Capítulo 4

1577 Words
Que no me afectan tanto, eso quisiera creer. No sé cuántos días llevaba encerada con eso, de terminar desmayándome y dormir después de llorar para mí, era otro día más, talvez eran varios días, no estaba segura. No tenía idea de dónde estaba, ¿qué más me harían?, ¿me matarían?, me preguntaba a diario, si no me mataban ellos moriría de hambre, por alguna bacteria o cualquier cosa, podía ser de hipotermia. Cuando caía desmayada escuchaba la voz de Joel, “todo estará bien mi peli negra”. Esa era sus palabras, me molestaba tanto que mencionara que todo iba a estar bien, cuando está viviendo un infierno. Esas palabras no tenían entrada en toda esta mierda. “Piensa en tus momentos felices”, me decía y yo pensaba en esos momentos cuando solo era una niña y jugaba con Fernanda en los parques, cuando solo éramos mi madre y yo. Que son muy vagos los recuerdos de ese tiempo, mis momentos felices los pase con Fernanda y Joel, así que pensaba en ellos. ¿Qué fue de mi madre? ¿Ella logró huir del infierno? ¿Qué fue de mi hermano? En ese momento no lo sabía, ahora lo sé, pero todavía no es el momento, todo a su tiempo. ¿Por qué no me largue con mi madre? Hubo un tiempo cuando mi madre era amorosa, detallista y atenta. Después de estar viviendo con los demonios ella necesitaba empezar de cero, yo ya no quería estar con ella y acepto que me fuera con Joel. Con la promesa que siempre la llamaría, ella estaba destruida, destrozada la persona que juró amarla, cuidarla, estar en lo bueno y en lo malo no lo hizo, al contrario, se convirtió en su verdugo. Al estar atada de manos no me permitía defenderme, con los días mis males estaban desapareciendo, los primeros días no miraba todo lo que me hacían, no lo sentía, pero al estar despierta podía sentir la desesperación por querer quitarlos de encima, sentía náuseas al escuchar la respiración tan cerca de mi oído. Hubo un día en que no soporté más, ese día solo cerré los ojos para no ver, quería haberme desmayado, pero no fue así, ya me estaba acostumbrando verlos llegar. —¡ya no! —dije sollozando —por favor deténgase, ¡ya no! —seguía repitiendo, pero él no se detenía. Me dolía todo, tenía golpes, las náuseas eran más frecuentes y los dolores de cabeza me desorientaban. Cuando salió de mí le propine una patada una tras otra —maldito bastardo. — Esas fueron mis palabras tan amorosas para él, me agarro como pudo, pues, yo no dejaba de patear cuando ya me tenía dominada, me propinó una cachetada que me dejo aturdida con la mejilla ardiendo. —Estúpida zorra, te voy a matar, así como maté al imbécil con quien te revolcabas. Ya lo sabía; sabía que lo había matado, pero quería pensar que Joel estaba vivo, que estaba con su papá al otro lado del mundo. Talvez me estaban buscando, o solo estaba en algún hospital en coma que por eso lo miraba. Solo quería pensar que solo era mi imaginación, por eso lo miraba, pero en el fondo lo sabía, sabía que Joel ya no estaba vivo. —¡Él no está muerto!, ¡él no está muerto!, eso es mentira —gritaba mientras lloraba —¡él no está muerto! —volví a decir, me tomo del cabello para que lo mirara. —¿Quieres que te lo muestre? —dijo con una sonrisa diabólica, desato una de mis manos para unirla con la otra, después desato la cuerda que estaba en el espaldar de la cama y me saco de la habitación, esa fue la primera vez que salí de la habitación. Me llevo a una cocina que daba asco, todo estaba sucio, parecía que nadie vivía ahí, había gusanos en la comida, moscas, cucarachas y no sé qué más, tape mi boca para no vomitar, me llevo hasta una nevera cuando la abrió, ahí estaba Joel, ya no pude detener y comencé a vomitar, vomite hasta lo que no comía. Me desmayé como toda una maldita debilucha, al despertar estaba otra vez en la cama, esta vez tenía una frazada que cubría mi cuerpo desnudo, por fin el demonio se apiadó. —Perdóname —escuche la voz de Joel —no pude protegerte — mire hacia donde la escuche y ahí estaba él, sentado a la par mía como siempre. —¿Por qué no querías hablar conmigo? —ignore su disculpa, y pregunte lo que todos los días le preguntaba cada vez que lo veía. —¿Por qué me