Aún dentro del taxi no lograba deshacerse del frío que se había apoderado de su cuerpo una vez que salió de la casa que compartía con su esposo.
Mientras más se iba alejando de ese lugar, su determinación se iba desvaneciendo.
No quería separarse de James.
Pero ya no soportaba quedarse un minuto más a su lado.
Para distraerse observó a través del cristal de la ventana del auto. Iría a ver a su amigo, ya que no tenía otro lugar al que ir sin que la sometieran a un interrogatorio y la hicieran regresar al lado de James.
Si recurría a otras personas, estás se podrían del lado de su esposo sin dudarlo y también pensarían que estaba haciendo un berrinche. Lo cual la ponía a pensar en sus actitudes pasadas.
Realmente se había ganado la poca confianza de los demás hacia ella y su comportamiento, todo debido a su inseguridades.
Durante el tiempo que estuvo al lado de James se había comportado de una manera insegura, haciendo algunas cosas que ahora no se sentía orgullosa.
Había estado alerta durante estos dos años, y cualquier cosa o comentario maliciosos o con doble intención que le hacían por no pertenecer a la misma clase social que su pareja la hacía reaccionar de forma imprudente, lo que terminaba dándole la razón a sus instigadores.
En lo único que podía excusarse era que el amor la había vuelto una idiota e imprudente.
—Ya llegamos señorita.—la voz ronca y gruesa del conductor la saco de sus pensamientos.
Kleo le pagó al taxista y salió del auto.
El lugar al que había ido era muy diferente al que vivía. Una clara distinción entre la clase a la que pertenecía y a la que se había infiltrado.
No sabía si su amigo estaría ahí, pero aun así avanzó despacio por la calle solitaria que llevaba al apartamento de este.
Se abrazo así misma, evitando pensar en la posibilidad que existía de que algo le sucediera al pasear tan tarde en la noche.
No podía tener tan mala suerte, se dijo mientras avanzaba.
Cuando finalmente llegó, soltó un quejido de alivio y tocó el timbre.
—¿Kleo?—la puerta de abrió inmediatamente mostrando la cara de sorpresa de su amigo.
—Niko. —La peli rubia vio a su amigo e inmediatamente se le llenaron los ojos de lágrimas. Este sin mediar palabra la atrajo a sus brazos y la dejo desahogarse.
No era la primera vez para ninguno de los dos estar en este tipo de situación. Kleo no sabía cuántas veces había recorrido a este para escapar del infierno que a veces era su vida.
Se conocían hace más de cuatro años y desde entonces su amistad se había vuelto incondicional. Además, Niko era la única persona en la que confiaba.
— Estas hecha una mierda, Kleo.— Niko la apartó y le seco las lágrimas con el ceño fruncido.— ¿Qué hizo tu esposo?
—¿Qué no hizo querrás decir?—una carcajada nerviosa se filtró por sus labios. Cada minuto que transcurría, se iba arrepintiendo de su decisión.— Me voy a divorciar de James.
Ambos entraron a la casa y se sentaron uno frente a otro luego de la revelación de Kleo. Está quiso esconderse de la mirada de su amigo pero no tenía donde, lo que la hacía sentir un mono en feria.
—¿En serio lo harás?
Kleo no se molestó al escuchar una clara incertidumbre en el tono de su amigo. Se la había pasado gritando y asegurando que nunca se separaría de James. Niko había visto sus peores momentos y lo mucho que se había esforzado en agradar a la familia de su esposo una vez que se casó con este.
—Si. Ya no puedo seguir al lado de James, yo…es inútil seguir junto el.—Kleo no podía creer que esas palabras estuvieran saliendo de su boca, lo que la hacía entender lo mucho que le había afectado el accidente y la pelea reciente que había tenido con su esposo.
—¿Por qué?
—Casi muero en un accidente, y ni siquiera me prestó atención.
—¿Qué?—Niko se sobresalto. En un momento estaba frente a ella y al otro estaba examinándola de pies a cabeza. —¡Dios mío! ¿Cómo rayos paso?
Kleo observó la cara de preocupación de su amigo, sintiéndose desanimada, ya que le hubiese gustado ver esa misma reacción en su esposo. Pero James lo único que hacía era regañarla y más en los últimos días.
—Para no meterme en un lío peor.
—¿Cómo te ibas a meter en un lio peor?
—Brittany, la mujer que James aun no supera y a la que siempre defiende, estaba justamente a mi lado cuando sucedió. No sé de dónde salió ella. Estaba cruzando la calle y alguien llamó mi nombre, cuando me gire ahí estaba ella y al otro segundo estaba yo tratando de que un auto no nos atropellara.—explico Kleo con cansancio y poco de dolor.
—¿Le dijiste eso a James?
—No me iba a creer.—Kleo se pasó la mano por el brazo, por el lugar en dónde James la había agarrado de manera agresiva, recordando la actitud poco cooperativa de este.—Nunca lo hace.
—Eres su esposa. —Niko se bajó hasta casi tocar el suelo y subió el pantalón de Kleo hasta la rodilla revisando cada uno de sus golpes. Este era el peor. —¿Por qué demonios no iba a creerte?
Una gasa cubría la herida, pero era obvio que tardaría en sanar adecuadamente. Kleo lo dejo ser ya que Niko era enfermero.
—Es complicado.—respondió Kleo acordándose como se había convertido en la señora Kim y porque su esposo prefería creerle a su primer amor antes que a ella.—Lo que importa ahora es que me voy a divorciar.
—Si estás segura de tu decisión puedo hablar con Laura para que te ayude.
—Esta bien.
Laura era la novia de Niko. Está era una abogada y aunque en estos últimos meses no habían compartido mucho, se llevaban bien, además de que era excelente en su trabajo.
—Bueno, será mejor que descanses. No debiste salir así de tu casa. —dijo Niko mientras de levantaba.—Tus golpes son recientes, pudiste hacer que se agravarán al no tomar el reposo debido.
—No era mi intención salir así. Lo último que quería era hacer eso.—se quejo Kleo—Sin embargo, a James se le ocurrió la gran idea de que me disculpé con Brittany, no me iba a quedar a hacerlo. Y ahora ya no sirve pensar en eso…no puedo volver.
Niko y Kleo se quedaron en silencio mientras el primero la guiaba a la habitación de invitados y le buscabas algunas mantas para que pasara la noche.
—Descansa. En la mañana hablaremos con Laura y veremos cómo ayudarte.
—Gracia, Niko.
Luego de que su amigo se marchara, Kleo se recostó sobre la cama, sintiendo el peso de sus decisiones aplastándola.
Esta se quedó mirando el techo de la habitación de invitado de su amigo, pensando en lo que haría ahora que James le había dicho que no tenía derecho a volver.
No tenía nada con ella y por más que su amigo la apreciará no podría quedarse para siempre. Sería muy mal educado de su parte.
Iba a tener que volver, aunque sea a buscar sus pertenencias.
***
El silencio de la casa nunca le había molestado tanto como en este momento.
Cuando su esposa salió de la casa se había parado frente a la ventana de cristal y había observado como está avanzaba, abrazada así misma hasta perderse de su vista.
No entendía porque se había levantado de su asiento y mucho menos entendía porque estaba mirando cada cinco minutos su reloj. Había esperado que su esposa regresará arrepentida. Sin embargo las actitudes de estas lo habían sorprendido varias veces en el transcurso del día.
Cuando finalmente se canso de analizar el extraño comportamiento de Kleo, subió a su habitación y se fue a descansar.
Tenía que lidiar con cosas más importante al día siguiente y sabía que ella solo estaba exagerando.
***
Despertar temprano y sin ningún escándalo matutino fue un respiro poco común para James.
Pero su paz no duró mucho.
Su secretario lo llamó a primera ahora y tuvo que salir rápido. Se habían encontrado nuevas pistas que probaba que el accidente había sido premeditado.
Sin embargo, antes de irse dejó instrucciones claras con su mayordomo por si a su molesta esposa se le ocurría aparecer en su ausencia.
Al llegar a la comisaría, se encontró con Brittany.
James sintió un leve pero contundente dolor de cabeza al verla. Ya tenía más de dos semanas en dónde está se le aparecía hasta en la sopa.
—James…
—¿Por qué estás aquí?— pregunto parándose frente a ella lo suficientemente cerca para observar como sus mejillas antes pálidas tomaban un poco de color.
—También me llamaron…yo quería asegurarme de que todo saliera bien ahora que había nuevas pistas.
—Entremos.
James no le dio muchas vueltas. Interrogar a Brittany era una perdida de tiempo y el solo había venido a este lugar para poder limpiar el escándalo que su esposa había hecho.
Cuando se sentaron frente al inspector, James se enfoco solamente en este, frunciendo el ceño cada vez que Brittany intentaba interrumpir o daba algún aporte inútil que de alguna manera sentía que tiraba al medio a Kleo.
No es que deseaba defender a su esposa, mucho menos después de la discusión que habían tenido precisamente por causa de Brittany, pero estaba tratando de limpiar el desastre que había sucedido ya que su reputación se había visto afectada, y escuchar como una y otra vez Brittany decía el nombre de su esposa lo estaba irritando.
—Mi esposa ciertamente no tiene nada que ver con esto, como dijo el inspector. Y ahora mismo está en casa recuperándose, por lo que me gustaría que no siguieras entrándola en la conversación. —James la miró de reojo con reproche, mintiendo con descaro ya que ninguna de esas personas sabían acerca de como su mujer se había ido de la casa ignorando sus palabras.—Es molestó y de mala educación.
—Ya también salí herida.—contra atacó Brittany con un tono ofendido.
—Entonces, ¿Qué haces aquí?—dijo con tono mordaz. Realmente le disgustaba la presencia de Brittany, pero no podía hacer nada para alejarse de ella por el momento.— Deberías estar descansado.—suavizó su voz al ver como los ojos de la chica de cristalizaban. —Podrías empeorar tus heridas, y luego sería más difícil para ti recuperarte. Tus padres deben de estar preocupados.
—Es cierto…yo no lo pensé de esa manera.
—Hare que mi chófer te lleve a casa para que así puedas descansar, yo me encargaré de todo por aquí, no debes preocuparte.
El secretario que estaba observando el intercambio desde hace rato, reprimió una carcajada.
A pesar de la amabilidad que desbordaban las palabras de su jefe, sabía que este estaba completamente molesto y agotado de la presencia de la chica, como en los últimos días y los acercamientos que se había visto obligado a tener con esta.
—Esta bien, le diré a mis padres que irás a visitarlo más tarde, así nos ponemos al día.—Brittany tocó el hombro de James con familiaridad, un gesto que años atrás sería correspondido con una sonrisa pero que ahora solo fue recibido con un asentimiento leve.—Te estaré esperando.
Una vez a solas con el inspector, James se concentro en escuchar como había ocurrido el accidente y que gracias a la reacción rápida de Kleo la situación no había sido peor.
Cuando terminaron de hablar, James salió con su secretario y se marcharon directamente al trabajo.