stefan-, no lo molesten.
-Solo queremos que tengas un buen último año, y no nos parece que pasarlo suspirando por Hastings sea bueno.
-¿Quién dice que yo…
Sean lo detuvo.
-Oh, vamos amigo, no eres para nada sutil.
-Si, lo sabemos desde noveno grado -asintió Jane.
-Fue literalmente desde el momento en que la viste -dijo Sean-. Se te hicieron ojos de corazón y no has parado de verla de esa forma desde entonces.
Charlie suspiró y dejó caer la orilla de la pizza en su platillo.
-Eso no es cierto.
-Niégalo cuanto quieras, pero no hay nadie en esta escuela que no lo sepa.
-¿Y sabes qué más? -cuestionó Jane-. Creemos que ella te ve igual.
Las mejillas de Charlie se sonrojaron cuando Blair asintió animada.
-A veces la vemos mirar a las gradas cuando ustedes nos esperan durante las practicas, y definitivamente no está viendo a Sara o Paul.
-¿Y recuerdan lo de los vestuarios? -preguntó Jane-. Creemos que fue su manera de vengarse de Sofía por lo que te hizo esa vez.
-Creo que ven muchas historias de romance -respondió Charlie.
-Pienso que sería genial que a ella le gustaras de la misma manera, y solo está siendo tímida.
-Eso no sería posible -respondió Charlie-. Fui yo quien actuó como un total tonto durante química, no ella.
-No significa que no la pongas nerviosa.
-Creo que se han inmiscuido demasiado en mi vida amorosa por hoy.
-¿Qué vida amorosa? -bromeó Sean y todos, incluso Charlie, soltaron una risita divertida.
Sin embargo, no tardó mucho para que la alegría en la mesa acabara, cuando una presencia se acercó detrás de Charlie. Él no necesitó voltearse para ver de quien se trataba, era suficiente con ver las expresiones de sus amigos.
Una mano se posó en sus hombros y sintió un fuerte apretón.
-¿De qué nos reímos, nerds? -preguntó Jacob.
-Vete de aquí, Anderson -advirtió Stefan con el rostro serio.
-Ya veo que se te ha subido el poder de capitán a la cabeza -bufó-. Es realmente adictivo ¿no es así?
-Al menos no seré un cerdo como tú.
-No me vuelvas a llamar así -gruñó en respuesta. Luego se inclinó para hablar al oído de Charlie- ¿Me extrañaste Loyer?
Charlie se enderezó y, sin voltearse, respondió.
-Fue una buena semana, hasta que volviste.
Jacob soltó una suave carcajada.
-También te extrañe, pero no te preocupes que no te dejaré solo tanto tiempo.
-Oye, amigo -la voz de Sean resonó y Charlie se encontró con una mirada furibunda-. Suelta a Charlie y déjanos en paz.
-¿Y qué vas a hacer?
-Te voy a patear el trasero, y por segunda vez en el mes te verán llorar como una nena -respondió-. O tal vez Charlie se animé a terminar lo que empezó.
Antes de que Jacob tuviera tiempo a responder, Charlie se levantó de su lugar.
-Ya basta -advirtió-. Será mejor que te vayas ahora, Jacob.
Jacob dio un par de pasos hacia atrás con las manos levantadas en un gesto de rendición. Allen y Brandon lo flanqueaban, pero no estaban dispuestos a acercarse mucho.
-Tranquilo, tigre -respondió con diversión en su voz-. Ya me voy, supongo que los veré en el baile este sábado.
-Tienes prohibido ir al baile y acercarte a Charlie -respondió Jane.
-No puedo perderme de la diversión.
-Solo déjanos en paz -dijo Stefan.
-Bien, bien -suspiró-. Ya me voy, solo -se inclinó para hablarle a Charlie al oído- espero verte en un lindo vestido Loyer y no olvides tus tampones, no querrás tener un accidente.
Y se alejó con esa estúpida sonrisa en su rostro.
Las mejillas de Charlie se sonrojaron y sus manos empezaron a temblar por lo que esto significaba. No podía creer que su mayor secreto era conocido por su peor enemigo.
Sean intentó llamar su atención, pero parecía completamente fuera de su cabeza.
-Oye ¿todo bien? ¿Qué te dijo ese idiota?
Charlie negó repetidamente y recogió su mochila.
-Nada, nada -respondió. Agarró la bandeja de su comida y empezó a alejarse-. Las veré en Historia -les dijo a Jane y Blair y se marchó.
-Espera Charlie ¿estas bien? -le preguntaron, pero él no se dio la vuelta.