Capítulo 2

1999 Words
Hemos pasado... bueno Emilie ha pasado dos horas buscando vestidos, zapatos a juegos y un sinfín de cosas mientras gruñe cosas incoherente, yo por lo tanto me la he pasado como imbécil chupando una paleta. ¿No es estúpido deprimirse por un hombre? Si lo es, me deprimo solo porque lo quiero y me enoja el hecho de que esto me pase.    -¡Maldita Sea!- grita. Le doy una mirada confusa. -Tu y yo nos vamos de compras en este mismo momento- toma mi mano sacándome de la cama y haciéndome tirar mi paletita ¡Quiero llorar!   Llegamos a una tienda de prestigio en el centro de Londres. Emilie sin duda viene constantemente ya que las señoritas que le atienden le muestran absolutamente todo lo que ella pide sin vacilar. Son mejores las compras online evita la tarea de buscar tallas y todo.   -Emilie, no es que no aprecie lo que hagas pero esto es muy caro para mi bolsillo- reviso las viñetas. ¡Tienen un cero de más! No lo pagaría ni con tres salarios mínimos. Sin embargo un hermoso vestido blanco corto con unos zapatos a juego toma mi completa atención.   -Ya te he dicho esta noche nos vamos de fiesta, créeme que un buen lió de una noche te sentara de maravilla para olvidar a ese cabrón- ladea. –Te lo digo de antemano, si funciona- hace un mohín.   -¿Eso no es de putas?- arqueo. Me ignora cogiendo no sé qué cosas, no me queda de otra que agradecer sus obsequios de todas maneras gracias a ella es que se me ha ido el rollo de Daniel por un momento. ¿Lio de una noche? No podría, nunca ni en un millón de años.   -La verdad que me siento muy mal por lo de Daniel y no quiero amargar tu noche- reitero. –Lo amo al idiota y no supero que me haya estado engañando- gruño. Creo que la tristeza que sentía se está convirtiendo en enojo.   -No es que sea mala amiga, te conozco Soph sé que eres fuerte y has pasado por mucho. Prefiero que vayamos de fiesta, a que te quedes llorando como Magdalena por un hombre que seguramente no lo merece- Me mira entrecerrando los ojos. –No tienes nada que perder y puedes pagarle con la misma moneda- se encoge de hombros.   -Te acepto bailar y beber pero dudo mucho tirarme a otro por despecho- rió. ¿Cómo puede pensar que puedo hacer algo así?   -Esta noche conseguirás un hombre que te saque a ese imbécil de la mente- sonríe. –De eso estoy completamente segura, te quiero Soph y mereces algo bueno, ya mañana si te acuerdas y si no, nunca paso- me coge en un abrazo.   La miro boquiabierta, nunca he estado con otro hombre que no sea Daniel, él había sido el primero y... bueno no creo que sea posible para una mujer engañar al hombre que ama por despecho ¿O sí?   -Vale, mejor dejemos esto aquí- me giro. Me da una mirada de "Yo lo se todo" termina de coger otro vestido, la chica le envuelve los vestidos en papel de seda, demasiado exagerado pues solo es un vestido.   -Ya tenemos todo lo necesario. Ahora vamos al salón, este cabello precioso no se arregla solo- desliza la mano por mi cabello. Le vuelvo a sonreír, no sé qué haría sin mi descabellada mejor amiga.   Luego de un par de horas en el salón de belleza por fin termino con mi cabello ondulado, me doy una mirada en el enorme espejo sinceramente me encanta como ha quedado.   Regresamos a casa alrededor de las 5:30 a lo cual Emilie me obliga a cambiarme a la velocidad de la luz, se supone que solo tengo dos horas para estar lista y para mí eso supone más que suficiente. Termino de arreglarme en un santiamén, gracias a Emilie he podido sacar a ese c*****o de mi cabeza claro que me gustaría sacarlo de mi corazón pero creo que eso es un poco difícil.   Por un momento me plantee perdonarlo y hablar con él, no, eso sería más que estúpido. Hoy ya no me importaba nada, solo quiero emborracharme y olvidar lo que paso por una noche ya mañana afrontare el problema, no es que sea cobarde o que tenga miedo pero hoy solo quiero divertirme con el primer hombre que encuentre y que más si parar en la cama con él. ¿Me estoy contradiciendo?   Sophia eres una descarada. ¡No me importa! SI un hombre puede serle infiel a su mujer, ¿por qué una mujer no puede?   -Soph, estas lista ya es hora- grita desde la sala.   Miro el reloj las 7:30 y la fiesta es a las 8. Según lo que me ha contado Emilie es una fiesta de un tal Tom, un amigo de su infancia y la ha invitado.   -¡Vale! Ya estoy lista- grito. Me doy un último vistazo, hago una mueca para después salir.   Al bajar me encuentro con la enorme sonrisa de mi querida amiga. Un vestido que le sienta precioso, me sorprende que esté estudiando economía cuando es más que obvio que lo de diseñadora se le da excelente.   -Venga, que hoy si consigues con esas pintas te ves única. Sophia Neuer- me sonríe. –Estas hermosa, si no terminas con un hombre juro por Dios que te meto aun convento- ríe. Me hace sentir una cualquiera a decir verdad ¿Ella ya lo ha hecho? ¿Insinúa que voy buscando sexo?   -Vale, que tu no quedas atrás- sonríe -Te miras preciosa.   -Gracias, gracias y vámonos que se nos hace tarde y la noche es corta- ¿Qué no es al revés?   Salimos de casa hasta su coche, como casi siempre ella tiene que conducir puesto que a mi sinceramente no me agrada hacerlo podría decirse que casi no me gusta. De manera casi inmediata llegamos a unos de los Pubs más famosos de la ciudad, como era de esperarse esta atestado de chicos y chicas que buscan disfrutar de la noche.   Bajamos del coche, el chico del parking que nos ve con la boca abierta a lo que ambas reímos, sí que venimos con todo. Tengo el presentimiento que esta noche me divertiré a Full.   -Venga, entremos ya que esto es una puta fiesta de despecho- grita.   Caminamos entre la multitud mientras suena una canción de Maroon five que me encanta, me hace dar un gritito de emoción. Nos encontramos con Tom que nos recibe más que gustoso y alagado por ir a bailar con nosotras. Guapisimo a decir verdad pero no exactamente mi tipo. Nos tiramos más de media hora bailando con él, el tío es un dios del baile. ¡Dios! Me lo estoy pasando de lo mejor y esto que la noche va empezando, trago tras trago me trae ya en un estado crítico creo que ya no tengo idea ni de mi nombre.   -Venga, vamos por unos tragos que esto está caliente- Dice Tom Jalándonos hasta el bar.   -¡Que vida el Whisky!- Digo sin más y curioso que todos pedimos lo mismo.   -¡Que viva!- gritamos. Otro chico rubio se nos une a la fiesta, creo que su nombre es Pete o algo así sinceramente no le puse atención.   -Venga Sophia, quiero que bailes conmigo- el tal Pete me toma de la cintura llevándome hasta la pista. Le acepto aunque sinceramente no me gusta, tiene características propias de un creído mujeriego. –Eres hermosa ¿Tienes novio?- niego. –Perfecto porque te quiero para mí- ruedo los ojos.   Vuelvo a ver hacia los chicos, Tom y Emile están muy animados hasta podría decirse que demasiado pero a ninguno de los dos se les ve interesados más allá de la amistad. Pete por otro lado sigue hablando de lo maravillosa que es su vida y su auto deportivo. Lo único que me mantiene a su lado son los tragos y la música.   Regresamos a nuestra mesa, sinceramente creo que ya he bebido demasiado porque estoy empezando a ver doble o cuádruple. Termino bailando Beauty and a Beat con Pete otra vez pero le dejo solo cuando lo encuentro coqueteando con Emilie. ¿A qué es cabrón?   Counting Stars comienza a sonar, trato de ubicar a Emilie pero nada. Me dirijo al bar, necesito otro trago o no... Necesito más de dos tragos. El bar tender me coquetea lo que por una extraña razón me hace reír, me entrega mi trago que decido beberlo por poquitos. ¡Ha! Puedo ser una buena persona conmigo misma.   -¿Quieres bailar?- me giro para ver quien me habla. Uau. ¿Estoy imaginando cosas? No es este el hombre más guapo que he visto en toda mi vida. –Te invito a un baile- niego. Se ubica a mi lado dedicándome una sonrisa demasiado bonita y coqueta para mi gusto.   -Entonces, ¿Otro trago?- arquea una ceja.   Le hace una señal al bar tender y él se le acerca, me dedica otra sonrisa que le devuelvo.   -¿Si, señor?-   -Dos whiskeys por favor- me vuelve a ver. –Para la hermosa señorita y para mi- sonríe. Le miro con el ceño fruncido está buenísimo.   -¿Tratas de liarte conmigo?- pregunto. ¡Tonta! Claro que sí, bueno quiere llevarte a la cama que es diferente y si no eres tan estúpida, no le dejaras escapar.   -Se hace lo que se puede- me sonríe fanfarrón. -¿Quieres liarte conmigo?- me muerdo el labio. Me entrega mi bebida que no tengo idea porque estoy aceptando, es el alcohol o es porque está buenísimo pero en este momento solo quiero saber que se siente besarle. Pero ¡NO! Este hombre es igual a todos, no puedo dejarme llevar por el alcohol y... ¡Daniel eres un idiota! Me he acordado de él y es lo que quería evitar.   -Todos ustedes son iguales- me hecho el trago de un golpe.   -Con que corazón roto. ¿Eh?- Frunce el ceño mientras ladea una sonrisa. Le doy una mirada incrédula, comienzo a reír con ironía eso es poco a lo que siento.   Oh es el efecto de todos los traguitos que me he dado lo que me hace querer besarlo.   -¿Corazón roto? Eso es poco. Voy a matar a ese cabrón ¡Lo juro!- le quito su vaso tomándomelo de golpe. Me mira con cierto interés lo que me hace seguir.   -... Me he quedado en bancarrota en la universidad porque no pueden darle una beca a alguien como yo ¿Puedes creerlo? ¿Qué tengo yo de especial?- me han robado todo el puto dinero –Y para más joderla la única opción que tengo para pagar mis estudios es la única que nunca voy a aceptar- gruño.   -Algo me dice que no es todo lo que te sucede- acaricia mi mejilla. Uau, ese gesto me estremece completamente.   -Pues no lo es, el cabrón de mi "novio", que me juro amor eterno, el mismo hijo de puta que quería casarse conmigo me ha engañado- rió. –Puedes creerlo, mi vida se ha ido a la basura, pero a ese cabrón lo mato- aprieto los dientes. Me observa detenidamente, parece estar completamente intrigado con mi vida cuando yo lo único que estoy pensando es en llevármelo a la cama.   -... ¿Tan horrible soy para merecer esto? ¡Necesito un trabajo!- gruño. -¡Hey! Amigo, ¿puedo trabajar contigo aquí?- el bar tender me mira con una sonrisa. –Yo los pruebo y tú los vendes- se ríe conmigo mientras niega. El Señor Guapo solo frunce el ceño y niega como asimilando todo lo que le estoy diciendo. ¿Qué? Yo podría ser una excelente vendedora de licor o como se llame el trabajo.   -Ven- Coge mi mano –Olvida todo. Te haré olvidar todo por esta noche- sonríe. ¿Soy yo o eso se escuchó jodidamente sexy?   -Donde manda marinero, no manda capitán- rió. Niego dándome una sonrisa.   -Es "Donde manda capitán, no manda marinero"- corrige. ¿Así?   -No importa, nunca fui buena con las sumas... digo rimas- da una carcajada cogiéndome entre sus brazos.   -Te haré sentir mejor- susurra en mi oído.   -¿Es una promesa?- pregunto.   -Sí que lo es- me dedica una sonrisa y un beso en la parte baja de mi cuello. Uau. Comenzamos a movernos al ritmo de una canción suave y lenta que no logro reconocer. Levanto el rostro y el me besa, le acepto extasiada, un hombre que apenas conozco me está besando y es sensacional, cosas así no pasan todos los días. La canción termina separándonos de nuestro momento de pasión justificado por el alcohol. -Se mía esta noche- susurra.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD