Capítulo 2.
Pruebas del destino.
—Narración—
— Bruno Santos —
Estados Unidos, condado de la Florida, noche lluviosa.
—El que llegue de último lava los platos por una semana. —Rocío, la hermana de 9 años de Bruno. Corre de la habitación al comedor donde su abuela espera con la cena servida.
—Rocío, no puedo correr; recuerda que me doblé el tobillo en la bicicleta. —Hannah, la hermana de 7 años de Bruno y Rocío, se queja de su pequeña torcedura mientras intenta cansar a su hermana.
—Tú y yo le ganaremos a esa pesada. —Bruno carga de ella llevándola en sus hombros al comedor, ganándole así a Rocío.
—No, no se vale, abuela, dígale que eso fue trampa. —Se queja Rocío con gran enojo.
—Si sabes cómo son tus hermanos, ¿por qué apuestas contra ellos? Bruno, cariño, se me olvidó la salsa; tráela, cariño, por favor; ya tu vieja abuela no soporta los calambres. —Nashira, la abuela de 60 años de Bruno, tras un accidente laboral donde cayó por las escaleras de más de dos pisos, ha sufrido de calambres que en momentos le impiden caminar, entumecidas sus piernas.
—Sí, abuela, enseguida. —Bruno va a la cocina y toma la salsa, llevándola de vuelta a la mesa, donde el sonido de la puerta lo hace levantar nuevamente.
—Mamá, papá. —Dice Hannah, corriendo para abrir la puerta, donde se queda en shock al ver a los oficiales afuera.
—Buenas noches, joven, ¿hay alguien adulto en casa? —Dice la mujer con dolor en sus ojos al ver a la pequeña.
—Buenas noches, oficiales, ¿sucede algo? —dice Bruno, tomando de los hombros a su pequeña hermana.
—Si no le molesta, ¿podríamos hablar a solas?
—Sí, por supuesto, ve a comer, Hannah.
—Sí, hermanito.
Bruno sale cerrando la puerta al salir, se acerca a los oficiales quién con un nudo en la garganta le informan del trágico accidente en el restaurante donde sus padres perdieron la vida tras un robó a mano armada, el mundo de Bruno se volvió de cabeza, solo piensa en sus dos pequeñas hermanas y su abuela que no soportaría la noticia de que su amado hijo y su nuera perdieron la vida, más el dolor sumado por la perdida de sus padres, con gran dolor le cuenta a su abuela quién llora sin control y a tus dos hermanas a las que les tiene que explicar de forma cuidadosa y clara que no volverán a ver a sus padres, todo empieza a descontrolarse desde ese momento su abuela enferma de la presión y su hermana pequeña sufre de depresión mientras Rocío se encierra en su propio mundo.
El día del funeral dos hombre van a verlo a casa donde uno de ellos es amigo de su padre y les tienes ayuda debido a que nos son una familia adinerada y han sabido sobrevivir con poco pero siendo feliz, Bruno para solventar algunos problemas con tan solo 20 años tuvo que luchar por su familia, el dinero que le habían dejado sus padres se acababa y no tenían como solventar todo, con una abuela enferma tenía que hacerse cargo de sus hermanas, una amiga de su madre quien es sicóloga les da terapia a sus hermanas y así poco a poco ellas empiezan a integrarse a sus rutinas las cual dantes se hace cargo, las lleva a la escuela, partiendo luego al trabajo de la mañana y pasa por casa ayudar a la abuela, prepara el almuerzo y vuelve por sus hermanas a la escuela para llevarlas a casa donde se quedan con su tía Mirella quien viene de paso y se va al Bruno volver del segundo trabajo donde trabaja hasta las 8 pm, al llegar a casa estudia hasta tarde en una universidad en línea a la que le a puesto todo su empeño para sacar su título de abogado el cual congela al verse sometido a un tercer trabajo en un bar que le da más paga y así puede cumplir con todo en casa llevándolo al cansancio extremo, a pesar de todo saca tiempo para estar con su abuela y sus hermosas por las noches para ayudarlas con las actividades escolares y tomar la tensión de su abuela, no cuenta con más apoyo ya fue su tía no tiene los recursos para hacerse cargo de ellos y también tiene una familia, a Bruno el dinero no le molesta ya que con solo ayudarlo a cuidar de su abuela y sus hermanas él está agradecido.
Una noche de verano su hermana Rocío enfermo con grandes erupciones y mucha fiebre, obligándolo a faltar a sus dos primeros trabajos el cual fue echado, viéndose en grandes aprietas ya que no tenía para comprar las medicinas de su hermana ni de su abuela y como la mayoría de las enfermedades su hermana Hannah también se contagio llevándolo al borde de un colapso nervioso, se encierra en su habitación a llorar sobre el suelo junto a la puerta de su hermana que llora incontrolable por el ardor, la desesperación lo lleva a salir a la calle hacer algo que no quiere hacer toma un cuchillo y con el corazón destrozado ve a dos jóvenes salir de un club de dinero, se acerca de ellas pero alguien se le adelanta al verlas pasar por un callejón donde un hombre intente robarlas y abusar de una de las chicas que no logro escapar, al ver ese acto se acerca forcejeando con el hombre lo derriba al suelo apuñalándolo descarga su enojo en el mientras la chica temerosa lo observa mientras tiembla sobre el suelo, toma su celular marcando a un número donde se inmediato aparecen 5 hombres vestidos de n***o que al ver la acción de Bruno lo sostienen de los hombros para golpearlo cuando la chica grita.
—No, no, déjenlo, él salvó mi vida, Alan, él salvó mi vida. —Dice la chica interponiéndose entre los hombres y Bruno.
—Quiero las cámaras de seguridad del lugar, y tú, Francisco, estás despedido. —Dice el hombre imponente.
—Pero, señor.
—Pero nada, ella es tu responsabilidad, tú, muchacho, toma esta recompensa. —Le entregan un fajo de dinero a Bruno, quien se niega a aceptar a pesar de su situación. —Toma el dinero y sal de aquí. —Bruno se arrodilla al ver el dinero en sus manos, llora al pensar que quizás él fuera el hombre herido sobre el suelo y que solo puede ser una prueba lo que acaba de pasar.
—Vamos, te llevaré a casa por agradecimiento. —Le dice la chica extendiendo su mano; ella vio en él a un guapo hombre que la había hechizado.
—No es necesario, muchas gracias, ya es suficiente con esto, joven. —Le dice Bruno apenado y avergonzado al verla.
—Tonterías, sube al coche, no aceptaré un no como respuesta.
Esa noche ella lo lleva a casa y él entra viendo a su abuela sentada en la sala con un beso del batido que a Bruno le gusta. Él no sabe que ella lo vio tomar el cuchillo y salir de casa, pero sus ojos delatan lo que ella cree que hizo.
—No te juzgo, hijo, te hemos puesto entre la espada y la pared; son razonables tus acciones. —Dice su abuela extendiendo sus brazos para cubrirlo en un gran abrazo.
—No lo hice, abuela, no pude. —Se arrodilla para abrazarla.
Le cuenta lo que pasó y ella lo escucha atenta y sorprendida; ambos pasan horas platicando y, por último, la hace reír. Él se duerme entre sus brazos como un niño pequeño. A la mañana siguiente su abuela estaba despierta haciendo de comer como solía hacerlo, ya se había tomado la tensión con ayuda de Rocío y amabas estaban desayuno, al desayunar el sale a comprar las medicinas y la comida del mes, la chica de anoche le digo mucho dinero, que lo ayudarían por varios días si lo sabía gastar hasta que encontrará trabajo ya que sale con su currículum entregándolo en varios lugares, al volver a casa su abuela lo espera en la sala y junto a ella dos hombres que ya había visto, le explican de quién es hija la chica a la que salvó a noche y que quedaron impactados por la forma en que la defendió, en definitiva una gran Azaña y que estaban ay para ofrecerle una gran oportunidad después de ver su expediente y su porte califica para su trabajo, y que por ello debe agradecer a la joven quien hija del comisionado, él hombre no le dijo que vio la necesidad y eh temor en sus ojos y por ello estaba en su casa para darle trabajo, Bruno más que agradecido le estrecho la mano intercambiando contactos lo esperaba una gran oportunidad a la que le pondría todas las ganas.
A la mañana siguiente fue a su entrenamiento, su abuela se estaba siendo cargo de sus hermanas y tú hermana Rocío lo apoyaba, tras varias horas y trabajo duro por más de 6 meses Bruno logro entrenarse para convertirse en un hombre diferente, está vez vestía de traje y protegía a la gente, comenzó su trabajo cuidando de la joven a la cual salvó hasta que ella se fue al extranjero a vivir con su esposo y el se quedó por su familia a la cual no deja de cuidar, aún lleva a sus hermanas al Colegio y ellas vuelven en el autobús, le compro un hermoso pastel para cuando Rocío cumplió 15 años aunque ya no ganaba como antes le da lo que puede y no mesa falta, además son cuidadas por una niñera que contrato para cuándo su tía no pueda cuidar de ellas y el no esté. Todo cambio al ganar la alcaldía Dante Ferruco, quién exigió más personal para cubrir su espalda, llevando a Bruno a trabajar más duro para pasar el curso de entrenamiento y entrar en los 20 hombres que exigían, la paga era muy prometedora y lo ayudará ahorrar para la universidad de su hermana, así llegó a la casa Ferruco una tarde cubriendo la espalda del propio alcalde, convirtiéndose en uno de sus mejores hombres, conociendo cada paso que el da, hasta que empezaron a despedir al personal de la nada y se rumoraba que se trataba de la hija mimada del jefe, mucho hablaban de ella como si fuera una pesadilla, un tormento que sacaba lo peor de su padre y que sin importar nada hacia que despidieran a los hombres que cuidaban de ella, aún así Bruno solo escuchaba y no opinaba ya que respecta y no se mete en la vida de los demás, sintiéndose seguro ya que es u o de los mejores hombres del alcalde babas pensó que lo pondrían de niñero.
—Bruno, pasa, muchacho, necesito hablar contigo. —Lo llama su amigo y ídolo Alan, quien ha sido como un padre para él.
—¿Me llamó, señor?
—Así es, Bruno, tú eres uno de mis mejores hombres, podría decir que el mejor, y por ello el alcalde te ha designado a la tarea de cuidar de su hija. No sé si has escuchado de ella, pero necesita a alguien como tú a su lado, ya que me ha hecho perder mucho personal. Confío en que tú cuidarás de la futura dueña de las empresas Ferruco y, por tu determinación, no permitirás que te despidan. La tarea no es fácil, pero confío en ti. —Bruno no podía creerlo; sin embargo, está acostumbrado a niñas rebeldes, ya que su hermana Hannah es un terremoto en casa. No debe ser difícil, pero debe admitir que nunca pensó que le tocaría ser niñero de la niña mimada de la que todos hablan y él aún no conoce.
—Entiendo, señor.
—Para este trabajo la paga seguirá siendo la misma. Su padre como yo estamos cansados de cambiar de personal y sé que tú gastas que eso cambie. Partidas mañana a la finca Ferruco, donde se instalará a la chica tras su hazaña de la noche. —Cómo no saberlo si los vídeos del arresto están en todos lados, pero Bruno no cuenta con teléfono inteligente para saberlo.
—Recogeré mis cosas, señor.
—Gracias, Bruno. —No podría negarse; los últimos dos que lo hicieron fueron echados y él no perderá su trabajo por una niña mimada, eso está claro, más con la carga que tiene sobre sus hombros.
Esa tarde Bruno recogió sus cosas entre burlas y críticas de sus compañeros que le deseaban suerte con la loca, como la llaman muchos; él solo se mantiene en silencio, ya que hablar de las mujeres no es su estilo y la verdad no la conoce para juzgarla; solo escucha la basura que hablan de ella, pero no la conoce como tal y no juzgará lo que no conoce. A la mañana siguiente, turno uno de los coches que conduce y partió al rancho donde, al llegar, una joven lo lleva a su habitación y lo ayuda a instalarse. En la espera de la llegada de su jefe y su hija, se familiariza con el lugar y los compañeros con quienes va a trabajar para cuidar del lugar. Al ver la hora, una de las chicas lo llamó para comer. Cuando es llamado por la encargada de la casa, anunciando la llegada de su jefe y la insolente, como la llaman.
— Fin del flashback —
— Bruno Santos —
Me levanto al escucharla y camino a la sala; al acercarme, puedo escuchar una fuerte discusión.
—¿O qué, me vas a pegar de nuevo? —No sé si entrar, pero lo hago y mi jefe me recibe con gran alegría.
—Bien, Bruno, pasa, me alegra que seas el primero en llegar. —Puedo verla sobre el sofá, ignorando todo el entorno a su alrededor.
—Estoy a su orden, señor. —Le digo fijando mi mano para estrecharla como acostumbro.
—BETHANY, levántate de inmediato. —Le grita mi jefe y al fin logro verla por completo.
—Sí, sí, como sea, Dan… —Es hermosa, con una lengua muy fuera de lugar y no puedo evitar analizar su estado de shock y la miro esperando su reacción.
—Bethany, él es Bruno Santos, tu nuevo guardaespaldas.
—Es un gusto, señorita. —Le extiendo mi mano para estrecharla a la de ella y puedo ver que vuelve a sentarse.
—Un gusto, Bruno. Ya puedes irte, Dante, ya dejaste a tu perro faldero, vete. —Recojo mi mano cerrándola en un puño y retirando.
—Presiento que él no te hará las cosas fáciles. Traje al mejor para ti, Bethany, suerte con eso. Te llegará un correo con tu nuevo itinerario, a ambos; confío en que harás que cumpla con sus deberes, Bruno.
—Así será, señor. —Le digo al notar su mano en mi hombro.
—Ya veremos —dice Toma, mirándome con maldad.