Lo voy a matar

576 Words
Gabriel Abrí mis ojos y es como si me hubiese pasado un tren encima, no se que hubiera sido de mi si no hubiera caído sobre la nieve, en fin al mal tiempo buena cara. Me puse de pie, fui al baño e hice mis necesidades y salí rápidamente, claro está me bañe y cepille mis dientes, hoy quiero estar temprano en el apartamento de la señorita Eva. Acomode mi abrigo y salí de mi habitación. Caminé despacio hacia la salida, no quiero despertar a Sophia, ella debe dormir sus ocho horas reglamentarias, y yo solo voy a lavar una alfombra y volveré rápido —¡Papito!, ¿Te piensas ir sin mi? —Me giré al escuchar la voz de mi pequeña, si, ahí estaba ella con sus brazos cruzados al medio de la sala lista para salir, no pude evitar sonreír al verla, caminé hacia mi pequeña y la tomé en mis brazos, y la abrace como todas las mañanas. —¡Por supuesto que no mi pequeña princesa!, no me voy a ir sin ti —dije dandole un beso en sus mejillas regordetas. —Mi tío Camilo me despertó y me dió desayuno temprano, dijo que tú estarías muy feliz al verme lista para ir contigo. —Yo lo mató. —Por supuesto que sí pequeña, ¿Y tú tío Camilo en dónde está? —dije, quiero saber dónde está, así me será más fácil matarlo, si, claro que si, le retorcere el cuello, no tendré piedad de él, así me implore por su vida no la tendré. —Salió, dijo que lo matarías y salió hace rato, ¡Papito!, ¿Vas a matar a mi tío? —preguntó mi pequeña. —Por supuesto que no princesa, solo es un decir, mejor ve y te cambias esas botas, no creo que sean las apropiadas para salir, te puedes caer —dije mientras colocaba a mi pequeña en el piso. —No papito, yo quiero llevar mis botas de lluvia, además tú sabes que yo soy experta en lavar alfombras y así podremos terminar más rápido para salir con mi tío —dijo mi pequeña Sophia. Que puedo decir, mi pequeña princesa está lista para salir como si estuviera cayendo un diluvio universal, si, vaya que si. Me incliné, tomé sus manos y salimos, afortunadamente Camilo le dió su desayuno, solo espero que haya sido rico y nutritivo. Tomé a mi pequeña y la puse en la parte trasera de mi moto. Afortunadamente es demasiado temprano y el tráfico es en verdad suave. Nos bajamos y subimos al último piso de la señorita Eva, como de costumbre siempre llevo mi repuesto de llave del apartamento, no quiero molestarla, se lo prometí, así que debo hacer el menor ruido posible. Abrí la puerta e hice un ademán para que mi pequeña entrara, sonreí al ver a mi pequeña abrir sus ojos de par en par. —¡Papito!, ¿Por qué no hay nada de navidad? —preguntó mi pequeña Sophia. —Después te explico. Pero por ahora no vamos hacer ruido, o podemos despertar a la señorita Eva —dije. Sonreí al ver a mi pequeña llevar sus pequeñas manos a su boca, y a sentir. Me puse manos a la obra, me quite el abrigo y doble las mangas de mi camisa, mientras mi pequeña iba por un cubeta con agua. Y mientras estoy aquí, suspiré por ella… por la señorita Eva.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD