3 Quinn, Latiri 4, Base de integración de la Colmena, sector 437 Las vibraciones de la plataforma de transporte hacían rebotar mi cabeza en el lugar donde mi mejilla se presionaba contra el duro y frío suelo de la celda. Sin duda, aún más prisioneros estarían por llegar de camino al infierno, más guerreros que no podía salvar. A la mierda, no podía ni salvarme a mí mismo. La última inyección que el nexus bastardo me dio me quemaba las entrañas como ácido. Peor, ahora podía escucharlos dentro de mi cabeza, como un zumbido constante de insectos en los árboles de Everis. Era un zumbido. Un murmullo. Un ruido permante. El dolor de cabeza hacía que rechinara los dientes con frustración. Pero no dejé de luchar contra el ruido, sin importar cuánto doliera. Si me rindiera, me poseerían, y pre

