Capítulo 3: La investigadora

1551 Words
Sacha entendió en ese momento, que su querida Katy tenía razón, debía buscar a su hija Sasy por cielo y tierra, pero primero tenía que escapar de ese lugar donde se encontraba. Al despedirse, Katy le dijo a Maximiliano: -Sacha reaccionó, espero que la trates con delicadeza, necesita regresar a su casa para que salga del shock de la pérdida de su hija, necesita tiempo para pasar el luto, espero lo pueda entender – Katy se retiró y Maximiliano corrió a la habitación, encontrando a Sacha comiendo normalmente, le preguntó - ¿Cómo te sientes? – - Me siento bien, no gracias a ti, me quiero ir a mi casa o ¿Soy una prisionera? – responde Sacha -No, no eres una prisionera, pero tengo condiciones para dejarte ir, ya que estas tan recuperada – dice Maximiliano - ¿Cuáles condiciones? – pregunta ella -Primero no juegues con mi mente, no trates de hipnotizarme, segundo debes ayudarme en un caso que tengo – dice él -Sabes que no utilizo mi don en banalidades, solo es para hacer el bien a los demás – responde ella - Lo sé, pero este caso te atañe, se trata de una jovencita de once años que ha sido secuestrada, hija del Ministro, hemos detenido a una gran cantidad de sospechosos, pero no tenemos tiempo para investigarlos a todos, solo tenemos hasta las cinco de la tarde, que es el plazo para entregar el dinero del rescate, los padres no tienen para pagar ¿Me ayudaras? – relata él -Si te ayudo ¿Me dejaras ir a mi casa? – pregunta Sacha - Afirmativo – responde él Maximiliano la condujo a la sala de interrogatorio, allí se encontraban los sospechosos sentados, esposados con las manos en sus espaldas, Maximiliano le pregunta al primero: - ¿En qué lugar tienen a la hija del ministro? – -Jajaja … - se reían algunos, otros decían – Nosotros no sabemos de ninguna Hija del Ministro - y otros – somos inocentes – Sacha colocó sus manos sobre la cabeza del primero, hipnotizándolo, el indiciado tenía la vista perdida, inmóvil, sin expresión en su rostro, mientras los demás veían, hacen silencio, Sacha dice: - Vuelve a preguntar – Maximiliano vuelve a preguntar y Sacha lee los pensamientos del individuo, dice: - Este no tiene nada que ver con el asunto, es inocente – Pasan al siguiente y repiten lo mismo, y así sucesivamente, hasta que por fin descubre a uno que pertenece a la banda de los secuestradores, en la medida que Maximiliano le hace las preguntas, Sacha relata a viva voz los pensamientos del individuo, como si se tratara de un libro que estuviera leyendo, localizando de esta manera el lugar donde tienen la jovencita secuestrada Maximiliano organiza rápidamente el operativo de rescate y le pide a Sacha: - Por favor, acompáñanos para que nos ayude a reconocer el lugar donde se encuentra la jovencita ¿Puedes? Por favor – Sacha asintió con la cabeza, y abordó la unidad de rescate. Al llegar al lugar, se bajó del vehículo, cerró los ojos para recordar las imágenes que había visto en la mente de aquel individuo y se ubicó, en medio de un bosque, diciendo: - Es por ahí, por ese sendero, debemos localizar una cabaña, abandonada, es más bien una caballeriza – Comenzaron a caminar por el sendero que les indicó Sacha, durante el recorrido, ella se agacha de repente, y todos también se agachan, Maximiliano pregunta: - ¿Por qué nos agachamos? – - Se acerca uno de los vehículos de los secuestradores – responde ella - Pero ¿Cómo sabes que son parte de los secuestradores? – pregunta él - Porque vi el rostro del chofer de ese vehículo en los pensamientos del individuo que interrogaste, es como un sicario, jefe de los demás – dice Sacha Maximiliano no responde, esta asombrado de los poderes de Sacha, se pregunta ¿Sera que no tiene límites? De pronto, le da miedo, si ella quisiera podría deshacerse de él, atentar con facilidad contra su vida, cae en cuenta que debe ser más diplomático con ella En ese momento como predijo Sacha, se acercaba una camioneta Toyota, llena de hombres armados, pasaría por un costado de ellos, sin percatarse de su presencia. Luego continúan su marcha, cuando ya estaban muy cerca, Sacha cierra nuevamente los ojos y busca la esencia de la niña, diciendo -Siento la Niña, está muy asustada, no puede respirar, es asmática, debemos apurarnos, se encuentra en un baúl, en aquella caballeriza – dice esto señalando el lugar Con los binoculares, Maximiliano divisa diez hombres armado custodiando el lugar y le dice a su equipo: -Debemos rodearlos, son diez individuos que hay que neutralizar – En ese momento Sacha interrumpe – Esperen, son once, hay un vigía en el árbol aquel, si los ve, avisará a los demás, no pueden avanzar hasta que lo neutralicen primero - - Sacha tiene razón, pero ¿Cómo haremos eso sin que nos vea? – pregunta Maximiliano - Espera yo me encargo - dice ella Se agacho, cerró sus ojos, y colocó en la mente del aquel vigía una sugestión, la necesidad de tomar agua, porque sentía mucha sed, así que el vigía descendió en busca del preciado líquido, y los militares lo interceptaron Ahora sí, los militares avanzaron en silencio sigilosamente, neutralizaron los primeros, pero los otros se alertaron y ofrecieron resistencia, entonces se formó un intercambio de disparos Mientras, Sacha se fue arrastrando por el piso, hasta llegar al baúl de la caballeriza, sentía que la niña moría por asfixia, debía sacarla de allí, pero al llegar había un hombre custodiando el baúl, ella se rasgó la blusa, mostrando sus pechos y entró caminando, fingiendo estar herida - Por favor ayúdeme buen hombre, he recibido una bala en mi cuerpo – Aquel hombre solo tuvo mirada para los pechos de Sacha, y se acercó a ella con malas intenciones, de tomarla sexualmente. Sacha consiguió que se acercara a ella, en ese momento lo toco y le dijo: - Mírame a los ojos - Se quedaron viéndose fijamente el uno al otro por unos instantes, hipnotizándolo, le ordenó que abriera el baúl donde se encontraba la jovencita, luego le pidió que las cuidara y las defendiera de sus compañeros La niña se encontraba con un ataque asmático, la voz no le salía, simplemente se asfixiaba, Sacha la tocó y la hipnotizó, ordenándole respirar plácidamente con tranquilidad. Cuando Maximiliano y sus militares llegaron por ella, encontró la niña dormida, descansando - ¿Cómo se encuentra la niña? – pregunta él - Llegamos justo a tiempo – responde Sacha - Y este ¿Quién es? – pregunta Maximiliano - Es el que estaba custodiando el baúl, es uno de los secuestradores – responde ella - Si, ya no me cuentes, esta hipnotizado… Cabo, llévese este hombre con los demás – ordena el General Llevaron la jovencita rescatada con sus padres y a Sacha la devolvieron a su casa, como fue convenido. Al llegar, una profunda nostalgia la embargó, tomo la ropa de su hija y la apretó contra su pecho, llorando exclamó: - Es la esencia de mi hijita, toda la cabaña esta impregnada con su olor – Pero de pronto cae en cuenta – Cuando visité la casa del Mayor que agonizaba, no percibí la esencia de mi hija, eso quiere decir que nunca la llevó a su casa, pero no pudo dejarla muy lejos, tiene que estar en los alrededores, la distancia entre las oficinas de la Dim y su casa es relativamente corta, puedo localizarla por su esencia, como dijo Katy – El haber rescatado la hija del Ministro, la había llenado de esperanzas nuevamente, y ahora se disponía a buscar a su hija. Todos los días Sacha se levantaba a recorrer a pie las calles de la ciudad, tratando de percibir la esencia de su hija, regresando en la noche sin perder la fe, con la esperanza que mañana si la encontraría Cuatro años después, en un parque turístico, un hombre sentado en el césped estaba muy triste, cabizbajo, tocando la grama, sumergido en sus pensamientos, cuando de pronto un individuo con un cuchillo en la mano, lo amenazó diciendo: - Quédate quieto o te hundiré este cuchillo en la barriga, dame todo lo que posees, tu cartera, el teléfono y no hagas ningún ruido o te mueres – Aquel hombre se quedó paralizado, sin reaccionar, con la expresión de terror, sus manos seguían en el césped, de pronto, como por arte de magia, una gran piedra llegó a sus manos, levantó la mano con la piedra en ella y golpeo fuertemente al antisocial en el rostro Este cayó al suelo, adolorido, pero trató de levantarse para someter a su víctima nuevamente, pero el buen hombre volvió a colisionar su cabeza con la piedra, dejándolo inconsciente Cuando levantó la cara, vio parada frente a él, a una hermosa niña, blanca, con cabellos color oro, y con voz muy tierna le pregunta: - ¿Se encuentra bien señor? – - ¡Que linda eras! ¿Tu viste todo lo que me pasó? – responde aquel hombre - Si, lo vi todo… fui yo quien puso esa piedra en sus manos, Ud lo hizo muy bien – responde la niña
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