Our memories

207 Words
― ¿No hay autos en Londres? ― Por supuesto ― Jerome retiraba los platos sucios del comedor, trataban de darle un ambiente familiar al lugar. ― ¿De qué hablas? ― La gente pasa en caballo. ― El lugar es campestre, es probable que sea por eso. ¿En qué vamos a trabajar? Anaís río bullosa, no tenía intención de burlarse de él, pero si le causaba gracia sus preguntas. ― Te ríes de mí. Aquí vamos de nuevo ―Tiró los platos sobre el mesón de la cocina, el movimiento y la fuerza mal calculados hizo que se quebraran al momento de impactar con la superficie. Ella se sobre salto por el estruendo, tal vez el vacío del lugar, permitió que el sonido se esparciera más fuerte de lo que en realidad se percibió. ― ¡¿Que te pasa?! Jerome abrió de más los ojos, como si el grito de Anaís le hubiera sorprendido aún más de lo que el estruendo le hizo a ella. ― ¿Lo siento? ― Quiso disculparse, pero el tono no pasó de un susurro ― No creí que sonaría tan fuerte. No fue mi intención asustarte. Pero... te ríes de mi en cada momento que quieres y puedes.
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