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La Mujer de los tres Dominantes

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Blurb

Elena Bruns, era una tierna muchacha que se entregó y se enamoró localmente de su primer amor, en los tiempos más sublimes de su juventud. Sin embargo, aquella felicidad que creyó infinita, no le duraría por mucho cuando descubriría que está embarazada.

Vikran Overziner, el hombre que amó, en vez de darle el apoyo incondicional que necesitaba, le mostró, inesperadamente, su cruel y verdadera cara, desechándola totalmente de su vida.

Vikran, sin ninguna pizca de compasión, destrozó el alma, la inocencia y la única fe en la humanidad que Elena tenía en su ser. Lo más imperdonable de todos sus pecados fue, el meterse con la persona más importante de la vida de Elena: Su inocente hijo.

Aquel día sombrío, aquella Elena Bruns que agonizaba, finalmente murió. Y, nací yo, Mahina Clinton.

Saben…, he escuchado, incontable de veces, de que la venganza no es la mejor elección para solucionar un problema. Pero para mí no es así. Al contrario, para mí la venganza es como el plato principal más delicioso que espero ansiosamente por iniciar.

Ahora no estoy sola. Tengo poder; poder que he ganado, dentro de todos estos años, por mi esfuerzo y la ayuda de dos grandiosos hombres.

Estoy lista para afrontar todo. Y juro, por la memoria de mi hijo, que cada uno de mis enemigos, sobre todo la Familia Real Overziner, pagarán por cada gota de sangre que me hicieron derramar.

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INICIO.
Arrodillada, en medio de varias personas, una chica de apenas dieciocho años lloraba con intensidad mientras sostenía fuertemente su vientre de tres meses. Las personas acumuladas en su alrededor la detallaban como si fuese basura humana. Entre ellos, un hombre con apariencia distinguida y aspecto frío como el hielo, se le acercó. Y desde lo alto la observó con ira. —Quiero que te quede claro, que no deseo verte nunca más —le dijo, rompiendo por completo el corazón de la desconsolada chica, que, no terminaba de comprender el extraño comportamiento del hombre que, unas semanas atrás, la trataba con supuesto amor. —Vikran —exclamó ella, inmersa en un sollozo—, cualquier cosa que te haya molestado, por favor, explícamelo. —No es necesario. —Él se inclinó para tomarla bruscamente del cabello—. Tú lo debes saber muy bien, no finjas. Mírame a los ojos —le indicó, y ella lo hizo temblando—. Recuerda, no me casaré jamás con una mujer como tú, no mereces que, siquiera este aquí, viéndote rogar por mi perdón. —Vikran... No-no entiendo, ¿Por qué me haces esto?. ¿No piensas en nosotros?, ¿En mí y en nuestro hijo? —Suficiente —la silenció y de inmediato la soltó con evidente desprecio. Después, sin querer permanecer ni un segundo más en ese sombrío salón, se giró y antes de salir por la puerta, sin mirarla, comandó—: Quiero que la encierren y, cuando su hijo esté por nacer, la maten junto con él. &&&&&&&&&&&&&&&&&&&&& ***MESES DESPUÉS*** Aún recuerdo ese día como si fuera ayer... Ese día fue cuando morí por culpa de un hombre y, renací gracias a otros dos que, con el tiempo, se volverían importantes en mi vida. Era la tarde de un 15 de junio... Mi cuerpo completamente temblaba, y un frío recorría toda mi piel bajo un dolor agonizante. El lugar helado y duro en donde estaba recostada, me había hecho suponer, de inmediato, que me habían abandonado en la cera de alguna calle. Yo me encontraba terriblemente en una posición de decúbito lateral, como un bebé durmiendo, completamente estática Las impotentes lágrimas, junto con mi sangre, inevitablemente delineaban mi rostro. Quería abrir mis ojos y levantarme, sin embargo, mis párpados pesaban tanto como si fueran de hierro. Quería despertar, de verdad quería hacerlo. Mi mente estaba aún consciente, pero mi cuerpo no respondía. Mientras todo mi ser, se debatía entre la vida y la muerte, escuché unos gritos. Gritos de chicos que al parecer estaban envueltos en alguna pelea entre dos pandillas. —¡Los policías! —gritó uno aparentemente cerca, al escuchar las sirenas de las patrullas. —¡Maldición! —contestó el otro—, ¡Mi moto está en la otra cuadra! —No hay tiempo, Jackson. ¡Ven! ¡Escondámonos en este callejón! Ante sus voces aproximándose, intenté forzosamente moverme y reaccionar para pedirles ayuda, pero apenas solo pude encogerme un poco. —¡Un muerto! —exclamó atónito la voz del que había sugerido esconderse Era un hecho. Me habían encontrado. —Es una mujer... —respondió, el otro que venía con él, con una voz seria y algo ronca—. No está muerta, parece que aún está viva. —¿Qué hacemos? —No es nuestro problema, Jeremy. —Pero está lastimada, podría morir aquí sola. —¡Hey, bastardos! Después de hacer disturbios, ahora son buenos para correr y esconderse —gritó un policía que merodeaba cerca—. ¡¿En dónde están?! ¡Salgan de dónde se encuentren! —¡Shhh! Jeremy. En ese instante, los dos se silenciaron por unos minutos. Yo no estaba segura, exactamente, de lo que sucedía entre ambos, pero era claro que para ellos era urgente no dejarse notar. Incluso, supe rápidamente que no estaban dispuestos a pedir auxilio para mí. Ante mis ganas de vivir, probé de nuevo en moverme. Lo logré un poco y ellos se dieron cuenta. —¡Está grave, Jackson! ―exclamó angustiado, Jeremy. Él era así, tan inocente y benevolente. ―Baja la voz ―le susurró Jackson, que claramente, con ese carácter desinteresado, me había causado hasta resignación. ―Si no la vas a ayudar, la ayudaré yo. ―¿Crees que, con ese tamaño, vas a poder cargarla? ―No importa, lo intentaré. ―No sé por qué dejé que vinieras conmigo ―se lamentó, Jackson―. Yo te aseguré que las calles no son lo tuyo. Por los nervios, apreté mis ojos y mis labios. Quise pronunciar una palabra, pero solo me salió un balbuceo. En mi cabeza, únicamente, rondaba que debía apresurarme en comunicarme con ellos como sea, porque poco a poco ya iba sintiendo como se desvanecían mis fuerzas. ―¡Jackson! ―replicó Jeremy, horrorizado―, ella..., ella está sangrando por las piernas, y parece que también le han golpeado fuertemente en la cabeza. ¿Quién... quién pudo hacerle esto a una chica? ―¡Aichs…! Jeremy. ¡No puede ser! ―refunfuñó el supuesto corazón de hielo―. Ya deja de hablar, si no, nos encontraran y será imposible llevarla con nosotros. Escuchar eso de los labios de Jackson, al menos me devolvió un poco de tranquilidad. Yo creo que, si Jeremy no hubiese sido persistente, de igual forma, el idiota me hubiese salvado. En ese momento, con una mínima esperanza intacta, pude tener fe en que sobreviviría. Mientras era consciente de su pequeña discusión respecto a lo que deberían hacer conmigo, sentí que Jackson con un enorme resoplido de molestia, al fin, me cargó entre sus brazos. Me sentí aliviada…, pero eso duró poco, porque en ese momento recordé como había finalizado en esa desgarradora situación. Mi corazón triturado en mil pedazos no podía creer aún, lo que esas personas me habían hecho unas horas antes Me encontraba en un estado de negación. Me era imposible comprender que, Vikran, la persona a quien más apreciaba y amaba en mi vida, me había traicionado y desechado como si nada, de la peor forma. Suspiré con dificultad. El dolor de cada una de mis extremidades era insoportable y, aquello que más me dolía intensamente, debido a cada movimiento: Era mi vientre... Mi vientre se sentía vacío y destrozado. En tanto se me desvanecía la consciencia por completo, asimilé que era un hecho: Mi hijo ya no estaba más en mi vientre. Ya no estaba más dentro mío. Desgraciadamente, mi bebé…, a mi bebé…, la familia Overziner, aquel día, sin la menor compasión, me lo habían arrebatado.

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