Como todas las mañanas antes de ir al colegio, Odette fue a su lugar favorito, esta vez con un aire diferente, porque aunque no le gustara admitirlo, quería encontrarse al indigente de ayer, detalle que de cierta forma muy culposa cabe agregar, le alegraba, es por eso que cuando estaba a punto de llegar notó que había alguien acostado en la banca, y Odette como una tonta emitió un gritico de alegría encaminándose hasta su lugar que ya no era "secreto" (aunque realmente nunca lo fue porque era una plaza pública).
Justo como se lo esperaba, Andrew estaba ahí, pero seguía durmiendo, la pelirroja volvió a olfatearlo, el muchacho ahora tenía un olor a ropa mal secada ¿será posible que se mojó en el torrencial de anoche? Pensó la chica aprovechando que el castaño esta vez no dormía cubriéndose el rostro, que para su sorpresa estaba más limpio que ayer, en esta ocasión notó que las pestañas del indigente eran bastante largas al igual que sus cejas algo tupidas, simplemente le encantaba el rostro de ese chico, pero luego cuando comenzó a procesar lo que estaba haciendo, volvió a su lugar para sentarse, ya que si se ponía a pensar, debía lucir muy loca en ese instante inspeccionando a un chico de la calle mientras dormía.
Un par de minutos transcurrieron y Andrew aun no despertaba, logrando de esa forma que la paciencia de Odette se colmara, es por eso que la joven después de empolvarse un poco su rostro y acomodarse su lápiz labial, le dio un golpecito con su codo en el costado del muchacho, este comenzó a moverse haciendo que el ímpetu de la pelirroja aumentara, dándole un segundo "golpecito" esta vez más fuerte, quizás no estaba siendo nada sutil, pero realmente quería hablar con él además que, dentro de una hora comenzaría su molesto día en el colegio y quería hacerle muchas preguntas al muchacho antes de irse.
Andrew en medio de su placido sueño, sintió un golpe que lo hizo despertar de inmediato, ya estaba acostumbrado a esa clase de despertares, es por esa razón que el joven muy alterado se sentó de inmediato mirando hacia todas las direcciones, pensando una vez más que había regresado con el Sr. Suarez, pero cuando se vio en la plaza con la linda vista de la ciudad, suspiró aliviado al saber que sus pesadillas solo eran eso, malos sueños.
- Buenos días dormilón -Saluda Odette haciendo estremecer a Andrew que aún no había notado su presencia.
-B-buenos días... Odette... ¿Eras tú la que me estaba golpeando aquí? - Pregunta el muchacho algo intrigado señalando su costado.
Odette carraspea su garganta desviando su mirada hacia otro lugar, se sentía algo avergonzada.
- ¿De qué me estás hablando, acaso tengo cara de golpeadora? - Cuestiona señalándose mientras hace una expresión inocente en su rostro.
El muchacho al verla se encoge de hombros al instante, sintiéndose avergonzado ya que estaba incriminando a esa chica por algo que no había cometido, razón por la cual pensó que la molestia que sintió hace minutos atrás, posiblemente fue debido a un simple pinchazo de los golpes que todavía tenía encima.
- Lo siento, tienes razón, no tienes cara de golpeadora... de verdad discúlpame Odette... - Se justifica Andrew algo cabizbajo, sin saber que la muchacha ahora se sentía un poco culpable, pero esta rápidamente prefirió cambiar de tópico ocultando así los sentimientos que la abrumaban en ese instante.
- Así que... - Farfulle la muchacha mientras piensa que puede decir - Eres un indigente... -Comenta de una manera amigable, sabiendo que sin ella desearlo había sonado bastante prejuiciosa.
Andrew simplemente asiente con su cabeza mientras prefiere mirar hacia otra dirección.
- Si, vivo en la calle... - Musita algo avergonzado, deseando que su situación no alejara a la única chica que se había acercado a él desde... siempre.
- ¿Por qué? -Pregunta Odette con mucha curiosidad.
- Porque... ¿no tengo a dónde ir? - Responde Andrew en tono de pregunta asumiendo que su respuesta no fue la indicada.
- ¿Por qué no tienes a donde ir, no tienes familia acaso? Siempre tenemos a alguien, aunque sea un primo tercero por así decirlo - Indaga y comenta la joven con más curiosidad que antes.
Andrew después de escuchar aquello frunce sus labios con pesar.
- No sé si tenga un primo tercero... pero, lo que, si se decirte es que, no tengo a nadie para recurrir, estoy solo... -Responde el muchacho sin mirar a Odette que asiente con su cabeza algo acongojada - ¿Y tú? -Agrega Andrew esta vez con una leve sonrisa.
- ¿Y yo que, que si estoy sola como tú? - Pregunta la pelirroja mientras se señala, observando que Andrew sin dejar de sonreír asentía silenciosamente, diciéndole que esa era su interrogante, la muchacha al verlo sonríe.
- Oh no, yo no estoy sola, tengo una madre y dos hermanos... además mi mamá se casó otra vez y ahora tengo un padrastro que lo detesto mucho, por cierto, aunque no tanto como a mi madre... -Comenta la joven asumiendo que fue más explícita que su acompañante.
- ¿Y tu padre, porque no te vas con él si detestas a tu mamá y a su nuevo esposo? -Pregunta Andrew sintiendo de repente mucho interés en saber la respuesta.
- Mi padre murió hace cuatro años... - Confiesa mientras un pequeño silencio se enseñorea de inmediato en la creciente charla.
- Lo lamento... - Farfulle Andrew viendo como su acompañante repentinamente se tornó triste - Perdona por haber preguntado eso yo no sabía que... - Intenta explicar hasta que Odette lo interrumpe.
- ¿Sabías que te disculpas demasiado? Llega un punto que comienza a resultar molesto -Aclara la joven a Andrew que se encoge de hombros al instante.
- Lo siento... no lo puedo evitar -Murmura y luego cuando se percata de lo que ha dicho observa como Odette lo miraba como si estuviera asesinándole con la mirada.
- ¡Vez, ahí lo hiciste de nuevo! Te estabas disculpando por disculparte demasiado... fue como una "inception" de disculpas - Comenta entre una leve risa que se disipa al ver que Andrew la miraba con una expresión extraña.
- ¿Inception de disculpas? - Cuestiona con un gesto de confusión en su rostro.
- ¿No te viste esa película? Sabes la de Leonardo DiCaprio... donde él entraba a los sueños de los sueños de las personas... luego una chica era "la arquitecto" y hacia el mundo de los sueños... ¿sabes? - Pregunta, mientras intenta ilustrar su explicación con la ayuda de sus manos.
Andrew observándola, niega con la cabeza y Odette simplemente suspira derrotada.
-Por supuesto que no sabes... - Farfulle más para ella que para Andrew -En fin -Suspira - Intenta disculparte menos ¿de acuerdo? - Propone más sonriente - Y... ¿en dónde nos quedamos? - Agrega para intentar seguir en la conversación -Oh si, en los padres... ¿mejor cambiemos ese tema que te parece? -Plantea entre una enorme sonrisa, porque realmente no quería decir más acerca de su familia.
- ¿Por qué me hablas? - Pregunta Andrew de improvisto a una interrogante que se estaba haciendo desde ayer.
Aquella duda dejó por un segundo a Odette sin palabras.
- Porque además de lo lindo que eres, me pareces muy dulce chico de la calle... eres una combinación extraña que para mí pesar... parece gustarme - Piensa Odette encogiéndose de hombros - Pues... porque quiero hacerlo - Responde exactamente lo que no estaba pensando con un tono de voz altivo.
- Pero... no entiendo... ¿Por qué quieres hacerlo? - Vuelve a preguntar Andrew al no sentirse satisfecho por la respuesta recibida.
Odette emitiendo un bufido se levanta de inmediato de la banca, de repente se sintió acorralada y esa era una sensación que no le agradaba en lo absoluto.
- ¡Porque quiero hacerlo y ya! Que molesto eres... ¿Sabe qué? te voy a tomar una fotografía, quédate quieto - Exclama sacando su celular, Andrew más desconcertado que nunca por la extraña y repentina petición de la pelirroja, decide que lo mejor que puede hacer es obedecer.
El muchacho se queda quieto viendo como la joven lo apuntaba con su Smartphone, y cuando esta terminó de tomarle la fotografía guardo su móvil de nuevo en su bolso.
- ¿Por qué hiciste eso? - Pregunta Andrew viendo como la paciencia de la muchacha parecía un vaso rebosante de agua, realmente no la entendía.
- ¡Porque me provocó! - Exclama y luego emite un bufido - ¡Antes te disculpabas mucho, y ahora eres demasiado preguntón! ¿Sabes qué? no quiero verte más por mi lugar secreto... ayer te dije que no vinieras y mira... aquí estas -Vocifera señalando con dramatismo la banca, para intentar evadir la pregunta que le había hecho el joven, ya que le daba mucha vergüenza admitir que iba a ver esa fotografía el resto del día.
Andrew abre sus ojos por la impresión del asunto... ¿Odette le había dicho ayer que no quería verlo en su lugar secreto? Y ahora que la escuchaba claramente, le decía que no deseaba verlo más, ese simple hecho entristeció al joven de inmediato, sin embargo, prefirió no mostrar su leve decepción ocultándola con una leve sonrisa.
-Era muy bueno para ser cierto - Piensa Andrew sintiéndose cabizbajo -Entiendo... no vendré a pasar la noche a tu lugar secreto, no quiero incomodarte al día siguiente cuando me veas aquí...- Murmura levantándose, pero de inmediato Odette lo empuja para que se siente.
- ¿A dónde crees que vas? - Pregunta la chica mientras acorrala un poco a Andrew para que no se vaya.
El joven al ver a la pelirroja tan cerca de él, abre sus ojos como platos mientras su rostro se torna muy rojo por la vergüenza, un detalle que Odette descubrió instantáneamente haciendo que cayera en cuenta de su osadía al invadirle su espacio personal, es por eso que la joven rápidamente se hizo a un lado sentándose sin hacer contacto visual, también estaba sonrojada y no quería que Andrew se diera cuenta.
-Pe-pensaba irme... - Tartamudea Andrew sin mirar a la chica que también prefiere mirar hacia otra dirección.
-No quiero que te vayas todavía... quiero decir - Se corrige Odette con rapidez - ¡Yo me iré primero, y cuando no me veas, tú te marcharás! ¿Quedó claro? Si veo que me estas siguiendo te arrepentirás de haberlo hecho - Propone y amenaza la muchacha levantándose nuevamente de la banca quedando una vez más, frente a Andrew, pero esta vez tenía una distancia segura.
-De acuerdo... aunque por mi mente nunca pasó la idea de seguirte... sería extraño - Responde en un hilo de voz sin ocultar su desilusión por pensar que una chica como Odette, tuviese la loca idea de querer ser amiga de alguien tan insignificante como él.
Después de escuchar al castaño, Odette se mordió su labio inferior de manera nerviosa inspeccionando de pies a cabeza a Andrew, aprovechando que estaba sentado se tomó el tiempo para ver su atuendo con mayor detenimiento, traía puesto un jean de mezclilla algo sucio, para su sorpresa no estaba tan roto, pero si parecía ser viejo, calzaba unas zapatillas Converse que en algún momento fueron negras, pero ahora por lo viejas y desgastadas que lucían eran de color gris, en la parte superior de su cuerpo tenía una sudadera verde olivo bastante sucia con varios hoyuelos en las mangas y en los bordes del cuello, en el cual se podía ver que cargaba una camiseta blanca que por curtida que se encontraba se tornó beige, su atuendo era tan deplorable que simplemente no podía hacer juego con lo lindo y agraciados que eran sus naturales rasgos físicos.
Luego en ese instante Andrew después de estar muy entretenido mirando el suelo en medio de sus palabras, decidió ver a Odette que repentinamente se había quedado muy callada, el muchacho al verla le provocó sonreír, recordando que cuando la chica se acercó a él, pudo percibir un aroma dulce que a él lo extasió por completo, el cual asumía que era su perfume, sin mencionar que en el poco tiempo que compartió con ella se pudo dar cuenta como de vez en cuando su cabello rojizo ondeaba por la brisa fría del ambiente, y ella sin mucho cuidado se lo acomodaba detrás de su oreja, cuando hacia eso Andrew veía sus manos, eran pequeñas, delicadas como ella, también con mucho disimulo cabe destacar, él detalló la vestimenta de la joven, la cual consistía en una falda a cuadros que terminaba justo al comienzo de sus rodillas, sus piernas estaban cubiertas por unas medias negras que le llevaban a la mitad de sus pantorrillas y sus pies con unos lustrosos zapatos negros, usaba una camisa blanca con una corbata de un tono oscuro, al igual que el abrigo que tenía encima, parecía ser un par de tallas más grande en el cual en la parte derecha tenía un lindo escudo bordado en color rojo, dorado y azul, al ver el elegante bordado del abrigo, Andrew asumió que su atuendo debía ser un uniforme de colegio, el muchacho deseó preguntarle cosas acerca de la vida en los colegios u otro tipo de cosas, pero sabía que Odette no iba a perder más su tiempo con él.
- Gracias por hablar conmigo en este par de ocasiones Odette, no tienes idea de lo mucho que significó para mí...- Aclara mientras intenta sonreír más - Además, hay otra cosa que también quería decirte... - Agrega Andrew tragando saliva - Eres la chica más hermosa que he visto en mi vida - Confiesa esta vez completamente lleno de vergüenza.
Odette abre sus ojos a más no poder, y sin importarle que posiblemente iba a lucir como una tonta y una demente, se fue corriendo de ese lugar sin despedirse de Andrew, necesitaba huir de ahí cuanto antes, no quería continuar cerca de ese muchacho, porque escuchar sus últimas palabras la entristecieron en gran manera, ya que la única persona que hasta los momentos le había dicho que era hermosa, había sido su padre, y al siquiera recordar algo que tuviese que ver con su progenitor le provocaban sentimientos encontrados, que después de largos cuatros años aun no sabía cómo controlarlos y mucho menos combatirlos cuantos estos aparecían de improvisto.
La joven corrió hasta un lujoso auto n***o en donde un hombre la estaba esperando dentro, Odette entró al vehículo cerrando la puerta de un solo portazo, suspirando aliviada por sentir que nuevamente todo volvió a su aburrida normalidad.
- Se tardó más tiempo de lo habitual señorita Thompson, ya me estaba preocupando - Aclara el chofer mientras mira a la joven por el espejo retrovisor.
Odette suspira mientras revolotea sus ojos.
-No es para tanto Charlie así que deja de ser tan dramático, porque creo que no me tardé tanto como en otras ocasiones - Espeta la muchacha en un tono de voz algo áspero.
El chofer que sabe a la perfección la fría y hermética forma de ser de Odette, prefiere dar la conversación por terminada, él conocía más que nadie "el lugar secreto" de la joven, porque aunque ella pensara que iba sola, el hombre por temor a que la joven hiciera alguna locura, decidió por cuenta propia vigilarla de vez en cuando, acto que trajo como consecuencia descubrir que Odette frecuentaba en ese lugar al final de la plaza que había construido su padre, para llorar, relajarse, leer e incluso dormir, el chofer no entendía el extraño comportamiento de la muchacha, porque fácilmente podía hacer esas actividades en su casa o cualquier otro lugar más privado que esa simple plaza pública.
***
Cuando llega al colegio, Odette se dirige a su respectivo salón de clases, y un grupo de compañeras notan la presencia de la joven en cuestión de segundos.
- Shh, silencio... llego la estúpida de Odette, mírala se pintó los labios y se echó colorete en las mejillas, que ridícula se ve - Murmura una de las muchachas a sus amigas que después de echarle una larga escaneada a la pelirroja, las tres jovencitas asienten con sus cabezas.
-Sí, ni siquiera le queda bien, ese color rosa es de niña de primaria, sí es ridícula, debería conseguirse un asesor de imagen, porque ni siquiera se arregla el cabello horrible que tiene, creo que ni se peinó, seguro ni se lo lavó, ay no qué horror - Susurra otra en el oído de su compañera, mientras la tercera joven hace un ademan con su mano para llamar a la muchacha.
- ¡Odette, Odette! - Llama la morena con algarabía.
La mencionada, arquea una ceja con perplejidad acercándose hasta sus tres compañeras de clases, porque aunque la pelirroja no tenía un grupo y mucho menos un "compinche eterno" en el colegio, le gustaba hablar con todos, principalmente por cortesía, porque si fuera por ella viviría en la soledad total, puesto que en sus planes nunca había estado tener amigos, ya que según su filosofía de vida, la "amistad" solo era un invento barato que creó una persona desesperada temerosa al aislamiento, pero pese a eso, la chica que por lógicas razones no pregonaba su cerrada filosofía, prefería fingir empatía para sobrellevar su molesto tiempo colegial que dentro de varios meses llevaría a su fin gracias a Dios.
Odette con una pequeña sonrisa se sienta al frente de las tres muchachas que la miran de pies a cabeza.
- Hoy te maquillaste... - Comenta la joven con una enorme sonrisa, Odette sonríe medianamente asintiendo con su cabeza.
- Si, hoy me provocó usar lápiz labial y colorete... se lo robé a mi madre esta mañana - Dice la joven, pensando que como siempre explicaba más de la cuenta, recordando que el motivo por el cual había usado maquillaje fue por... Andrew.
- ¡Te queda súper bien, pareces actriz! Ay me encanta ese color de lápiz labial, en serio ¿lo tienes ahí? Muéstramelo para comprarlo cuando salga- Comenta la misma joven acercándose de manera amigable a la pelirroja.
Odette emite un disimulado bufido buscando en su bolso el lápiz labial, y al entregárselo a su compañera, está muy entusiasmada lo abre pintándose un poco sus labios, y luego de hacer esto las cuatro muchachas comienzan a conversar sobre maquillaje y otras falsedades superficiales, todos los compañeros de la muchacha e incluso los que no cursaban con ella siempre querían hablarle o hacer amistad, solo por el simple hecho de que Odette era la hija de la persona que fundó aquel prestigioso colegio, y según los chismes que rondaban por la casa de estudio, decían que la muchacha había heredado todas las lujosas instalaciones entre otras propiedades importantes al momento que su padre murió, es por esta razón que la gran mayoría de los alumnos de ese colegio querían ser amigos de Odette, algo que la pelirroja jamás permitiría porque a pesar que era "amable" con todos, no tenía pensado romper su filosofía de vida.
Ahora después de una aburrida jornada estudiantil y una molesta racha de falsedad diaria, el chofer llevó a la pelirroja hasta su casa, por su mente pasó en decirle al hombre que la condujera hasta la plaza nuevamente, pero de la misma forma veloz que llegó esa idea a su cabeza, la eliminó por completo ¿Qué le estaba ocurriendo? No podía siquiera pensar en querer ver una vez más a ese chico de la calle, no se encapricharía con nadie, primero muerta antes que caer tan bajo, y no necesariamente su rechazo ante Andrew se debía a su bajo estatus social, eso era algo que a ella le tenía sin cuidado, si no que, de tan solo imaginar que terminaría "embobada" por alguien que acabó de conocer, le provocaba nauseas, ella no era así, y su comportamiento en esas 48 horas la estaban degradando demasiado (según ella).
-Necesito ocupar mi mente en otras cosas... eso de estar pensando en chicos es para niñas estúpidas... mejor haré mi tarea cuando llegue a casa, eso me entretendrá bastante - Pensó y luego segundos después, comenzó a reírse sola por su ocurrente y sarcástico sentido del humor en lo referente a sus responsabilidades estudiantiles, mientras por otra parte el chofer cuando observó a la joven sonriendo, se extrañó bastante, eso sí que era una novedad.
Cuando llegó a casa, la joven emitió un suspiro lleno de hastío al ver a la persona que ahora se acercaba a ella con una enorme sonrisa burlona.
- ¿Y desde cuando te maquillas? Que yo sepa eres el tipo de lesbiana que quiere ser macho ¿ya le dijiste a mamá que te comprara esteroides? - Pregunta el joven de manera irónica a Odette que intenta ignorarlo.
- ¿Qué haces aquí, no se suponía que te habías mudado? - Pregunta sin rodeos.
El joven emite un bufido mientras se acerca más a su hermana solamente para empujarla.
- ¡Hey déjame estúpido! - Grita la chica devolviéndole el empujón, escuchando con mucha molestia las risas del joven.
-Si, pero estoy de vacaciones ignorante ¿acaso no notaste mi larga ausencia en estos 6 meses hermanita? -Pregunta con un fingido tono de empatía, observando que Odette asentía con su cabeza.
-Si noté tu ausencia... no soy tan idiota como tu... - Murmura entre dientes mientras camina rumbo a su habitación, pero su hermano se pone en medio para que la muchacha no vaya a ninguna parte.
-Hazte a un lado - Farfulle Odette sin ocultar su molestia, observando que su hermano niega con su cabeza de manera antipática sin obedecer a sus peticiones- Gianni... - Suspira Odette- ¿Es realmente necesario que actúes como un niño con problemas mentales todo el tiempo? - Agrega la pelirroja de manera obstinada.
Su hermano resopla una pequeña risa empujándola esta vez con más fuerza, uno de sus pasatiempos preferidos era molestar a su hermana menor.
- ¿Es realmente necesario que actúes como una perra amargada todo el tiempo? Entiendo que ser una lesbiana de closet es difícil... pero ya debes superarlo...- Confiesa empujándola esta vez con tanta fuerza que Odette cae al suelo.
La chica inmediatamente se torna roja de la ira mientras escucha como su hermano mayor ríe a carcajadas, detonante que provocó que se levantara para darle una patada en las partes íntimas del muchacho que se encoge por el dolor en cuestión de segundos.
-Asquerosa zorra... me las vas a pagar - Farfulle en un tono de voz agudo que es producto del punzante dolor que todavía siente en su entrepierna.
Odette sin importarles las amenazas de su hermano lo empuja tan fuerte que el joven cae al suelo aun entre quejidos, la muchacha le sonríe y luego se va corriendo rumbo hasta su habitación, no sin antes decirle unas cuantas "verdades"
- ¡Idiota mal parido, eres un chiste de hombre! - Le grita la muchacha sin dejar de correr, cuando justo en ese momento se choca con otro de sus hermanos, este era el mayor de los tres, la joven al verlo suspira fastidiada para después hacerse a un lado para seguir el camino rumbo a su habitación.
El hermano mayor observa algo extrañado como su hermana huye de una situación que hasta los momentos es desconocida para él - Tonta pelirroja... - Murmura con sarna cuando decide dejar de prestarle atención a la jovencita que ya se había perdido de su área de visión.