Capitulo 1
¿Por cuánto tiempo podre continuar en este lugar?, de un golpe cierro la ventana.
Esta noche se siente más fría de lo habitual, o… ¿Solo soy yo?.
Arrastro mi cuerpo hasta la silla de ruedas, mis piernas se siente debiles y más en estos días de bajas temperaturas, muevo mi mano hacia la derecha, la silla se mueve, ¿Quién diría que lograría acostumbrarme a usar esto?, primera noche del mes de enero nuevamente. El frió parace ser peor cada año.
—Es bueno tener una silla de ruedas eléctrica. —Abro la puerta del salón, la habitación se ve sombría, solo hay una pocas estrellas en el cielo, ¿Debo encender la luz?, no eso solo es una pérdida de electricidad, me acerco al piano, ¿Cuan tonta debo verme?, golpeó las teclas con mis dedos.
A veces deseó poder volver atrás aunque no puedo negarlo, por más que lo intente, aprendí a amar este lugar, barrio de Gracia, calle Or, no puedo imaginar mi vida lejos de aquí.
El suave tacto, las teclas son dulces, las únicas que pueden apaciguar mi corazón. —Sólo ustedes me quedan
—pronunció con dificultad. Acaricio mi garganta, el dolor en estos días se vuelve más intenso, ¿Por qué estoy llorando de nuevo?, creí que ya me había acostumbrado a este suplicio.
Intento reirme pero no sale la voz de mi boca, tomó una bocanada de aire, es inútil, dos, tres, cuatro… ocho respiraciones y al fin la tortura se vuelve soportable. —¡Agh! —escupo una bocanada de sangre, veo como la sangre gotea de mi palma, y sonrió el amor es aún más destructivo.
Las mismas preguntas suenan, una y otra vez dentro en mi cabeza, ¿Por qué, yo?, ¿Por qué, a mí?, yo no quiero esto, tampoco lo pedí. ¿Cuándo morire?.
Mis dedos rebotan por las teclas, que poco a poco se tiñen con rojo.
Duele, duele, duele…
Toc, toc, plap, toc, plap…
Apartó mis manos del piano, noto algo tibio en mi rostro, lágrimas, con mis manos intento desaparecer todo rastro de ellas, espero que los golpes se detengan y que el responsable se vaya, pero eso no ocurre, la puerta al final se abre.
—¡Hola, Sami!, ¿Me extrañaste? —pregunta ella feliz.
La miro pero no respondo, giro las ruedas de mi silla con intenciones de abandonar el lugar pero ella me detiene, y solo puedo observar, mi hermana adoptiva Camille esta frente a mí, una persona llena de luz tan diferente a mí, su cabello es dorado como el sol, en cambio el mio es rojo como la sangre, sus ojos son celestes como el cielo y los míos son simplemente de color avellana, sus ojos tan grandes en cuanto a los míos, ellos parecen un par de almendras.
Ella es tan libre, ¿Y yo?, estoy presa, sujeta con cadenas, ¿Por qué la vida tiene que ser tan injusta?.
—Sami, ¿Esa es una nueva partitura?.—Emocionada, me empuja nuevamente al piano, sujetando mi nueva composición. —¿Esto es la que estabas tocando?, es agradable pero sonaba demasiado triste, produciendo que quieras llorar, yo sentía como mi pecho se conprimia, ¿Es parte de la nueva canción que te pedí?, si es así… Es increíble pero estoy algo cansada de cantar e interpretar composiciones tan deprimentes, podrías cambiarla por mí, solo algo más Sami —habla Camille con una mueca imposible de disimular —, sé que no ha sido fácil para ti desde hace algún tiempo y es normal que te sientas un poquito melancólica pero no olvides que estoy acompañandote, no estás sola, yo te cuidó.
Coloca su brazo en mi hombro, luego se arroja hacia a mi, abrazándome, siento un viento cálido recorrer mi corazón, me encantaría que fueran sinceras sus palabras, la miro detenidamente y no respondo a su abrazó.
Poco dispuesta recuerdo su patrón de comportamiento, desde hace algún tiempo ella sigue una serie de acciones cada vez que necesita canciones nuevas o un baile original, Camille vendrá hacia a mí y me abrazara, me tratara con mucho cariño, mi corazón se calentara o al menos eso ocurrida hasta que ella obtenga lo que quiere, luego de tener lo que necesita, me ignorara con distintos tipos de excusas sin sentido hasta la próxima vez que necesite de mí.
Respiro, y reuno todo mi valor, miró sus ojos, espero estar equivocada.
—Camille, ¿Has visto a mis hermanos?, ¿Ellos te preguntaron por mí? —Intento hablar lo más claro que puedo, esfuerzo mis cuerdas vocales, que las palabras salgan.
Ella se sorprende cuando termino las preguntas, hace tiempo que no hablaba de ellos, no tenía fuerzas para escuchar la misma respuesta, “Ellos no lo hicieron, ya no hablan de ti”.
Mi corazón se acelera al pensar que esta vez puede ser diferente, solo necesito una diminuta pregunta, si lo hicieran, tendría esperanza de volver a verlos, los extraño a todos, lamento lo que hice, estoy arrepentida, solo necesitó una oportunidad.
***
¿La estuve descuidando demasiado?, no es bueno que pregunte por ellos, Samantha entiendelo, sólo me necesitas a mí.
Sujeto su mano, intenta zafarse pero no puede, me alegro que el veneno sea tan efectivo, si aumentó la dosis, morirá pronto, su cabello rojo ya no brilla, su piel que parecía porcelana ahora esta escamosa, ya no puede compararse conmigo, solo necesitas verme brillar hasta el día que mueras Samantha, como todo lo que era tuyo ahora esta en mis manos y no tienes nada.
—¡Lo siento Sam!… Me reuní con ellos anoche, también estaban mamá y papá… Nosotros fuimos al restaurante favorito de mamá, y me olvide de preguntar —Intento aparentar estar avergonzada, con esfuerzo logro exprimir mis lágrimas para que rueden sobre mi mejilla.
No necesitas volver a preguntar por ellos, intento no reirme, ellos creen que tú eres quien los odia, piensan que ni siquiera, puedes verlos. ¡Gracias por ser tan idiota!.
¿Me veo lamentable?, ¿Te duele el corazón al verme así?, solo debes de deprimirte, amo verte sufrir, sólo puedes ser feliz cuando yo necesite que lo seas y luego volverás a tu miserable, triste vida porque me encargare que el resto de tu vida sea un infierno porque no puedes regresar, porque no puedo soportarlo, me molesta tanto que continúen preguntando por ti,
cada vez que me ven solo saben nombrar tu asqueroso nombre, en cada ocasión se repite la maldita situación, me hacen sentir enferma, por momentos pareciera que perderé la razón, me volveré loca si continúan haciendo preguntas de ti, ¡¿Por qué siguen preguntando por ti?!.
—Tus, tus, tus palmas —sujeta mi mano —estan sangrando…
—Lo siento, no queria olvidarlo… —Vamos Sam, llora, te aleje de todos, no tienes a nadie, te convertí en escombros, eres solo una insignificante piedra en mi camino.
Entonces… ¿Como me puedo poner celosa de alguien como tú?, verte me enojaba más Samantha, quiero rasgar tu maldito rostro.
Mis ojos se tiñen con odio, pero rápidamente recapacito, necesito una mirada llena de tristeza y compresión, fijo mis ojos en ella. ¡¿Qué esperas?!, ¡Llora maldición!.
Su rostro se contrae con una expresión de decepción, siento como mi mal humor mejora enormemente.
***
Una gran mano aprieta mi corazón, la opresión que surge en mi pecho es tan grande que siento que el aire no ingresa a mis pulmones, ¿Por qué mis hermanos nunca me respondieron ninguna carta?, me esforce muchísimo enviandolas, pasaron tantos años y siguen odiandome… Mamá, papá, los extraño, lamento haber huido de casa, todo lo que hice a partir de ese momento, en donde todo fue mal. Por más que lo intente negar, yo soy consciente que desde hace mucho todos ustedes me habian abandonado, me equivoqué pero sólo logre hacerme daño, nada de lo que hice tuvo sentido.
Sólo estaba celosa, queria amor pero ahora no tengo nada, desde el primer momento en Camille llegó a casa lo supe, ya no tenía valor en la casa Wilson, renunciado a mí por ella, ya no me necesitaban en sus vidas, mi familia es mucho más feliz con ella.
¡Plaft!. —¡Ah!…
—¡Sami!, ¿Estás bien? —pregunta Camille preocupada—, Sami, mirame, te hablo y no me respondes. ¿Qué sucede?.
Me sujeta con cuida, me ayuda a regresar a la silla, lo único que me queda es ella, no es su culpa lo que ocurrió, fueron ellos lo que me dejaron y Camille me acompañó a pesar de lo mucho que me equivoqué, todos me dieron la espalda excepto ella, ¿Ella es la única que me ama?.
—Perdón, yo me equi…
Antes que pueda terminar ella me interrumpe.
—Espera Sam. lo sé.
—¿Qué sabes?
—Tienes una canción sorpresa para mí y un nuevo baile —contesta emocionada, sus ojos brillan como el mar en la mañana.
—No en realidad… —Me detengo por unos segundos, me duele mi garganta, tomó una gran bocanada de aire intentando aliviar la incomodidad. —Decidí dejar de componer canciones y bailes para ti.
Un largo e incómodo silencio se produjo, Camille atónita fija sus ojos en mí. Solo abrazarme y dime que todo esta bien, por favor que sólo son ideas mías, eres todo lo que me queda. Solo quiero Necesito tu cariño hermana.
—¡Hermana, si estas enojada porque estuve ocupada últimamente te pido disculpas!, tú sabes el tiempo que lleva un ensayo, ¿Lo recuerdas?, juntas estudiamos, sabes muy bien que para mí, no fue tan sencillo como lo es para ti, ¡No te puedes enfadar conmigo por eso!, por favor prometo esforzarme más, pasaremos mucho más tiempo juntas ¿Qué te parece? —dice un poco nerviosa.
¿Solo te importa eso?, aprieto mis manos, en realidad no te importa… ¿Pasaremos tiempo juntas?, ni siquiera te molestaste en hacerme una llamada, ¿Sólo me dirás eso?. No quiero una excusa, necesito que demuestres que te importo, aunque sea un poco, ¿Voy a continuar con esto?, miro el rostro de mi hermana adoptiva.
No esperaba una reacción tan grande de su parte, sé que ha pasado mucho tiempo desde que publico una canción o un nuevo baile, peto realmente pasas tiempo conmigo porque me necesitas solo para que componga algo nuevo para ti, ¿No tengo relevancia en tu vida?, si te pierdo a ti, ¿No tendre nada?, pero no puedo detenerme, porque me duele.
—¡No te daré mis canciones o bailes, esfuérzate y hazlos tú sola, ya te di demasiado a lo largo de estos años!. —Grito decepcionada, intento mantenerme fuerte a pesar de que soy una joven patetica. —Quiero aceptar tu propuesta, reconocer que yo soy la autora de las melodías, canciones y bailes que presentaste todos estos años como tuyos, creó tienes razón debo de ser valiente. ¿Recuerdas todavia tus palabras?. Cuando lo decidas lo diremos juntas.
¿Por qué tu cara se ve tan mal Camille?, mi vista se nubla, ella me observa con odio y rencor.
—¡Todavía crees que tienes oportunidad de reconocer algo!. —Se burló Camille, ella sonríe feliz—, ambas sabemos muy bien que no tienes nada, ni a nadie, ¿Si no es por mí, qué sería de ti Samantha Wilson?, no conoces la palabra agradecimiento, eres una verdadera desagradecida, por lo visto quieres quedarte sola como un perro, si eso eres un perro callejero que mendiga amor pero por más que te esfuerces no has obtenido nada…