EVA
La noche era hermosa, la vista perfecta, la nieve caía como si fuera copitos de algodón, el único inconveniente era el frío el cuál ya había empezado a hacer estragos en Gabriel.
Dios Eva, cómo se te ocurre mirar hacia allá abajo, si precisamente ahí, al medio de su pantalones.
Gabriel lucía incómodo, y como no, si el frío había hecho que su polla creciera, y vaya que sí está bien dotado.
Mordí mi labio inferior, yo no puedo pensar en él, no, Eva por favor no mires hacia allá abajo, mira hacia otro lado, miraaa
—¡Señorita Eva no es lo que usted está imaginando! —exclamó Gabriel, desde luego que no es lo que estoy pensando, se que es por frío que si polla creció, hay creció tanto que Dios creo que moje mi ropa interior.
Solo a ti Eva se te ocurre pensar en Gabriel como hombre.
—¿Y que se supone que estoy imaginando ? —exclamó, cruzándome de brazos, si tengo que actuar normal, aunque sigo con la firme idea que Gabriel es un desperdicio de hombre, como se le ocurre colocar sus ojos en otro hombre.
Aún recuerdo aquel día, si precisamente hace tres años, él estaba junto a otro hombre, los dos venían por el mismo cargo administrativo.
INICIO FLASHBACK
Mire a todos los aspirantes que esperaban hacer entrevistas por recursos humanos, solo uno llamó mi atención, vaya es bastante guapo.
—¡Benito! —exclamé llamando la atención del jefe de recursos humanos.
—¡Dígame señorita Johnson!
—Quiero estar presente en la entrevista, ah, no quiero que le digas a nadie que soy la CEO, quiero ver quien está mejor preparado para el cargo.
Él asintió, contornee mis caderas y caminé hacia la silla que estaba en frente de todos los aspirantes.
—El siguiente —exclamó Benito.
—Mucho gusto señor, soy Camilo Álvarez, y me siento calificado para ocupar el puesto .
No presté mucha atención al hombre que estaba siendo entrevistado por Benito, mis ojos estaban puestos en aquel hombre, vaya que si es demasiado guapo.
Sus ojos azules como el cielo, Dios, Eva recuerda que debes actuar como lo que eres, y no como una loca lujuriosa.
—El siguiente —exclamó Benito.
Mis ojos caminaron al mismo tiempo que aquel hombre, mire una vez su currículo y vaya que se está preparando para el cargo, creo que él va a ser el indicado.
—Mucho gusto señor, mi nombre es Gabriel Taylor —dijo él, suspiré profundo.
Claro que no presté atención a la entrevista, solo le envié un mensaje a Benito para que él fuese el nuevo jefe del área contabilidad, su hoja de vida es tan perfecta que es el indicado.
Salí de la oficina de Benito, y me dirigí a mi oficina, pero las ganas de volver a verlo hicieron que mi pecho saltará más y más, así que averigüé si todavía estaba en la empresa y salí para ser yo misma quien le diera la bienvenida.
Caminé lentamente y me detuve justo en los pasillos, mis ojos se abrieron como platos, al ver a uno de los hombres que acabo de contratar con otro que también estuvo en la entrevista.
Caminé lentamente y mire de reojo, si sé que debo estar loca.
—¡Felicidades cariño!, te lo mereces —exclamó el mentado Camilo, si aún recuerdo su bendito nombre.
—¡Camilo!, ¿Cómo puedes llamarme cariño en este lugar?, no se te ocurre que nos pueden ver —exclamó Gabriel, el hombre que acaba de bajarme de la nube a la que yo mismo me subí.
Sentí como toda la sangre subió a mi cabeza, me giré los fulmine con la mirada y me dirigí de nuevo a la oficina de Benito.
—¡Olvídalo! No quiero a ese hombre como jefe de contabilidad, lo quiero como mi secretario, así que mañana después de que firme su contrato, le informaré del cambio de puesto…
FINAL FLASHBACK
—No, sé creo que no son ciertas sus palabras, y me imagino que debe estar pensando que si soy la peor jefa del mundo y no como lo acaba de decir —dije mordiendo mi labio inferior.
—No señorita, es verdad que usted es de carácter fuerte, y es así como debe ser. Usted es la mejor en su trabajo, créeme que nunca me he sentido mal ante sus órdenes —dijo él, se giró y caminó hacia la barda.
—¡Gabriel!...
—¡Si!
—No sabía que usted dejó todo, incluso ser CEO en Londres por Sophia —dije recordando las palabras de Ana, la mamá de Gabriel.
—Señorita Eva, por Sophia yo daría mi vida, nunca permitiría que nada le faltará, y mucho menos que nada le pasase —dijo el.
—¡Ya veo!, ¿Entonces por qué aceptó el puesto de secretario?, si usted estaba más calificado para otro cargo, y no precisamente para ser mi secretario —dije, si, se que fui injusta y que fui yo quien dispuso que él fuese mi secretario.
—Señorita Eva es algo que usted entendería, solo puedo decirle una cosa, escogería una y mil veces ser su secretario que tener un cargo mayor —dijo con una pequeña sonrisa dibujada en su rostro
No pude evitar, y como si se tratara de algo contagioso me deje llevar y sonreí. Gabriel giró su rostro, me miró y estiró su brazo sobre mi hombro.
Deje salir un suspiro, está noche es diferente, es simplemente mágica.