Que la vida me perdone.

1852 Words
POV Hadashad Pensé que tenía todo planeado, arreglado, ordenado y que todo lo podía solucionar con solo pensar que podía. Que gran mentira, qué pasó conmigo, porque mis padres me trajeron aquí. Yo era feliz, vivía feliz, tenía mis amigos. Y estos grandes cambios no son lo mejor del mundo, tengo 17 años, acabo de empezar una preparatoria nueva. Mi último año, y apenas pude ir el primer día a clase, y todo esto está de cabeza. Mi madre salió a llamar a mi padre, mi hermano se encuentra dormido en un sillón en el cuarto del hospital. Y yo, bien. Porque según yo, siempre estoy bien. Y lo complicó y difícil que es estar bien, cuando solo lo sabes decir, pero no sentir. Vivir en una historia que sientes que no es para nada la tuya. Y saber que quizás no puedas salir de ella. Y peor aún, no tengo donde expresarme, ya que mi diario esta... Oh no, mi diario, ese chico aún no me lo devuelve, y no sé cómo hacer para conseguirlo, ya que se suponía que saldría con él para poder recuperarlo. Debo hacer algo para que regrese a mí. O me volveré loca, en definitiva. —Hija, ¿Cómo te sientes? — al fin llegó mi madre. —Estoy bien. Creo— dije muy dudosa, ya que en realidad la que podría saber eso es ella, ella habló con el médico, no yo. —Llame a tu padre, vendrá esta tarde —mi madre se ve super agotada. Y yo sé que ella es fuerte. Bastante — Mama necesito un favor— no sé ni qué hago, pero amén. Se me había ocurrido una buena manera de conseguir mi diario, aunque deba utilizar a mi madre para eso. —¿Qué pasa? — me contesto ella de inmediato, pero un poco preocupada, pensaba que le diría algo malo o que me sentía mal. —Acabó de entrar a mi último año en la preparatoria y la verdad es que soy media tonta y extravié algo muy importante y necesito que me lo consigas ¿Puedes ayudarme con eso?? —Claro que si hija— me contesto ella muy sonriente. No sé si eso sea una locura. Pero no puedo dejar que Nicolás lea mi vida en un libro. No puedo dejar que eso pase, era mi desahogo, yo escribía la más mínima cosa allí, podría hacer un libro detallado con las cosas que plasmo en él. Y no me apetecía que un desconocido lo supiera. POV NICOLÁS En serio no puedo creer que no haya venido ni a clase, se supone que esto era muy importante para ella no. Pues no veo que lo sea tanto, aunque tuve curiosidad, ni me atreví abrirlo, no quiero conocerla de esta forma. Y la verdad esta situación me tiene preocupado. Me encuentro en la clase de ciencias. La cual se supone que tomaríamos juntos. Y lo sé porque vi los nombres de los integrantes de la clase y el de ella está ahí. Pero no nunca llegó. —Nicolás alguien te buscas en los pasillos — escucho al profesor decir— Puedes salir —Lo cual me parece súper raro, ya que él no deja que nadie salga de su "gran clase" lo ve como la falta más grande hacia él. —Perdón maestro, ¿Quién me busca? — pregunto algo sorprendido. —No lo sé, porque no sales y ve. —Gracias— dije parándome de inmediato y dirigiéndome a la puerta, ante de seguir interrumpiendo la clase de este, ya sé cómo se pone cuando pasa, ya había tomado una con él. Cuando salí, solo veo a una señora de pie en el pasillo y no sé quién es esa que se encuentra fuera de mi aula, y menos porque me buscara. —¡Hola!, Perdón, usted me busca— dije mirando a todos los lados, era obvio que tenía que ser ella, ya que no se visualizaba a más nadie allí. —Hola, me llamo Hannah. Soy la madre de Hadashad, ella me mando a buscarte— la señora me extendió la mano y yo muy dudoso la tomé. No podía creerlo, no vino, pero mando a su madre ¡no puede ser! — Lo siento señora, ¿Qué pasa? ¿Por qué está usted aquí? ¿Por qué no vino ella misma? ¿Pasa algo? — creo que exagere. No debí hacerle tantas preguntas, pero esto está bien raro. —Mi hija no pudo venir, me pidió que te dijera que le devolvieras, algo no sé, un libro, algo así— ella intentaba como recordar, seguramente lo que le dijo su hija. Me quede sorprendido. Acaso antes que salir conmigo, manda su madre, a buscar su dichoso libro. Y ni a clase vino, ¿qué pasa con ella? —¿Qué pasa con su hija? —Trate de parecer lo menos curioso posible, haciéndome como que no me interesa y solo es curiosidad. —Nada, ella solo quería que te dijera eso. —¿Por qué no vino? — yo seguía insistiendo en las preguntas, pero ella seguía en no decirme nada. —Le prometí que no hablaría de nada contigo, lo siento muchacho, así es ella— me había dejado más dudoso y preocupado que antes. Algo aquí no me quedaba claro, pero ya que. Me dirijo al aula en busca de su dichoso libro, se lo entrego a su madre. Y me regreso a mi clase. Tratando de concentrarme y olvidar lo que paso, todo. Después de lo que pasó esta mañana, me quede confundido. ¿Qué pasó con esta chica? Esa pregunta no salía de mi cabeza. - ¿Y a ti que te pasa? — mi hermana interrumpe mis pensamientos, mirándome con cara de preocupación. — Nicole, ¿te acuerdas de la chica, que conocimos, la nueva, ¡HADASHAH!.? —Puntualizaba cada descripción, como si mi hermana no lograra comprenderme. —¿En serio? — dijo abriendo los ojos como plato, yo también creo que exagere— No tenías que describírmela tanto, claro que me acuerdo. Ah y teníamos una clase juntas, no la vi— dijo ella, sacando su celular para hacer no sé qué. Aproveché que estaba entretenida y le conté lo que paso. —No volvió, su madre fue por algo que tenía de ella. Pero ella no volvió. — jajajjaja— salto la risa, sabía que si le decía haría eso, porque así es ella. Por eso aproveché que tenía el celular en las manos, pero de nada sirvió. —¿De qué te ríes boba? — Unos minutos con ella, y ya la hiciste correr hermanito, que ágil eres— seguía hablando sin dejar de reírse. —No sé lo he quite. Lo extravío, y era solo un libro —  digo restándole importancia a aquello —  Algún cuento que leía — no creo que tenía que darle detalles sobre nada de lo que pasó. — Creo que lo mejor es que te alejes. Si no es que ella ya lo hizo, no me cae bien tu novia, pero lo es y no es justo esto — Nicole se veía muy seria en lo que decía, pero no  tenía caso eso. No pasaba nada, solo me gustaba jugar y divertirme. — pero si no le hago nada, no está pasando nada con esa chica. Solo la vimos un día — y era verdad, solo fue un día, y por cosas del destino paso aquello, y terminé quedándome con su libro, diario o lo que sea. — Te conozco y sé que eso es suficiente para ti — y si, eso era muy cierto. — Talvez tienes razón. Además, creo que ya no volverá — y no sé por qué sentí desilusión en ese momento. — No seas payasa. No sé qué pasó con ella. — A ver ¿Qué le quitaste? Que tuvo que mandar a su madre por él— al fin dejo el celular para  dique prestarme atención, pero bien sé que era para seguir buscando de que burlarse.  POV HADASHAH Me he paso todo el día en esta cama, esperando que me quieran decir lo que ya sé, solo medicamento, y visitas el bello doctor. — Mamá al fin llegas ¿Qué pasó? — se me notaba lo inquieta que estaba yo,  — Aquí tienes lo que me pediste hija — mis ojos se iluminaron cuando vi aquella libreta azul en — Gracias madre, pensé que Nicolás no te lo daría —lo tome en mis manos y lo abracé como si fuera un tesoro. — Es un muy buen chico. Y además está bien guapo, hija —  solo negaba divertida con las cosas que se les curren a mi madre — Que bueno que hiciste amigos el primer día hija — se sentó al lado de mi cama, esperando la conversación. —No somos mis amigos, apenas lo conozco, y de serlo dé que vale, si seguro no regresaré. ¿De qué vale que me haya hecho venir aquí?. Que me hagas estudia en esa preparatoria. Si ¿de qué valió? Quizá no vuelva. Quizás no disfrute este lugar. Quizá ni sobreviva — estaba reclamándole, quizás estaba mal, porque en realidad son cosas que ella no puede controlar, pero la frustración que sentía me había hecho desahogarme.  — ¿Por qué dices eso? — ella se levantó de la cama, para quedarse viéndome fijamente.  Creo que no sé qué pasa conmigo, porque hice eso, ahora me siento culpable. Al ver a mi madre al borde de las lágrimas. La mujer más fuerte que conozco. Creo que no debí hacerlo. — Perdón. Lo sé todo. Sé que estoy enferma. Bastante, los escuché hablar a ti y al doctor, y lo siento tanto. Creo que no debí.  —  le confesé todo, que los había escuchado, y como me sentía, mi madre me mira con esa cara de lástima, la que una madre no debería tener para una hija. Pero es mi madre y así es ella. —  Iré por tu padre. Ya debe venir, cualquier cosa me llamas, aquí tienes tu celular —me lo paso, y ni me acordaba de él, ya ni siquiera tengo amigos con los que hablar, también sé que mi madre se fue porque se había puesto sentimental, y ella no era así, tampoco le gustaba que la vieran en sus peores momentos.  Escrito en el diario.  Que no lo tengo todo agarrado de las manos, ni siquiera, sé distinguir cuál es tierra filme o cuando esté movedizo. La vida me dio soluciones, pero yo nunca quise aceptar que hubiera un problema. No supe distinguir. Sin duda no lo hice. Creo que en realidad nunca fui tan feliz. ¿Por qué lo sé? Si hubiese sido tan feliz, estaría conforme con todo esto y no lo estoy, porque estoy segura de que la vida me debe más. Y yo le debo de igual manera a ella. Nunca fui tan feliz como creí serlo, porque creo que me falta más. Y que la vida me perdona, las veces que no viví.
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