Capítulo 6

1304 Words
Quería largarme a llorar. Dios sabe cuánto quería largarme a llorar. Luego de lo que me pareció una eternidad, Kyle siguió hablando, evidentemente aburrido de esperar una respuesta por mi parte. Y es que yo no tenía idea de qué rayos contestar. ¿Lo siento? ¿Te invito la cena? Claro que no, estábamos frente a un verdadero problema de pareja y lamentablemente no existían instrucciones para hacer funcionar la relación.   -      Mira, Cass, sé que necesitas tu espacio. Puedo sentirlo. -      ¿A qué te refieres? – mi voz tembló. Kyle bajó la vista y tomó una gran bocanada de aire antes de seguir. -      Deberíamos darnos un tiempo… -      ¿Un tiempo? ¿Qué significa eso? – di un paso al frente, temblando, buscando su mirada. -      Que no podemos seguir estando juntos – alzó la vista y pude ver que él también iba a ponerse a llorar. – No ahora mismo. -      Sí, sí podemos – lo corregí. – No vamos a terminar. -      Eso no lo decides solo tú – apretó los puños. – Y no estamos terminando, simplemente necesito tiempo. -      ¿Qué hay de todo lo que nos prometimos? -      Prometimos amarnos, Cassandra, y yo te amo – le tembló la voz. – No he roto mi promesa. -      Yo también te amo – gruñí. -      Y yo… yo quiero creerte – él se relamió los labios y miró a un costado. Yo estaba congelada. No podíamos estar hablando de separarnos, no así, no ahí. – Y puedes quedarte el departamento, yo iré a Filadelfia y cuando regrese, hablaremos… -      Te estás precipitando – lo interrumpí. – Tienes que estar bromeando. Kyle, dime que es una broma. No puedes dejarme… no ahora. -      No bromeo – soltó con brusquedad. – Simplemente estoy cansado, no puedo seguir con esto, nos hace mal a ambos. Y no te estoy dejando, no estoy terminando contigo. -      Kyle, te prometo que intentaré ser mejor – me estaba quedando si aire. Yo lo amaba y a pesar de que cometí muchos errores, no iba a dejar de amarlo. -      Eso se lo dejaremos al tiempo – intentó sonreír, pero fracasó con creces. – Por ahora… iré a empacar mis cosas. -      No… Kyle no me abandones. -      Cass – cerró los ojos. – Solo ve a clases. -      Kyle… -      Ve, Cassandra. Dio un par de pasos hacia atrás y se volteó sin mirarme.   […]   Dirigí mi vista a mi taza de café y suspiré. Jenn volvió a la mesa de la cafetería con un poco de pastel y su propia taza de té. Se sentó frente a mí y sonrió con amabilidad. -      ¿Cómo te encuentras? -      Igual que hace cinco minutos, cuando preguntaste – solté una risita triste. Ella hizo una mueca. Le había dicho a Jenn que Kyle y yo habíamos hablado y ella sabía lo importante que Kyle era para mí, lo destrozada que yo me encontraba y lo difícil que sería para mí volver al apartamento aquella tarde. Kyle no estaría ahí y de alguna extraña manera, seguía siendo mi novio, simplemente… no iba a verlo quien sabe por cuánto tiempo. -      No sé qué decirte, Cass. -      Dime que Kyle exagera, que va a llamarme esta noche y volverá mañana – me tembló la voz. – Dime una mentira. -      Creo que Kyle exagera – musitó. – Y esa no es una mentira. Es demasiado inseguro. -      Pero él tiene razón – susurré. – He estado pasando demasiado tiempo con Philip, he ignorado a Kyle desde que llegó en Navidad, y ¡Dios Santo! No ha sido ni un mes, ya lo he espantado, en menos de un mes. -      No es tu culpa, no puede impedirte tener amigos. -      No me impide tener amigos, solo no quiere que lo aparte a él por ello. Por Philip en particular – hice una mueca. – No puedo creer que esto está pasando. La semana pasada éramos tan felices y ahora… -      Cass, no es el fin del mundo – masculló Jenn. – Además, Kyle te quiere, no ha roto contigo… -      Se siente como si hubiera roto conmigo. ¡Se fue! -      Quiere pensar. Déjalo ir por unos días, todo se enfriará. -      No sé – me encogí de hombros. – Me dijo cosas bastante crudas, cosas que uno solo dice cuando está realmente enojado, cuando no tienes ese filtro que te hace suavizar la verdad. Estaba tan enojado que dijo todo lo que piensa, y no es bueno. -      ¿Y tú no le reclamaste eso? -      Sí, lo hice. Pero él tiene un punto y supera al mío. ¿Que si me sentía tonta por todo lo que estaba pasando? Por supuesto, sin embargo, tenía las manos amarradas y ninguno de mis movimientos iba a cambiar eso. No iba a terminar con Kyle por una pelea, menos por Philip, mucho menos por Gabrielle. Sí, Kyle me había dicho algunas cosas duras, pero yo no había llegado tan lejos intentando recuperarlo como para dejar que un par de asperezas nos separaran. No, no, no. Éramos más fuertes que eso… Ya, ambos teníamos cosas que arreglar, y estaba bien, íbamos a crecer como pareja. O eso esperaba al menos. […] Aquella noche llegué a casa muy tarde, había estado dando vueltas porque no quería subir, no quería subir y estar sola. El departamento estaba sumergido en un silencio abrumador. Arrastré mis pies hasta el dormitorio y lo primero que captó mi atención fue el closet abierto… y vacío. Kyle se había llevado toda su ropa. Toda. ¿No pensaba volver? Quizás. No parecía entusiasmado con la idea a juzgar por cómo había dejado la habitación. No había nada de Kyle, nada, en ninguna parte. Me dejé caer en la cama y suspiré con fuerza, de inmediato, mi teléfono comenzó a sonar y me senté para poder responder. Era Philip, la guinda del pastel. -      Cass, ¿qué hay? – sonaba nervioso. Hice una mueca. -      No mucho… -      Te estoy llamando porque me estuviste evitando todo el día luego de encontrarnos con Kyle, ¿están bien ambos? -      Philip… Kyle se fue – me tembló la voz. Él no dijo nada, solo podía escucharlo respirar. – Dijo que quería tiempo para pensar, tomó sus cosas y se fue a Filadelfia. -      ¿Por qué? – Philip parecía atónito. – ¿Fue algo que hice? -      No, son varias cosas – suspiré. – No vale la pena mencionarlo. Ya se le pasará. -      Cass, lo lamento mucho… -      Todo está bien, yo estoy genial. Él volverá despejado y hablaremos – me encogí de hombros. -      ¿Segura de que estás bien? “No, para nada” -      Sí, estoy bien. -      De acuerdo, supongo que nos veremos mañana. -      Buenas noches, Philip.   Corté la llamada y me quedé mirando el closet vacío. Me puse de pie y me acerqué al mueble, era deprimente. Mi atención se fue a lo más alto del armario, donde había una caja de zapatos que sin duda alguna era de Kyle. ¿Estaba mal si husmeaba en ella? No, después de todo, no parecía ser importante, menos si la había dejado. Era una simple caja de zapatos. ¿Qué daño podía hacer? En cuanto la abrí me probé a mí misma lo equivocada que estaba. Intenté no hiperventilar y dejé caer la caja en la cama. Entre varios papeles aparentemente insignificantes, una pequeña calculadora y dos baterías doble a, había una pequeña cajita azul oscura. No era una simple cajita, era de esas que usualmente contienen un diamante dentro. Mis manos estaban temblando cuando abrí el estuche para joyería, y es por eso que el horrorosamente gran anillo de diamantes cayó al piso. El anillo era precioso, lo horroroso era su tamaño monumental. ¡Era un maldito anillo de compromiso! ¡Un anillo de diamantes! Recogí la joya con cuidado y la admiré durante varios segundos medio hipnotizada.  ¿Kyle iba a proponerme matrimonio?    
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD