21- Confío en ti

1496 Words
JESSA Sigo a Trace al centro con el corazón en la garganta. Lo que sea que este tramando, tengo que saberlo. No estoy segura de que espero, pero de alguna manera, no me sorprende descubrir que estamos de vuelta en el barrio sórdido donde me lo encontré antes. Se esconde en el bar y yo espero en la calle de enfrente, paseando de un lado a otro. Repasando mil escenarios en mi mente. ¿Qué está ocultando? ¿Y por qué no me dice que está pasando? Finalmente, después de lo que parece una eternidad, emerge, con aspecto agotado. Nuestras miradas se encuentran al otro lado de la calle y la ira se refleja en su rostro. Se acerca a mí. —¿Qué demonios haces aquí? — pregunta, agarrándome del brazo. —¿Me estabas siguiendo? — —¡No me dejaste muchas opciones! — respondo. —¡No puedes dejarme sin respuestas y esperar que siga con mis asuntos como si nada! — Trace mira a su alrededor con ansiedad y luego me arrastra por la esquina. Nos lleva a un callejón desierto, fuera de la vista de la calle. —No lo entiendes— maldice con los dientes apretados. —No sabes en lo que te estás metiendo— —¡Dime! — exclamo. —Todo este misterio, todas tus mentiras. No puedo soportarlo más. Tienes que decirme que está pasando— —¿Por qué? ¿Para que puedas ponerte en peligro? — ruge Trace. —Esta gente es seria. Tienes que dejarlo en paz— —¡No! — grito furiosa. Luego me contengo y doy un paso hacia él, suplicándole. —Trace, solo dime que pasa. ¿Es por el negocio? — pregunto, pensando en la memoria USB y esas cuentas falsas. ¿Estás haciendo algo…ilegal? ¿Le estás robando a tu socia? ¿Estás en complicidad con este mafioso? Lo tengo en la punta de la lengua, pero no puedo decirlo. —Dije que me encargaré de ello— gruñe. —¿Y se supone que debo confiar en ti? — grito. —¡Si! — Trace avanza, apoyándome contra la pared. —¿Por qué es tan difícil hacerlo? — exige, respirando con dificultad. —¿Por qué no puedes creerme cuando digo que estoy tratando de protegerte? Por favor, Jessa… — su rostro se agrieta y veo una terrible carga en sus ojos. —Estoy haciendo esto por ti. Por todos. Tienes que confiar en mí. Por favor…— Lo miro desgarrada. Puedo ver la desesperación en su rostro. Sea lo que sea con lo que este luchando, lo está consumiendo. Quiero confiar en él. Quiero creer que nada de esto importa. Que la pasión que Trace y yo compartimos es suficiente para ocultar todas estas preguntas y hacer que todo esté bien. Pero no es así. Y esto no se trata solo de emociones. Sexo, y la emoción de este, y nuestro baile seductor. Este hombre me amenazo. Y sea lo que sea este asunto con Nero Morelli, Trace esta tan involucrado que ni siquiera puede darme una explicación sencilla. Me libero de su agarre. —Lo siento, Trace. Me dices que confié en ti…Pero no sé si puedo— Salgo corriendo, perdiéndome en las calles de la ciudad hasta que estoy a unas cuadras de distancia y finalmente puedo reducir el ritmo a un paso de caminata. Jadeo en busca de aire, las lágrimas me pican en las esquinas de los ojos. ¿Qué debería de hacer? Mi cabeza de vuelta con preguntas que no puedo ni empezar a responder, y mi corazón duele de arrepentimiento por la mirada que vi en los ojos de Trace. Termino caminando durante horas, dándole vueltas a todo. Pienso en el matón de Nero Morelli abordándome fuera de mi puerta. Christina diciéndome que no puedo confiar en Trace. pero, sobre todo, sigo pensando en su cara cuando me dijo que confiara en él…Y en cómo me sentí, durmiendo profundamente en sus brazos. Se siente real. La conexión entre nosotros, la química y la intimidad también. Nos hemos abierto el uno al otro, atraídos por una pasión que no puedo explicar. Eso no puede ser una mentira, ¿verdad? Mucha gente tiene opiniones sobre él. Es un playboy, un mentiroso, un ladrón ¿pero les creo? ¿O Trace me estaba diciendo la verdad cuando dijo que intentaba protegerme? ¿Quién es el verdadero Trace Rosberg? Doy vueltas en círculos, repasando todo una y otra vez. Nuestro primer encuentro en la cafetería. El beso imprudente de su oficina. Esa salvaje y erótica sesión de azotes, y el fin de semana fuera, nos unió cada vez más cerca que nunca. Mi madre siempre me dijo que confiara en mis instintos, y mis instintos ahora mismo me dicen que tiene algo que ocultar. Pero también me gritan que vaya con él. Que, en el fondo, me está diciendo la verdad. Está intentando protegerme. Esto no es solo un juego para él. ¿Es una ilusión? ¿O mi cuerpo sabe algo que yo no sé? una verdad elemental que todas las dudas y preguntas del mundo no pueden negar. Que estoy conectada a él de alguna manera. Y si tengo que dar ese salto y confiar en alguien en medio de todo este lío… Bueno, solo hay una persona por la que me duele el corazón. Me encuentro fuera de su edificio. El portero me deja subir sin decir una palabra. Cuando se abren las puertas del pent-house, él está allí de pie, con una mirada torturada en su rostro. No habla, solo me mira. esperando. —Confió en ti— le digo, sosteniendo su mirada. —Tal vez eso me vuelva loca, pero lo hago. Confió en ti, y tal vez incluso me estoy enamorando de ti, y sea lo que sea que estás ocultando…— Me interrumpe con un beso salvaje y desesperado. Me derrito contra él, la pasión surge a través de mi en un instante. Todas las dudas se desvanecen bajo la intensidad de su abrazo. Esto. Esto es en lo que confió. La forma en que. me hace sentir. El placer que solo él puede proporcionar. Trace me empuja bruscamente contra la pared. Su boca me devora, una potencia casi animal en cada toque. Sus manos están por todas partes, agarrándome, apretándome. Como si no pudiera vivir sin mí. Como si yo fuera la única que calma su bestia interior. Lo rodeo con mis brazos, apretando mis manos alrededor de su cuello y aferrándome con todas mis fuerzas, perdida en la pasión, en su beso. Me agarra el trasero, levantándome, de modo que mis piernas quedan envueltas alrededor de su cintura y quedo inmovilizada allí, contra la pared. Me sube la falda, tira de mis bragas a un lado y baja la cremallera rápidamente, sin aliento. Ya estoy mojada. Él ya está duro. Sin decir una palabra, se entierra dentro de mí, hasta la empuñadura. Grito. Mierda, se siente tan bien. Como si hubiera vuelto a donde pertenece. Golpeándome. Empalándome con su polla. Se queda quieto dentro de mí, provocándome, haciéndome doler. —Por favor, Trace— jadeo, aferrándome a él. Me aprieto a su alrededor, intentando atraerlo más profundamente hacia dentro. Saca su polla, deteniéndose cuando solo la punta sigue adentro. Sus ojos se clavan en los míos, oscuros por la pasión. Con posesión. Luego vuelve a entrar, sacando todo el aire de mis pulmones. Dios, esta vez es aún más profundo. Sus manos se aprietan en mis caderas, hundiéndose en mí, una y otra vez. Se aprieta, encontrando ese punto dulce, haciéndome gemir y lloriquear de necesidad. —Esto es por lo que no puedes vivir— gruñe, golpeándome contra la pared con la fuerza de sus embestidas. —Esto es lo que necesitas, ¿verdad, nena? — —¡Si! — jadeo, arqueándome contra el para recibir sus embestidas. —¡Si, Trace, ¡sí! — Es salvaje e imprudente. Mas allá de la razón y el sentido. —Porque me perteneces— Trace agarra mi mandíbula, manteniendo mi cabeza en su lugar. Obligándome a sostener su mirada. —Este cuerpo. Este dulce coño. Es mío ahora. No hay vuelta atrás— La mirada en sus ojos es voraz. Cruda. Enciende un nuevo fuego dentro de mí. —Soy tuya— gimo, desquiciada por el placer. —¡Toda tuya! — Vuelve a embestir, y la presión de su pelvis rozando mi clítoris es demasiado dulce, demasiado. Estoy al borde del olvido otra vez. Cada nervio dentro de mi hormiguea, así que agarro sus hombros con más fuerza, clavando mis uñas en su espalda. —Mia— Trace se corre con un rugido, mientras mi clímax me atraviesa. El placer se estrella, una y otra vez, volviéndome del revés. Poniendo mi mundo patas arriba. Al bajar, sé que lo que dijo es verdad. Somos los dos, juntos en esto. Ahora no hay vuelta atrás.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD