Capitulo 1
Del aburrimiento nacen demasiadas necesidades entre ellas buscar formas de distraerse, en mi grupo de w******p, mis amigos lanzan ideas de como matar el rato, las video llamadas ya no son suficientes, pero entre ellos se escapa la palabra “Fea”.
Acerco mi cara hacia la pantalla de mi teléfono y pongo una ceja arriba.
-¿Cómo me has llamado maldito? – pregunto molesta.
-Fea, ¿ Te lo deletreo amor? – Me pregunta Rodrigo. Ese idiota, tengo la cara horrible por mi quemadura del sol.
-Idiota eso eres…
-Pero soy hermoso, eso dicen todas las chicas en Tinder, que mueren por una salida conmigo…
¿Tinder?
Escucho la voz de Melanie entre los gritos de los chicos.
-Es una app de Citas – Dice ella – Yo también lo uso mucho, también me escriben muchos chicos, por lo general son muy guapos.
Agarro mi teléfono entre mis manos y me quedo en silencio.
-Ni un solo chico te dara corazón y menos te hablaran – dice Rodrigo con esa voz tan santurrona. Quiero demostrar lo contrario, me muerdo el labio inferior con fuerza.
Cuelgo la llamada excusando que iré al baño, me miro al espejo detenidamente, es verdad no soy la persona mas guapa del mundo, pero tampoco soy fea, solo me he quemado con el sol y eso ha producido una reacción alérgica a mi rostro, ya sanaré, estoy segura. Salgo del baño y vuelvo a la llamada del grupo.
-Juguemos a los retos – propone Héctor, todos lo escuchamos mientras explica detenidamente que debemos hacer.
El juego consiste en lo siguiente: agarraremos una hoja en blanco y un lapicero vamos a romper la hoja en trozos pequeños y escribiremos cualquier número del uno al diez y quien escriba el menor número será quien pierda y el que escribe el mayor número le mandara un reto. Comenzamos a reírnos y a los cinco minutos todos estamos mostrando nuestras hijas limpias y nuestro lapicero.
-Hector – llamo su atención, alza la mirada y nos quedamos mirándonos – se considerado.
-No – dice con una amplia sonrisa de comercial y sus hoyuelos bien marcados lo cual no le permite tener cara de bad boy, todo lo contrario – Bueno vamos a comenzar, en tres dos…
Pongo detrás de mi teléfono mi almohada y mi cuaderno me ayuda a escribir bien, no soy tonta escribo diez.
-ya – Dice Rodrigo. Todos mostramos nuestras hojas y todos hemos escrito diez menos Melanie, todos nos reímos al ver el número 1.
-Creo que quieres que te reten – dice Rodri.
-Creo que si – dice ella con una sonrisa en los labios. Héctor y yo nos miramos, sé que ellos se traen algo aunque nadie lo diga, es verdad ellos se conocen desde antes que nosotros cuatros nos conozcamos.
-Bien solo quedamos nosotros tres por ende, no vale poner diez, así que vamos a jugar, yo pongo el número 5, siempre me han gustado los numero impares, pero sé que ellos pondrán números altos y no estoy tan interesada en darle un reto más en que Rodrigo que deje de decir fea.
Saco el número más bajo, al final quien reta a Melanie es Héctor, y así transcurre la noche hasta que Rodrigo me manda.
-Quieres demostrar que no eres fea, te reto a ti Elena ha descargarte tinder, si alguien te habla y si tienes más de 99 corazones yo retirare lo dicho de tu fealdad, y pasare mi tarjeta en todo lo que tu pidas durante quince minutos.
Esa es una propuesta realmente generosa, pero tengo miedo de no lograr el reto, si es el caso seré la burla de todos y conociendo a Rodrigo lo más seguro mi agonía será prolongada.
Pero no soy una cobarde no dejare que ese idiota sea capaz de decirme fea, busco la mejor foto en mi galería, tengo tres de hace unas semanas, descargo la aplicación y mis nervios aumentan.
-Seré generoso contigo, te daré una hora, no pidas más que eso. Ya soy demasiado generoso.
-Ay maldito ególatra – le chillo. Termino de crearme el perfil lo cual es la cosa más sencilla que uno puede hacer. Termino de crearlo y continuamos jugando.
Pero yo estoy nerviosa, sino logro el objetivo y me imagino todo lo que me dirán. Una alarma suena y es la alarma de Rodrigo.
-Ya es hora de ver que tan linda eres. Mandas las capturas de al grupo por favor, con mucho temor abro la aplicación y lo veo, Tengo más de 99 corazones y un mensajes, me quedo en silencio.
Tomo las capturas de pantalla necesaria y con una sonrisa triunfadora mando el mensaje, regreso a la llamada y Rodrigo me mira serio, incluso se podría decir que algo molesto. Héctor me manda un mensaje al privado.
“ Auch eso le debio doler mucho” – me escribe. Quiero responderle pero Rodrigo termina la llamada.
Veo los mensajes y veo el de Rodrigo.
“ Tu y yo, mañana en el centro comercial”
“ esta bien” – le respondo. Dejo mi teléfono a un costado y ingreso nuevamente al aplicativo, cuando ingreso a ver quienes me han dado corazón, me indica que debo pagar.
Ni de chiste pagaría para ver a los chicos a quienes les he gustado, no tengo el interés para hacerlo. Entonces veo los mensaje.
Carlos, gracias a este chico gane la apuesta. Veo su mensaje y es un insignificante - ¿Hola, como estas?
Miro mi teléfono y me pongo los audífonos. Escucho a Doja Cat, asi poco a poco me voy quedando dormida. A la mañana siguiente bajo las escaleras lista para irme a la universidad, mi mama y mi papa toman desayuno mirándose como dos enamorados, la terapia de pareja le ha funcionado muy bien, así dejando todo conflicto solucionado. Desde pequeña siempre he anhelado en silencio que algún dia llegue alguien a quererme como mi padre quiere a mi madre, que me mire como el lo hace cada mañana y yo también sentir lo mismo por esa persona y tener detalles lindo, pero no hay nadie quien llame mi atención.
Quizá tiene razón Rodrigo y soy fea, por eso nadie se me acerca, nadie me habla en la universidad por eso no me invitan a salir.
Tomo una taza de café y apenas y mastico mi pan con huevo, debí dormir temprano.
-Buenos días Elena – dice mi papá.
-Pa – lo miro y sigo masticando mi pan.
-Ultimamente comes poco, te daré mas dinero para tu almuerzo o quizá tu segundo desayuno.
Miro a mi mamá y ella solo me muestra una sonrisa, asiento con la cabeza. Mi madre es maestra de inicial es una pequeña escuela cerca de la casa y mi padre es abogado de oficio. Ambos con trabajos muy comunes, somos gente muy común a comparación de mis amigos, los cuales sus padres son diputados, embajadores, fiscales, aeromozas, etc. Siempre cuentan sus historias en el extranjero, yo realmente siento que tengo una vida aburrida, pero a veces lo agradezco dicen que entre más responsabilidad tengamos más odiosa se vuelve la vida – Bueno eso es lo que dice el hermano de mi papa quien toma hasta que se desmaya y mamá odia que me acerque a él, pero como es un hombre solitario le da pena a mi padre y lo invita a cada evento familiar, a mi me gusta halar con él, pues me da tips de como son los hombres – Termino de pensar en silencio y salgo a la universidad.
-Ven con mucho cuidado – dice mi papá y mi mamá al mismo tiempo. Camino dos cuadras hasta la avenida a tomar mi auto bus. Pongo mis audífonos y voy escuchando música clásica. A la media hora de viaje ya me encuentro en la puerta de mi universidad, camino con mi mochila en la espalda y avanzo hasta que la veo.
Esta con una falda morada y una camisa blanca larga y un top morado, el cabello largo y suelto, brilla con el sol y su color n***o siempre me ha gustado.
-Dios que ojeras – exclama al verme, me da un beso en la mejilla y me toma del brazo.
-Buenos días – apenas y hablo.
-Dios!!! – exclama - aminos ayer hiciste que la santurronería de Rodri caiga en lo más hondo, eres valiente Elena y eres de las pocas amigas que valoro a mi lado.
Melanie la conocí en mi primer día de universidad, era la que más hablaba en el salón, de sonrisa de comercial al igual que Rodrigo. Nos tocó hacer grupo juntas y así fue como comenzó nuestra amistad, después de una acalorada discusión de treinta minutos reconoció que mi idea era la correcta.
“Eres demasiado valiente para contestarme, seamos amigas” – cuando lo dijo y me ofreció su mano la golpee sin ánimos de ser su amiga, pero tiempo después vi como un muchacho le gritaba y no aguante.
Le sonrió.
-Gracias – dice ella.
-No lo agradezcas, me haces sentir como si te hiciera un favor, lo cual lo tomo como una obligación, yo soy tu amiga porque deseo serlo.
Ella se detiene.
-¿Ya desayunaste? – Me pregunta.
-Si, en mi casa – le respondo.
-Esta bien, desayunaré sola.
-No te atrevas a manipularme.
-Te veo más delgada cada día, si sigues así tus tetas se caerán, tu trasero va a desaparecer, te verás realmente fea.
Fea, esa palabra me disgusta mucho, ninguna mujer debe ser llamada fea, pero… Como explicarlo, es verdad que hay mujeres menos favorecidas. Luego de acompañarla a desayunar y tomar desayuno por segunda vez estoy en mi salón de clase escuchando como sacar los precios unitarios de cada producto, Termina mi clase con un montón de tareas para la otra semana.
Cuando salgo de mi última clase del día ciento una mano tomar mi hombro, entonces lo veo a los ojos, esos ridículos ojos claros brillar con la luz del sol, esa sonrisa pícara que haría desmayar a cualquier chica menos a sus amigas, pues quien lo conoce sabe bien que no es hombre de una sola mujer.
-Bien seré tu hado madrino por unos quince minutos, pero antes acompáñame al banco.
Lo miro y hago una mueca de disgusto, pero sabe que lo hago de broma. Caminamos hasta su camioneta y abre la puerta como todo el caballero que no es.
-Pase usted pequeña dama.
-Gracias pequeño idiota.
-Me conformo con ser más alto que tú – dice él.
Si pudiera un poder sería de ver el futuro, pues estoy segura que me ahorraría el dolor de un corazón roto… ¿Acaso hay algo que duela más que eso?