Capítulo 3

1508 Words
Mamá no escatima nada cuando se trata de diversión, a ella le encanta sentirse libre y feliz, al menos sé que de pequeña cada vez que ella podía pasábamos ratos muy agradables en parques de diversiones o en el cine, su trabajo era su manera de proveer para el hogar y para hacer de mi quien soy, claro, eso no hará que de repente todo mi estilo cambie, pero me ayuda a entenderla un poco mejor. — Jackie, cariño ¿quieres un helado? — pregunta mamá y yo sonrío — Claro, vamos — digo mientras caminamos a la heladería del parque de diversiones, mamá podría haber trabajado como modelo para ese tipo de prendas, pero era y es tan infantil como yo. Las dos pedimos chocomenta, pero lo acompañamos con un sabor distintos, yo con vainilla chips y ella con frutos salvajes, nos sentamos en una banca con nuestras bandas de orejas animales en la cabeza y nuestros helados. — Jackie, quiero que sepas que lamento todo lo que pasó con mi trabajo en el pasado, pero quiero que entiendas que fue la única manera que encontré para brindarte el mejor futuro que podía, por eso te diré que no me arrepiento de ello — dice tomando mi mano y mirándome a los ojos. — Mamá, no sabía que es eso lo que piensas, honestamente en la secundaria y la preparatoria, sufrí mucho debido a ello, no podía gustarme nadie,no podía vestirme como una chica normal, porque automáticamente me verían como una modelo de lencería — digo y ella asiente. — Lo sé Jackie y de veras lo lamento, pero honestamente tus compañeros no pueden siquiera imaginarse la situación por la que tú y yo pasábamos entonces, así que ellos no tienen que definirte, recuerda que no importa lo que digan o hagan los demás tu decides lo que quieres ser — dice con una sonrisa. Quizá, yo nunca me había puesto a pensar que lo que me ha definido todos estos años, no es el trabajo que mamá había realizado de más joven, sino los comentarios que escuchaba de mí, la manera en que mis compañeros me miraban y estaba culpando a mamá de ello. — Pero, ¿adónde quieres llegar con todo esto? — pregunto — Jackie, soy tu madre, el hecho de que no hables conmigo como lo hacías de pequeña, no significa que yo no te conozca — dice — y, por eso quiero pedirte disculpas cariño — añade. Ambas nos quedamos en silencio un rato disfrutando nuestros helados, y luego regresamos a la diversión, mientras pasamos nuestro día casi que todo en el parque de diversiones, pienso en las palabras de mamá, seguro su boda tendría alguna de sus locuras, pero tal vez, solo tal vez, yo podría aguantarlas en base a nuestra charla. [...] Cuando cae la noche vamos a un club bb pequeño a bailar, tomamos un par de cervezas y disfrutamos de nuestra compañía, cierto, en mi etapa de pubertad, adolescencia y florecimiento, tal vez mamá no estuvo allí, pero se esforzó porque yo lo tuviera todo, aunque era ahora cuando nuestra relación se había enfriado tanto que teníamos que buscar excusas para vernos, que yo podía entender en parte la posición de mamá sobre lo que ella hacía. «Quiza así es como se siente ser padre» me digo a mi misma, bailamos con entusiasmo, hasta que llega la hora de marchar. pedimos un Uber, en lugar de molestar al conductor del señor Jones, es decir, el futuro esposo de mamá, mamá se queda dormida y al llegar al resort, pido ayuda a uno de los botones para llevarla a la habitación, este tiene un rostro UE extrañamente me parece conocido pero o es por el alcohol en mi sistema o por la oscuridad de la noche que no puedo distinguir dónde o cuando le he visto, el hombre nos deja en la suite y antes de que ese retire, decido entregarle 10 dólares como propina, él me da una sonrisa y guardandola en el bolsillo del uniforme que ella al lado de su corazón, se retira. Cierro la puerta de la suite y entonces arropo a mamá y luego me voy a dormir. [...] Despierto con el golpeteo de la puerta de mi habitación, y la voz de mamá pidiendo que despierte para comenzar a organizarnos, así que me levanto, tiendo la cama y lentamente me dirijo a la puerta de la habitación, abro y a raudales entran con el vestido que voy a ponerme, zapatos y chal, maquillista, estilista y algunas personas más comienzan a encargarse de todo luego de que me doy un baño. El resultado es sorprendente, tanto que no yo misma me creo que ele reflejo del espejo soy yo, al salir de la habitación veo a mamá con su vestido y hermosamente maquillada, sonrío al verla. «Espero que pueda ser feliz, que tenga toda la felicidad que merece» pienso y corro a abrazarla, ella se sorprende por mi reacción, pero después me devuelve le abrazo. La ceremonía se realiza en un mirador del resort, que da justo al mar, los invitados van llegando, la mayoría son familiares del señor Jones y unos pocos son algunos de mis primos y tíos a quienes no veo hace años, me quedo parada junto a la baranda del mirador observando la playa, las olas ir y venir, parejas caminando por la playa y niños correteando de un lado a otro, pronto mi momento de ir por mamá para entregarla llega,así que hoy a buscarla. Las dos caminamos juntas por el pasillo alfombrado sonriendo felizmente seguras de un futuro mejor aguardandonos, se la entrego a Christopher. — Por favor, cuide bien de mi mamá — digo y el asiente — Eso haré querida, tú no te preocupes y recuerda que eres parte de esta familia — dice y agradeciendo sus palabras voy al asiento en primera fila que mamá me ha asignado. La ceremonía comienza con una presentación de fotografías de la pareja, un rato después comienzan las fotos de mamá de cuando era modelo, suspiro y me retiro un momento, aún no estoy lista para esto, caminó rápidamente por el mirador y entro a uno de los lobbies del resort y en un punto choco contra algo, siendo esto un botones que lleva un carrito con copas de vino tinto servido, el cual vuela por los aires y termina cayendo sobre los dos, mi vestido y mi chal se arruinan, y él se ensucia su uniforme. Pronto, la supervisora aparece frente a nosotros, exigiendo una explicación de lo sucedido, al joven botones y yo nos miramos. — Yo, me disculpo, venía apurada y no preste atención a lo que había alrededor, así que le he hecho tropezar — digo pero ella mira a su empleado. El botones, se cruza de brazos y — Creo que fui muy claro cuando le dije que este trabajo no es para mí, soy el hijo del presidente del grupo Knox, puedo pagarle el vino si es lo que quiere — dice y yo ruedo mis ojos. «Por Dios que persona tan altiva» pienso y rápidamente me retiro, tras dar mi explicación. De todas maneras es solo un botones, ruedo los ojos mientras voy a la suite para cambiarme de ropa, me pongo el conjunto de ropa del día anterior y regreso a la ceremonía, justo cuando debo entregar los anillos, saco la cajita del bolsillo del conjunto y camino hacia el altar, mamá y el señor Jones intercambian sus anillos y yo regreso a mi lugar. La ceremonía finaliza y las personas se acercan para dar sus felicitaciones a la pareja, luego mamá me pregunta que sucedió y luego de mi explicación se echa a reír, me abraza y dice que su boda ha Sido perfecta y que agradece mi presencia, más tarde decido que lo mejor, es dejarla disfrutar de su momento, tomo una de las botellas de vino y me voy a la playa, con mis sandalias en la mano y mis pies descalzos, la luz del sol menguando y la tarde dando paso a la noche. [...] Me siento en la orilla de la playa, y comienzo a beberme mi botella de vino mientras me permito derramar mi corazón, un rato después un auto se detiene a mi espalda, sobre la arena de la playa, alguien se sienta a mi lado y toma mi botella de vino y le da un trago, es el botones, el hombre del avión y el del autobús. — Estás frustrada, saca lo que sientes, no te juzgare— dice y me devuelve la botella le doy un trago y comienzo a llorar. —¿Por qué no puedo ser bella y libre como tú mamá? lo intento pero no puedo — digo — Soy tan fea — añado, el hombre a mi lado me mira como si no entendiera el sentido de mis palabras, me mira como si estuviese loca. Tal vez lo esté, pero quiero sacarme lo que tengo en el corazón.
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