Capítulo 3

1609 Words
Mientras los días pasaban comencé a notar que las cosas entre Kyle y yo se sentían extrañas. Yo sabía que no debía prestarle demasiada atención a sus berrinches porque solo iba a intensificarlos, pero él estaba todo el tiempo quejándose de que no le gustaba que fuera amiga de Philip, y le molestaba mucho que nombrara a Ryu y a Gabrielle. Yo entendía lo que Kyle debía estar sintiendo, yo me estaba sintiendo así también. Era como si estuviéramos siendo amenazados. Aunque Kyle exageraba con Philip.   -      ¡Exageras con Gabrielle! – soltó algunos minutos antes de que yo saliera del departamento, camino a clases. Estábamos discutiendo porque Jacob y Nicky habían invitado a Ryu a la boda y él había marcado su respuesta diciendo que iría acompañado. Yo no quería ver a Gabrielle en la boda de mi primo, eso lo iba a arruinar todo. -      Es que no entiendes – regañé. – Estaba muy ilusionada por pasármela bien. -      ¡Lo pasaremos bien…! Si Philip no va, claro – rodó los ojos. -      ¿Vas a seguir con eso? – me crucé de brazos y él se acercó a mí con las cejas curvadas haciendo un puchero. Sonreí. -      Solo quiero proteger lo que es mío – susurró. -      No veo tu nombre marcado en ninguna parte de mi cuerpo, Kyle – bromeé. – No tienes que protegerme de nada, ¿está bien? Puedo cuidarme sola. -      Sé que puedes – aseguró. – Simplemente… -      ¿Qué? -      Nada, olvídalo – negó con la cabeza y besó mi frente. – Ve a clases. -      ¿Qué ibas a decir?   Fruncí el ceño porque detestaba con el alma que dijera la mitad de las cosas. Él sonrió en grande y me dio mi bolso.   -      Ten un buen día – suspiró. – Te amo. -      Yo también te amo – besé su mejilla y tomé mis llaves antes de atravesar el umbral de la puerta.   Con un sabor amargo me dirigí a clases, pensando en lo pesada que se sentía mi vida. Yo sabía bien que no tenía por qué lamentarme, estaba estudiando en un gran lugar, tenía un novio apuesto y cariñoso, mi familia estaba bien y no tenía ninguna necesidad. Me estaba comportando como una niña mimada al estar quejándome de Gabrielle. Es decir, era Ryu en quien debía pensar, y él parecía genuinamente feliz, ¿quién era yo para interponerme? Era egoísta de mi parte no querer a Gabrielle en la boda, lo sé.   Llegué al campus con la peor de las caras y para empeorar todo, vi a Ryu junto a Gabrielle en la entrada de la facultad. “Es que te sigue la mala suerte, Cassandra” Me detuve en seco, ¿Qué rayos hacía ella aquí? Se suponía que debía estar estudiando en Filadelfia, no dando vueltas por mi campus. Por un momento sentí que por mucho que escapara de mi antigua ciudad, ésta siempre iba a encontrar un modo de hallarme (y joderme la vida, ¿por qué no?) Jenn se plantó a mi lado de la nada y sonrió.   -      No te obligaré a saludar si no quieres – fue lo primero que dijo. – Podemos rodear el edificio y entrar por atrás. Nunca van a saberlo. -      Me siento mal por Ryu – hice una mueca. – Ella es tan… -      ¿Mala? -      ¡Es una bruja! – apreté los puños. – Es decir, fue mala conmigo, y no digo que yo no tuviera culpa, eso lo compartimos, pero… -      Entiendo – sonrió Jenn. – Vamos a dar la vuelta al edificio antes de que nos retrasemos. -      Deberíamos saludar – eso salió de mi boca sin pensarlo. Sí, era una idea tonta, pero quería ser buena chica y comportarme bien, por Ryu. Debía hacer sacrificios por mis amigos, puesto que ellos estaban dispuestos a mucho por mí. No me iba a matar decir hola a mi ex-mejor amiga. -      ¿Qué? – Jenn estaba más confundida que yo. – Pero si acabas de decir que… -      Lo sé, pero estará en la boda de Jake y Nicky, es la novia de uno de mis mejores amigos y fuimos amigas por años – suspiré. – No quiero ser infantil e ignorarla. -      Yo voto por ser infantil – dijo Jenn. –  Pero creo que no es grato para Ryu que no saludemos a su novia. Es decir, deberíamos apoyarlo.  -      Deberíamos…   Jenn y yo compartimos una mirada de aliento y comenzamos a caminar en dirección a Ryu y Gabrielle. Debo admitir que me puse nerviosa porque no había hablado con Gabrielle en meses y nuestra última conversación no había sido nada agradable. Ryu fue el primero en vernos, y con algo de sorpresa y una sonrisa de gratitud nos saludó. -      Jenn, Cassie – dijo. Era obvio que ninguno se esperaba esto. Gabrielle nos vio y pude notar cómo se tensó de pies a cabeza. Ella lucía más delgada que la última vez que la vi, y su cabello estaba más oscuro. Lucía bonita, siempre había sido bonita. “Uhg, la odio”   -      Hola – mascullé. -      Chicas, ella es Gabrielle, mi novia – dijo Ryu. Jenn hizo una mueca. -      Hola, soy Jenn – intentó sonreír, pero estaba casi o tan incómoda como yo. -      Es un gusto – respondió Gabrielle con una brillante y fingida sonrisa. -      Y Cass, a quién creo que ya conocías – Ryu se notaba increíblemente tenso también. -      Sí, ha pasado tiempo – dijo Gabrielle alzando las cejas y bajando la vista. -      Meses – hice una mueca.   Los cuatro podríamos habernos ahogado con lo pesado que estaba el aire.   -      ¡Uh, pero qué tarde es! – soltó Jenn mirando su muñeca, donde no tenía un reloj. – Deberíamos irnos a clases. -      Sí, es tarde – asintió Ryu. Jenn me tomó del brazo y vi como Gabrielle besaba la mejilla de su nuevo novio. Rodé los ojos con disimulo. -      Nos vemos luego, nena – dijo Ryu. -      Cassandra – Gabrielle me detuvo cuando estaba por dar el primer paso para salir de ahí. – ¿Podemos hablar?   Ryu y Jenn se miraron y comenzaron a alejarse poco a poco.   -      Te guardaremos un lugar – dijo Jenn. -      Voy tarde – respondí mirando a Gabrielle. -      Tomará un minuto – dijo ella con una sonrisa extremadamente falsa.   Tomé aire, me crucé de brazos y asentí la con la cabeza.   -      ¿Qué? – pregunté con un tono bastante brusco. -      Sé que para ti esto debe ser incómodo – ella hizo una mueca. – Espero no arruinar tu amistad con Ryu o algo parecido.   Aquellas palabras no parecían sinceras para mí.   -      De todos los chicos disponibles en este país ¿Por qué Ryu? – quise saber. -      De todos los chicos disponibles en el maldito mundo, Cass, ¿Por qué Kyle? – ella alzó las cejas y se encogió de hombros. – Exacto. Porque se te pegó la gana, y a mí se me pega la gana de estar con Ryu. -      Solo lo haces por molestarme – negué con la cabeza. Esto era increíble, ¿es que pura gente loca me rodeaba o qué? -      No es como que te estuviera quitando a tu novio, Cass – soltó una risita. – No lloriquees. -      Si llegas a hacerle daño… -      ¿Qué vas a hacer? – se cruzó de brazos y alzó la barbilla. – ¿Llamar a la borracha de tu madre o a la perdedora de tu hermana?   Me quedé congelada en mi lugar. ¿Quién rayos se creía? Esto sobrepasaba cada cosa que alguna vez hizo. Y sí, mi madre no era la mejor del mundo, pero eso no le daba el derecho a Gabrielle de decir aquello. Lo peor era escucharla mencionar a Candace, es decir, ¡¿Qué tenía que ver Candace en todo esto?! Y si hablábamos de perdedoras, podría haber dicho su propio nombre o el de Emily. Sencillamente no supe qué decir, ¿Qué iba a decirle? Insultarla de vuelta iba ser caer tan bajo como ella, y amenazarla no era mi estilo. Me estaban temblando las piernas de la más pura cólera, quería arrancarle la cabeza.   -      ¿Sucede algo? – la voz de Philip le bajó la temperatura a mi cabeza y respiré con normalidad otra vez. Gabrielle se quedó mirando a Philip como si no creyera que era de verdad. – ¿Te está molestando, Cass? -      No, Gabrielle ya se iba – me encogí de hombros. -      Sí, debe irse, este campus no es un lugar público. Si no trabajas o estudias aquí, estás fuera.   Gabrielle apretó la mandíbula y se volteó sobre sus tacones sin decir ni una sola palabra. La observé alejarse mientras Philip me arrastraba dentro del edificio.   -      Ignórala – masculló. – Solo quiere fastidiarte. -      Gracias por aparecer – suspiré. – La habría golpeado si no hubieses intervenido. -      Uh – sonrió él. – Sigues ruda. -      No molestes – sonreí por fin. – Debo ir a clases. -      Muy bien, intenta no meterte en líos, no puedo estar en todas partes. -      Por cierto, Philip – hice una mueca. – No pude disculparme bien por lo de Kyle el otro día. -      Ya está olvidado – él hizo una mueca, restándole importancia. -      No, Kyle se comporta como un niño a veces y puede llegar a ser muy cruel. No mide sus palabras. Lo siento mucho. -      No tienes que disculparte por las tonterías que hace tu novio, bonita – él puso un mechón de mi pelo tras mi oreja. Tragué saliva con fuerza, él no había hecho eso en años. -      Bueno… -      Ve a clases, te veo en la tarde – guiño un ojo y se volteó para salir del edificio. 
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