Unos minutos después de que cesaran los gritos, Mitchell y Allora regresaron al otro lado del carro. Vieron a Lethelin sentada con las piernas cruzadas a poca distancia, mirando al horizonte. Desde la parte delantera del carro, el clorvol empezó a emitir unos ruidos desagradables que Mitchell intentó ignorar. Al parecer, no le preocupaba comerse el cadáver de alguien que lo había cuidado recientemente.
Entonces vio el cuerpo de Ivaran. Seguía atado a la carreta, pero su cabeza colgaba flácida hacia un lado. Tenía ambas mejillas abiertas y la sangre le cubría la parte inferior del rostro y el cuello. Su camisa también estaba empapada. Mitchell siguió la sangre y vio que la entrepierna del hombre también estaba hecha un desastre. Si no hubiera vomitado ya, seguramente lo habría hecho.
Algo
