Seduciendo a Lucifer

Mi vida es hermosa. No cariño, no estoy hablando de tener una esposa, un hijo o una familia con la cual compartir el éxito que tengo. Estoy hablando de mujeres, sexo, dinero, y excesos... muchos excesos. ¿Familia? No tengo o los tuve, mis padres fueron aquellos que me abandonaron a mi suerte a una edad corta, por favor, no es que me esté quejando ahora, ni siquiera me interesa recordar a mi madre y mucho menos a mi padre, seguramente ya están muertos o siguen en su maldita vida de adictos. Les aseguro que no quieren saber de ellos, con solo escuchar mi maldito nombre sabrán que tan bastardo era mi padre y que tan tonta era mi madre. No quiero entrar en detalle, mi infancia fue asquerosa y no tiene nada de importancia en mi presente. ¿Mujeres? No recuerdo cuantas han sido desde que cumplí los diecisies años, una o dos cada noche, mmmm, vaya que es divertido. Me gustan las mujeres, son exquisitas y abundantes, un poco locas algunas veces, sobre todo estas a las que se les sube a la cabeza cuando un hombre famoso y millonario les toma por primera vez. Ah, mujeres. "Eres un ángel caído, entrégate por completo a mí, yo soy lo que necesitas. Llévame contigo y podre ser la luz que necesitas, serás un ángel otra vez." Oh, vaya que me estresan cuando vienen con tonterías bíblicas como esa, ángel caído. Tonterías. Mi nombre solo es una prueba de la estupidez de mis padres, aunque no niego que le ha traído éxito a mi vida. Oh, claro. ¿Mi nombre? Lucifer... Lucifer Humphrey... y sí, soy el pecado que cualquier mujer quiere.