Miedos

1810 Words
─¿qué sucede? ─pregunta Angel lista para dar pelea con su bolígrafo en mano. ─Llame a la policía. ─dice intentando arrancar de nuevo el auto, pero uno de los tipos golpea el vidrio del auto. ─¡Abre! ─grita al descubrir que Ángel le ha puesto seguro a su puerta. ─¡¡Salga de aquí!!, ¡Vámonos! ─grita Ángel asustada, al chofer del taxi. El anciano levanta las manos asustado, los motociclistas son demasiados, y sabe que lo mejor que puede hacer es dejar que se lleven lo que se quieran llevar. ─¡¡Vámonos!! ─vuelve a insistir presa del pánico, se aferra a la puerta para evitar que la abran a la fuerza. Nada más lejos de la realidad, el hombre se baja del auto y se aparta, uno de los motociclistas le da un par de manotazos al hombre que no duda en salir corriendo despavorido dejando a Ángel, sola y desamparada con todo esos tipos. Todos se detiene en cuanto una motocicleta en particular llega, su motor se escucha como el rugir de un león, es fuerte y estruendoso a su paso. Es toda negra, con luces verde neón en las ruedas, en su casco oscuros no se puede ver nada dentro. Todos se apartan y se hacen a un lado al verlo llegar, se colocan en modo vigilancia, asegurándose de que nadie esté cerca. El lugar está desolado, pese a estar a pocas calles de su casa, el lugar en el que el taxi fue detenido es en una zona no habitada, donde antes fue una gran fábrica, ahora no hay más que un enorme lote baldío. Detiene su moto el que acaba de llegar, se baja y camina al taxi mirando fijamente en dirección de Ángel. Ella conoce el lugar, sabe que aunque grite es imposible que alguien la ayude, no hay nada cerca, no lo suficiente como para escuchar sus gritos. Se mantiene sentada en su lugar, lista para lanzarse sobre quién sea que intenta lastimarla, aún nadie ha intentado sacarla del taxi. ─Buenas noches, mi estimada dama. ─se inclina a ella como si se tratase de la realeza. ─usted tiene algo que me pertenece. ─dice una voz robótica que proviene del casco. Lo que causa mucha gracia entre los demás motociclistas. Ángel enseguida recuerda la billetera, sin dejar de ver fijamente al hombre que se acercó a ella. Revisa su bolso a ciegas y da con la billetera, la saca enseguida y la lanza hacia el asiento del conductor. ─¡¡largo!! ─grita aterrada sin abrir la puerta del asiento trasero mientras sus ojos empiezan a verse enrojecidos y su nariz brillosa. ─Ya escucharon. ─dice entre risas uno de los hombres a modo de burla. ─Largo. ─dice el hombre frente a ella. ─los veo después, y asegúrense de escoltar a nuestro amigo a su casa. ─dice señalando al chofer del taxi, que aún corre en línea recta lo más lejos posible. Inmediatamente los tipos en moto se alejan del lugar y siguen al chofer del taxi. ─La encontré y la tomé, pero no he visto nada, no se nada. Déjeme ir. ─dice aún paralizada en su asiento. Sin decir nada se acerca más al taxi, y toma su billetera, la abrió y la revisó. ─Entonces, sabes cómo soy. ─dice al notar que su identificación está del lado contrario a como él siempre la deja en su billetera. ─sabes mi nombre... sabes todo de mi. ─niega con la cabeza. Ángel lo sabe, él se ha dado cuenta que ella ha revisado su billetera, ¿pero, cómo fue tan tonta? se abofeteó mentalmente sin parar al darse cuenta que su curiosidad ahora la podría matar. ─no se nada, creí que podría ser de alguien del instituto, es todo. No he sacado nada, no tome nada. Solo váyase y déjeme. ─dice aterrada, escondiendo su mano con el bolígrafo, para sacarlo de sorpresa de ser necesario. ─¿segura? ─pregunta intentando abrir su puerta. ─¡¡si, lo juro!! ─responde nerviosa. ─Bien... ─retrocede viendo a sus amigos irse. Busca en su bolsillo, y saca el teléfono. ─esto es tuyo. ─dice lanzándolo en el asiento del chofer, donde ella ha tirado su billetera. ─Sé donde vives. ─dice, y se aleja hasta llegar a su moto. Mira un par de segundos a Ángel antes de subir a su moto, niega con la cabeza y se va. No era posible, ¿cómo era esto posible?, le habían devuelto su teléfono, ¡¡¿como era esto posible?!!, de todas las cosas que imaginó, jamás pensó que podría volver recuperar su teléfono. Revisa su teléfono por unos segundos, revisa que no tenga nada extra, lo apaga y lo guarda en su bolso. De la misma manera que la motos aparecieron, desaparecieron, se fueron causando un escándalo a su paso, al estar sola y expuesta en el lugar, se bajó del taxi y empezó a caminar. La calle es oscura, un millón de cosas podía pasar, con paso firme, casi corriendo sale del lugar, dejando atrás el taxi. Su corazón está en pausa todo el tiempo hasta que logra ver su casa, sabe que está cerca, pero hasta que no cruce la puerta, no estará tranquila. Al llegar a su casa, y ver a sus pequeños dormidos, suelta un suspiro de alivio por fin. Miles de cosas rondaban su cabeza, pero en ese momento la prioridad era tener seguros a sus pequeños. Cerro la puerta con seguro, los cuchillos los guardó en el cajón de ropa interior, a excepción de uno que deja bajo su almohada. De la misma manera que deja una silla tras la puerta, las ventanas aseguradas con una torre de vasos de aluminio, además de un par de cosas ruidosas. Cualquier intento por entrar a su casa mientras ella duerme, será frustrada con ruido. Ordena lo mejor que puede su casa y se queda en el sillón haciendo guardia para lo que podría pasar, enciende su teléfono para usarlo en caso de que tenga que llamar a la policía, la llamada que esperaba de otro país ya no importaba, ya ni siquiera era algo en los que ella pudiera pensar, solo podía pensar en las palabras del tipo. "sé donde vives" Está por cerrar su ojos por el cansancio, cuando su teléfono suena. Da un brinco y hace toda maroma posible por no dejar caer su teléfono, ya que la sorpresa es tanta que no sabe ni cómo bajar el volumen o parar el tono de llamada. Cuando por fin lo consigue ve la pantalla, es un número internacional. ─¡¡No puede ser!! ─da un brinco desde donde está a la mesa, reconoce el medio desde el que la llaman, ya que es el mismo medio que se usó para el contrato para crear libros y cobrar por ellos de modo virtual. Acomoda su cabello lo mejor que puede, sin maquillaje y algo ojerosa abre la llamada. ─Buenas noches. ─dice aún tratando de arreglar su cabello. ─Buenos días. ─sonrie una chica muy amable, se ve muy bien arreglada y maquillada. ─De antemano, la empresa "Editorial, Stramberry" se disculpa contigo, varios inconvenientes en la red nos hizo imposible contactarla antes, pero agradecemos su paciencia. ─asiente con una sonrisa. ─Gracias. ─dice algo nerviosa. Inmediatamente esta videollamada se convierte en una conferencia virtual, al unirse un delegado de la empresa de la aplicación en la que publica los libros, así como su editora. ─Hemos sido partícipes de el éxito que ha obtenido uno de los libros en la plataforma, con más de seis millones de descargas y la solicitud de que sea físico por parte de los que se han convertido en fans, así como también han solicitado firma de libros, más ediciones y finales alternativos, por lo que ahora directivos de la Editorial Stramberry quieren hacer de este gran logro algo físico. ─Dice uno de los directivos. ─Nosotros... ─interviene uno de los directivos de la aplicación. ─por medio del contrato les hemos dado la información de contacto y también que el libro, pese a estar bajo contrato y tener un margen de ganancia para la empresa, es su decisión como escritora y creadora de esta gran historia, decidir qué tanto alcance puede tener la historia. ─Claramente si dices que no, el libro continuará en la plataforma y seguirás obteniendo las ganancias que ahora percibes, pero al convertirlo en físico... ─dice la editora. ─Tendrías un margen de ganancia muy por encima del que ahora recibe... ─interviene uno de los directivos de la editorial. ─ya que si bien el margen de ganancia personal del libro es del 60%, nosotros pagaremos la firma de libros, así como los viajes y las presentaciones que se haga durante la edición. Lo que representaría un margen de ganancia extra, con ganancia personal neta. Todo esto se escuchaba demasiado bueno para ser real, Anguel no revisaba la plataforma más que para escribir, por lo que no tenía ni idea de que hubiera tantas lectura y compras de su libro en línea, pero debería esperar hasta terminar la videoconferencia para revisar, pero por otro lado, hablaban de viajes, de ediciones y ganancias, pero ella no tiene documentación para salir del país, jamás había llegado tan lejos como para tomar un avión, y ahora hablaban de eso, pero había ahora otro problemas, sus hijos, ¿con quién se quedarían? ─Agradezco mucho el interés en libro, siendo honesta no pensé que tuviera tanto alcance, ya que es un libro que ha estado en la plataforma por dos años, y que ahora sea conocido es lindo, pero hablan de viajar y yo no tengo pasaportes o algún documento que me permita salir del país. ─Eso no sería un impedimento. ─interviene de inmediato los directivos de la editorial. ─como se mencionó antes, nuestro interés es genuino, por lo tanto, se haría un convenio con la embajada de su país para un permiso laboral, de esta manera usted estará presente en las presentaciones de libros, en las firmas y de haber algún proyecto más allá, se puede ir moldeando a su comodidad, además tengo entendido que este libro tienen una segunda parte que está en edición... ─Son cinco libros de hecho. ─interviene Angel. ─es solo que aún no está editados. ─Tal vez es prematuro decirlo. ─interviene la editora. ─pero se estuvo también en charlas para que de haber más partes y gustar al público, se pueda hacer una serie con ellos. ─Eso generaría aún más ganancias y reconocimiento como escritora. ─dice el directivo de la editorial, demostrando cómo está interesado en la publicación. Esto es demasiado, más de lo que podía soportar, después de un pésimo día tenía todo esto en sus manos, y el miedo empezó a ser tan abrumador como la emoción, pero no puede ser todo tan bueno. ─Puede pensarlo. ─Dice la editora al ver la cara de Angel, se ve realmente consternada.
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