(AURORA IBARRA)
Hace unos años creí imposible que de la nada un día uno despierte y encuentre respuestas a lo que antes no reconocía, pero tengo que confesar que, al retroceder un poco, el tiempo me respondió a eso que creía posible, y a eso que pedía con mucho fervor: despertar un día y que el dolor por fin no me invada. Antes con mucha desesperación deseaba que la vida se apague para mí, pero al mismo tiempo no lo quería y no entendía porque tengo que seguir sufriendo, porque seguir en lo mismo.
Ahora lo entiendo, entiendo porque necesitaba vivir esos momentos, porque necesitaba vivir en la oscuridad, porque no sentía nada, pero únicamente lloraba sin saber el porqué, cualquier otra persona, tal como lo hacían en ese momento mis amistades, conocidos, me detenían, se reían de mí y solo
