Capítulo 5: El padre de Sasy

1589 Words
Apenas Arnaldo la puso en el suelo, la niña corrió hacia embajador gritando: - Papá … Papacito … Aquí estoy … ¿Viniste por mí? – El embajador la tomo en sus brazos con emoción, las lágrimas salían de sus ojos - Mi pequeña Minerva… si, vine por ti… nos vamos a casa ahora mismo – le dijo al oído a la niña La Directora viendo la escena tan conmovedora dice – No se la puede llevar, hay tramites que cumplir Entre tanto Claudia al ver que Alain había escogido a la niña le dice – Pero esposo, esa niña está muy grande, yo pensaba en un bebé recién nacido, para que no supiera que es adoptado, no me gusta esa niña, la Directora tiene razón, es un problema, es rara, mentirosa, se sube a los techos, no nos conviene – - Bueno, después de cuatro horas escogiendo un niño o niña para adoptar, no te gustó ninguno, te di la oportunidad de escoger. Ahora me toca a mí, Minerva será nuestra hija sin más peros, está decidido ¿Entendido? – responde El Embajador Claudia conocía a su esposo, había tomado la decisión y no había nada que hacer, tendría que aceptarla por los momentos, le quedaba la opción de buscar la forma de devolverla al hospicio, trabajaría en eso, de ahora en adelante, entonces asiente con la cabeza Alain toma el teléfono, marca un número, cuando le responde pregunta: - Hablo con el tribunal de menores, por favor con la Juez Marianela Parra – - Pero ¿Que hace llamando al tribunal de menores? – pregunta la Directora angustiada - Necesito que la Juez me autorice para llevarme la niña a mi casa ahora, mientras Uds. realizan el papeleo o trámites de la adopción, la Jueza es muy amiga mía, nos conocemos desde niños – responde el Embajador Angustiada la Directora responde – No hace falta la autorización de la Jueza, yo lo autorizo a llevársela a su responsabilidad, de todas formas, pronto estará aquí devolviendo a ese demonio – - Ahora será una Russell, así que esta es la última vez que se refiere a ella con esos epítetos, de continuar esta situación, la demandaré ¿Entendido? –Amenaza El Embajador Alain toma la niña en sus brazos y se dirige a su vehículo - Minerva, ella será su mamá – - Hola Claudia – dice la niña - ¿Te diste cuenta que no me dice mamá? – responde Claudia - Se ira acostumbrando con el tiempo, iremos a comprarle ropa, para quitarle estos arapos – comenta El Embajador - Yo me puedo encargar de eso – dice Claudia - No amor, iremos los dos, como los padres de la niña – responde Alain Se dirigieron a Centros Comerciales muy lujosos, al entrar, Claudia comienza a medirse ropa para ella y se olvida de la niña. Pero Alain se encarga, mientras le ayudaba a colocarse la nueva ropa le pregunta: - Júrame que nunca me dirás mentiras, siempre me dirás la verdad, ¡Júralo! – - Nunca digo mentiras papito, siempre digo la verdad, te lo Juro por la vida de mi madre biológica – - Minerva, entonces dime ¿Por qué te subiste a ese techo? – Pregunta Alain - La Directora me mandó a encerrar para que tu no me vieras, entonces salí por la ventana y me subí al techo, para conseguir bajar, pero no supe por dónde bajar, para buscarte – - ¿Por qué la Directora te tiene tanta rabia? – pregunta nuevamente Alain - Porque hago cosas que los demás niños no pueden hacer, entonces le he descubierto sin querer cosas que no quería que se supiesen – dice la niña - ¿Qué cosas haces, que los demás niños no pueden hacer? – pregunta otra vez - Juras que me vas a creer y no me llamaras mentirosa – - Te lo juro, te voy a creer porque me juraste que nunca me dirías mentiras – responde Alain - Puedo hacer cosas como colocar una piedra en tus manos para que te defendieras de aquel asaltante ¿Lo recuerdas? Fui yo quien te alcanzo la piedra – Alain hizo una pausa, recordó que todavía no sabe cómo llegó la piedra a sus manos, pero esa versión era increíble, pero quería creerle, será entonces que es una niña que no es mentirosa, sino imaginativa, buscaba la verdad de los acontecimientos que rodeaban a la pequeña El silencio de Alain hizo que Minerva se diera cuenta que no le creía, debía demostrárselo con hechos. Estaban en el camerino probando la ropa de la niña, Alain dice: - Por favor Señorita alcánceme los otros modelos para medírselos – dijo esto sin percatarse que la vendedora se había ido Entonces Minerva, con su don trajo los modelos que su padre había solicitado, él voltea para tomarlos, pero se fija que no hay vendedora y los trajes estaban suspendidos en el aire, volteo a ver a Minerva: - ¿Esto lo estás haciendo tú? – pregunta alarmado - Si papito, para que me creas, yo nunca miento – dice la niña Toma los trajes en la mano rápidamente, fijándose que nadie haya visto lo sucedido, dice - Llevemos todos los trajes, en la casa te los pruebas – dice Alain, sujetando la ropa Se dirige a la casa para cancelar y se retiran del comercio rumbo a su mansión. En el camino iba callado, pensando lo que había visto, pensaba: - Dios, Minerva es una niña prodigio, tiene el poder de la telequinesis, por eso la Directora la cataloga como endemoniada, por su ignorancia. Me pregunto ¿Qué otros dones poseerá? Tengo que averiguarlo, antes que Claudia también la catalogue así – Mientras iban en el vehículo, Claudia le dice: - Minerva estas botando migas en la alfombra… ¡Recógelas ya! – La niña se queda viéndola y le dice con amabilidad – Disculpe, ya las voy a recoger… pero mi nombre no es Minerva, mi madre me llamaba Sasy Miller – - ¿Escuchaste Alain? Que niña tan mentirosa, ¿Cómo puedes saber eso, Si tenías seis meses de edad? Te das cuenta la Directora tenia razón, es una mentirosa, deberíamos devolverla al hospicio – dice Claudia molesta Con voz fuerte responde – ¡Ya Cállate! Que no vuelva a escucharte decir eso, es nuestra hija, y los hijos no se devuelven, insensata, y no miente, es verdad que se llama Sasy Miller, me dijo la monja que traía una medalla de bautizo con ese nombre, es su verdadero nombre, asume tu rol de madre – Al llegar a la casa, Alain había dispuesto la mejor habitación para la niña, la condujo a ella: - Esta será tu habitación ¿Te gusta? – dice Alain - Me encanta papito, tu vera que nunca te arrepentirás de haberme adoptado – responde ella - Dime, ¿Es verdad que te acuerdas que tu madre te llamaba Sasy Miller? – pregunta él - Si es verdad, recuerdo muchas cosas, veo a mi madre cuando jugaba conmigo, yo me reía mucho, ella se llama Sacha Miller, es muy linda, yo me parezco a ella, tiene la cabellera muy larga y dorada, algún día la voy a encontrar – dice la niña con nostalgia - Escucha Minerva, esas cosas que puedes hacer, no la hagas delante de nadie, ni de Claudia tampoco, porque al igual que la Directora te van a llamar endemoniada, nadie debe saber que posees esos dones – advierte el padre Entre tanto en la cabaña de Sacha, llegaba Katy, la amiga de Sacha: - Mi querida Katy, como te extrañaba, me tenías abandonada – dice Sacha abrazando con emoción a su amiga - Quería venir antes, pero tengo tanto trabajo en la casa hogar, que me cuesta dejar mis niños, pero me eché una escapadita para venirte a ver. Cuéntame ¿Cómo has estado? ¿Sabes algo de la niña? Y el Gral. Maximiliano López – responde Katy - Jajaja … por partes amiga… Estoy bien, todos los días salgo a buscar a mi hija, aprovecho para vender la cosecha. Maximiliano no ha vuelto, pero sus esbirros me siguen a todos los lugares que voy. Todavía no he encontrado a mi hija, pero yo sé que la encontraré – responde Sacha - ¿Fuiste a todos los hospicios? – pregunta Katy - Claro, esos lugares fueron los primeros que visité, pero nadie la ha visto – responde Sacha - ¿Esta segura que fuiste a todos los hospicios? Te lo pregunto, porque en la casa hogar, llegó la directora de Hospicio de la Caridad del Cobre, una tal Aminta Pérez, comentando que tenía una niña que estaba endemoniada – dice Katy - ¿Piensas igual que yo? Puede ser mi hija – responde Sacha - Claro que sí, con cuatro años Sasy ya ha desarrollado sus dones, como nadie la ha enseñado a usarlos, debe hacer travesuras, que los demás catalogan con endemoniada – - Mañana mismo voy a ese lugar, no sé cómo se me pasó, estaba segura que los había visitado todos ¿Sabes dónde queda? – comenta Sacha - Si claro, a la salida de la Colonia Tovar hacia Aragua, en un desvío que hay en el camino, al final se encuentra ese Hospicio – dice Katy -Te refieres al camino que se encuentra al lateral de la tienda de artesanías, en la vía hacia Maracay, no sabía que existiera un hospicio allí, esa es una hacienda, donde siembran fresas -
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