CAP. 21 - UN HURACÁN DE ODIO Miguel arranca su viaje con un fuego en la mirada y un peso inmaterial en los hombros. La probable estafa lo consume, lo llena de rabia y de una necesidad insaciable de restituir su dominio. La idea de que alguien se haya atrevido a jugar con su dinero, con su poder, es una herida a su ego que no está preparado para dejar abierta. Se marcha con un montón de hombres, los más probos, aquellos que han visto de cerca su peor lado. El destino: un poblado cercano donde, según los cuchicheos, alguien ha estado derivando su dinero u operando negocios a sus espaldas. En la carretera, el aire es pesado, y sus hombres conversan poco, evaluando cada palabra. Saben que Miguel, cuando está en esta fase, es inconstante. Sus reflexiones giran en torno a lo que hará cuando l