ignorabas? —siempre te contesté, pero tú no me escuchabas—me dijo sin mirarme —solo cuando dormías o cuando te desmayabas — vi como las lágrimas caían de sus hermosos ojos —prometo que saldrás de aquí. Con esas palabras desapareció sin dejar que le hiciera preguntas, más bien dejándome con las palabras en la boca, la puerta se abrió dejando ver a mi querido y amado hermanastro, el otro demonio que también me violaba cuando estaba desmayada. —Hola preciosa —dijo mientras se acercaba, eso me provocaba arcadas —¿quieres que juguemos un poco? —pregunto el maldito provocándome un dolor de cabeza —mi padre salió a buscar la cena. Mi estómago gruñó de hambre los demonios con lo único que me alimentaban eran con la sobra que ellos dejaban. —¿tienes hambre preciosa? —dijo con burla acariciando mi mejilla, me sacudí para quitar su mano de mi mejilla, pero él me apretó con su mano — te puedo dar mi comida solo si me das una buena mamada — si tuviera comida en mi estómago hubiera vomitado toda su cara, era un psicópata asqueroso. —Prefiero morir de hambre —le dije con valentía y escupí su cara, me dio una cachetada, ya eran dos en el día, pero me daba igual, si me mataban saldría de ese infierno y me reuniría con Joel. —Bien preciosa, entonces este día ni sobras tendrás — se quitó la ropa, y lo único que pude hacer como siempre llorar y cerrar los ojos. —Aguanta un poco más mi peli negra, ellos tendrán un peor infierno — me dijo Joel. Cuando termino salió de la habitación dejándome en un mar de lágrimas. —¿Cómo puedo aguantar más? — dije cuando Joel estaba a la par mía. —Aférrate a vivir, a ser feliz por nosotros — bufé, ¿hacer feliz?, pensé, ¿cómo iba a hacer feliz?. — has lo que quiere, no te niegues — mientras la puerta se abría y otra vez me dejaba con las palabras en la boca. —Si quiere comida, limpiarás la cocina — dijo mi padrastro, mire a Joel, quien movía la cabeza de arriba para abajo, y copie su acción. — bien te quitaré las cuerdas — se acercó y puso una bolsa en la cama. — ahí te traje ropa después que limpies te das un baño porque apesta. Me comenzó a desatar —si te portas bien y no haces ninguna estupidez, te recompensaré con comida — volví a decir que sí, moviendo la cabeza de arriba para abajo. Me puse una camisa holgada y unos chor no me puse nada por bajo y tampoco calzado. Salí a la cocina, comencé a limpiar todo, llene tres bolsas de basura, me tarde 3 horas limpiando y lavando Joel, me hablaba para que no vomitar ni me fuera a desmayar. Mi mente pensaba en la nevera, mis ojos recorrían todo y se instalaban en ese lugar donde el cuerpo de Joel estaba. —Solo escúchame — decía Joel — todo estará bien— todo estará bien, me estaba emputando — tranquilízate, inhala y exhala — me dijo sin verme, fueron contadas las veces en que cruzamos miradas, quería preguntar por qué no me miraba, pero ahí estaba el demonio observándome. — amor, inhala y exhala terminarás desmayada si no te tranquilizas y necesito que seas fuerte — me tenía de mis mejillas, sentía su tacto, ¿cómo era eso posible?, cerré mis ojos y comencé a contar mientras inhalaba y exhalaba. Cuando me calme y abrí los ojos ya no lo sentía, pero podía ver sus ojos mirando a los míos. — ahora termina y luego te das un baño, necesitas comer — con eso desapareció y volví a la realidad, termine de limpiar y lavar, me di un baño de media hora, el agua estaba muy helada. Sin embargo, no me importaba desde que llegué no me había bañado, tenía un olor a podrido y a orina daba asco. No era normal, pero ellos no me permitían bañarme, solo podía usar el baño dos veces al día y para mis necesidades, aunque termine orinándome en la cama por aguantar unas cuantas veces. Después de comer casi a media noche me dieron un colchón y unas frazadas. — si coperas y te portas bien, podrás andar en la casa — me dijo y yo asentía recordando las palabras de Joel. Esa noche dormí en un colchón limpio con sábanas limpias, ropa limpia y el estómago lleno y lo mejor no me ataron al espaldar de la cama, estaba muy cansada, me dolía todo, pero el agua me relajo me dormí tan rápido como siempre.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD