Capítulo 1

3407 Words
Los Ángeles. Me miro en el espejo por segunda vez. Me encuentro bien, perfectamente de hecho, podría volver a la cama en este instante la reunión con esta compañía de construcción es mi único interés en venir a esta ciudad, me ha costado un par de sobornos con ese tipo amargado y por fin lo he conseguido. Esta ciudad me desagrada y eso muchos lo tienen claro, sin embargo esta reunión podría ser muy productiva, después de lo que paso con el desfalco de uno de mis bares me quiero confiar a este nuevo proyecto para ampliar el Luksus. -Lucifer... volvamos a la cama.- el reflejo del vidrio me permite ver a la chica a mis espaldas. -Es tu día de suerte cariño, ven aquí.- se acerca a mí con una sonrisa deseosa. Me quita la toalla y me besa, ¿Cuál es su nombre? Nancy, creo. No es que no me agrade, ambos disfrutamos y es lo importante. Una mujer atractiva, piernas largas, un buen culo y no se hable de sus pechos firmes. Exquisita. Un rostro fino y alabado, ojos azules que podrían volver loco a cualquiera, una boca que hace maravillas y un sexo increíble. Lástima que solo sea una más, solo una más en la lista de Lucifer. La vida es así, de todas maneras a disfrutar de lo único bueno que me da esta ciudad, aparte de dinero claro. -Señor Humphrey, es hora de marcharnos.- escucho desde fuera. No puede ser. -Katrina, querida tu si sabes cuándo interrumpir.- me suelto de la chica. Me mira con recelo. –Lo siento cariño tendremos que guardarnos el asunto para después.- si vuelvo a verte claro. -¿Me llamaras?- solamente sonrío. Abro la puerta encontrándome la mirada seria, llena de odio y a la vez amor de mi preciosa secretaria y asistente personal, oh y claro, la única mujer que importa en mi vida. Desde que deje mi país ella ha sido la única que ha estado a mi lado sin ningún segundo o tercer interés, en el mundo que me muevo puedo decir que amigos interesados sobran. Nunca llegamos a conocer realmente a las personas, ¿no? Me doy una ducha rápida despegando de mi cualquier olor o residuos de la noche anterior, ¿A qué hora regrese? ¿3am? No lo sé, si veo por la ventana el sol ya ha salido y seguramente con ello un nuevo día de ajetreo. Quiero volver lo más rápido posible a Las Vegas, si no me he olvidado tengo un importante evento en el Luksus. Salgo de la ducha encontrándome un traje un poco fuera de mi límite sobre la cama. Ella es una excelente mujer pero sus gustos de moda son demasiado serios para mi gusto. -Katrina, cariño no voy a usar esa ropa.- salgo de la habitación. Su mirada recorre mi cuerpo, me acerco a ella. -¿Te gusta lo que ves? Podríamos aprovechar la mañana antes de la reunión.- le sujeto de la cintura. -Me parece que es una ropa formal para una reunión formal.- se aparta de mí. –Por favor solo usa lo que te he dejado, dará un aspecto formal y podrás ser tomado en serio, sabes que esa empresa no toma cualquier contrato.- -¿Por qué no tomarían uno conmigo? Les pagaría mucho dinero y ambos estaríamos excelentemente beneficiados.- me empuja hacia la habitación. -Te subestimas mucho Lucifer. Es una empresa británica y ya sabes cómo son ellos, formales, serios, discretos y caballerosos.- enumera. No entiendo su amor por los británicos estirados. -¿Estas describiendo a ese tipo espía que te gusta?- se encoje de hombros. Claro que lo está. -Sí, y te aseguro que deberías de seguir su ejemplo.- ruedo los ojos. Que tiene de malo mi estilo de vida, lo tengo todo y no necesitado de nadie. -Lo hago, alcohol, dinero y sexo. Somos iguales, te apuesto que me dan el papel para el siguiente Bond.- escucho que ríe. -¡Idiota!- grita. Me termino poniendo el traje que m e pide, lo reafirmo es una empresa importante, millonaria y exigente ese no es precisamente mi ámbito laboral así que es mejor de seguir las ordenes de la experta. Necesito este contrato. No he usado mis conexiones por gusto, las buenas amistades y las oportunidades. -Por primera vez en mucho tiempo pareces un hombre de verdad, no ese estúpido arrogante que vino desde Croacia a desperdiciar su vida.- me analiza cuerpo completo. Este tipo de traje no va conmigo, detesto las corbatas. -Auch. Katrina tan sincera como siempre pero no necesito que me recuerdes la mierda de vida que tuve antes.- le paso de largo. -No es la gran diferencia ahora.- se aleja. -¿Qué es lo quieres de mí?- pregunto cabreado. -Que te enamores, te cases y tengas hijos.- estupideces como siempre. ¿Quién necesita de eso? No soy un maldito asalariado que necesita una esposa para que su trabajo valga la pena. -Me he enamorado...- me ofendo. -Acostarte con tantas mujeres puedas no es amor.- gruñe. Si no es amor, ¿Qué es? Entregar amor incondicional a una sola persona no es verdaderamente lo mío. Le dejo seguir hablando de lo generoso que es el amor y compartir con otra mujer, si claro, una mujer para toda la vida, no creo que eso se lo mío y estoy seguro nunca lo será. Tomo una copa para servirme un trago pero me la arrebata de inmediato, esta mujer es lo más cercano que tengo a una madre si eso puedo decirle, sinceramente no sé qué haría sin ella. -Te ves muy bien esta mañana, ¿tratas de impresionar al dueño?- la escaneo. Esta mujer es hermosa y aun así nunca se ha alejado de mí, quitando el hecho de las veces que me ha rechazado. -Dueña, vas a ver a la dueña de la empresa.- le miro interesado. Creí que vería al presidente de la empresa. -Una mujer, muchísimo que mejor te aseguro que se tratar con ellas.- le guiño un ojo. -Para que lo sepas es casada.- sonríe. -Mucho que mejor.- le devuelvo la sonrisa. El viaje en coche se me hace eterno, en si todo lo que respecta a esta ciudad me parece eterno. Las Vegas no es diferente a Los Ángeles, ambos llenos de personas que solo buscan diversión por todos lados, lo que mejor hago es tener diversión pero esta ciudad, no me gusta. ¿Por qué será? Podría comprar mi propia estrella en el paseo de la fama, en estos tiempos ya no necesitas ser un actor y mucho menos bueno en tu trabajo para poder conseguir una. Patético. -¿Es una coincidencia que se hospede aquí?- pregunto. -Deberías de saber que este hotel le pertenece a su familia y por lo consiguiente a ella.- -Una mujer has dicho.- resoplo. Me imagino la clase de mujer que es. –Tengo experiencia y te aseguro que esa mujer es una señorona frustrada porque su marido la engaña. Si, una mujer frustrada sexualmente.- pobre mujer.  -Supongo que no tendrás problemas entonces señor "todas las mujeres me desean".- su ironía me hace reír. -Katrina mía no te pongas celosa tu siempre serás la numero uno.- me acerco a darle un beso pero se aleja. Camina hasta la entrada de The London. Este hotel también pertenece a esa familia es un lujo de lugar no hay duda, definitivamente esta empresa es la que necesito para la expansión del Luksus. Katrina habla con el chico de recepción que de inmediato nos lleva al restaurante del hotel, parece que la señora es la que manda aquí porque nos llevan a un reservado en la terraza, solo nuestra mesa al aire libre. Ha. Y Katrina me dice a mí un despilfarrador egocéntrico. Katrina comienza a decir que es o lo que no tengo que hacer, ¿piensa que no sé cómo hacer esto? Es mi negocio, hice algunas cosas para poder tener al dueño de esta empresa hablando conmigo y en unos minutos estará frente a mí. -Buen día.- vuelvo la mirada hacia atrás. Por poco me voy de espaldas al ver a la mujer que con una sonrisa descolocante me mira, demonios, es preciosa.  -Buen día.- sonrío. Hermosa. –Lucifer Humphrey y mi acompañante Katrina Bojanich - me presento. La única palabra que podría describir a esta chica es hermosa. No hay señoronas aquí, solo una preciosa chica británica elegante y preciosa con un vestido despampanante. -Kiera Reeves.- me sonríe. Oh, vaya, una sonrisa bella. ¿Es ella la heredera de los Reeves? Le ofrezco asiento y me agradece, no deja de sonreír, ¿es por mí? Katrina dijo que estaba casada pero su esposo parece no estar presente, ¿problemas de matrimonio? Si es así, es justo lo que necesito. Una mujer con figura impresionante, ropa fina, fragancia fina, rostro fino y una sonrisa despampanante. Creo que este es el amor del que habla Katrina. Vaya mujer, sus ojos, no se hable más de esos ojos impresionantes. -Lamento haber llegado un poco tarde, tuve unos cuantos percances.- sonríe. Su cabello largo cae por sus hombros acompañado, en su cuello puedo ver un colgante sencillo pero a la vez elegante que resalta con el color de su piel. -Hemos llegado hace solo unos minutos.- respondo. No importa cuánto tiempo sea, por esto hubiese esperado todo el tiempo que sea necesario. -Por su apellido diría que es extranjera.- se dirige a Katrina. Su acento es impresionante y sexy, ahora entiendo lo que Katrina gusta de esos estirados amantes de su reina. -En efecto, nativa de Croacia. No hace mucho tiempo hemos venido a Estados Unidos.- Katrina me mira y arquea una ceja de manera disimulada. ¿Piensa que no puedo con ella? -Pude reconocer el acento del señor Humphrey perfectamente, sin embargo su nombre no es muy croata que digamos.- me sonríe. Mi pasado no es algo que me guste. –Debo decir que tiene un acento muy atractivo, señor Humphrey.- sus pestañas largas cubren sus ojos claros y me atraen. -Por favor llámeme Lucifer.- sonrío. Arquea una ceja. Me regala una sonrisa. -Lucifer.- mi nombre en sus labios. Que mujer. -Debo decir que me sorprendió mucho saber que su nombre era Lucifer, pero es un nombre encantador y atractivo.- cálmate Lucifer ella solo está siendo amable. Le gusta mi acento y mi nombre. Las mujeres así existen. Ella es diferente a lo que he tratado antes y debo decir que me parece fascinante, si no estuviese casada y si yo no fuese un cabron. ¿Cómo será ese esposo que tiene? -Me alegra que sea de su agrado.- el mesero se nos acerca con la comida. Me quedo viendo a un cuarto plato sobre la mesa. Ella parece notarlo. -Mi esposo se nos unirá en unos minutos, espero que no sea una molestia.- Me irrito al escucharlo. Katrina me mira con diversión, oh vamos, las casadas también pueden caer por mí. Todas las mujeres pueden caer por mí, aunque ella no parece afectada con mi presencia. -No hay molestia, puedo preguntar cuando tiempo llevan de casados.- sonríe con amplitud al escuchar la pregunta. ¿Qué es ese brillo en los ojos? -No te preocupes, no hace más de cinco años que estamos casados.- le da un trago a su vaso. ¡¿Cinco años!? -¿Cinco años? Eso es mucho tiempo.- digo. Suelta una risita. -Sí que lo es pero no es que me desagrade antes de él no quería saber nada del matrimonio, hijos ni nada, de hecho puedo decir que la idea del matrimonio la detestaba.- hace un mohín. -¿Qué te llevo a cambiar de idea? ¿El?- pregunto con un poco de incredulidad. -Definitivamente fue él nunca creí que llegaría mucho con él y puedo decirte que quizá lo odiaba cuando lo conocí. Hemos pasado por mucho pero al final nuestros hijos, nuestra familia y nuestras vidas en general han valido la pena cada segundo, día, mes y año.- la forma en como lo dice, no lo sé pero me parece extraño. Su mirada detona el cariño que le tiene a su familia y es algo que nunca he sido capaz de experimentar. Frunzo el ceño. Que esta pasando, a mi nadie me perturba con tonterías de amor.  -¿Tienen hijos?- pregunto. No soporto a los niños, es más detesto a los niños. -Tres, uno mayor y dos pequeños que son gemelos.- por su sonrisa puedo decir que realmente está feliz por eso. No lo entiendo. ¿Quien estaría feliz con niños a su alrededor?  No es por nada pero la familia feliz siempre me da nauseas. -Tu esposo está tardando.- digo con molestia. Kiera me mira con una sonrisa despampanante. Si tienes esposo no me mires de esa manera que podría arrepentirme de no tratar de llevarte a la cama. -Lucifer comportate un poco.- Katrina toma mi mano. Me he irritado de un momento a todo. Kiera me mira con interés y pareciera que ha visto más allá de mí. Esta mujer definitivamente es diferente a cualquier otra y me molesta la idea que me afecte lo que ha ella concierne ¿familia? no, me rehúso a pensar que eso es importante. Le doy un trago a mi copa y siento su mirada sobre mi ¿que?  -Lucifer, ¿Qué hay de ti?- pregunta. No hablemos de mí, todos saben quién soy y la vida que llevo desde que ingrese a este país. -No hay mucho que hablar de mi.- sonrío. Mejor hablemos de negocios. Nota mi molestia porque no pregunta más y solo sonríe con amabilidad. -Está aquí. No hay que atrasarnos más.- vuelve la mirada hacia el otro lado y le sigo. Me vuelvo a poner de pie ante la confusión de mi cabeza. ¿Es su esposo?  -Cariño lamento la tardanza.- no puede ser.  ¿Es esto una broma? Me quedo viéndolo sin poder creerlo este hombre aquí es el esposo de esta hermosa mujer.  -¿Demian?- digo de la forma menos creíble posible.  ¿Demian Daghetti? -Lucifer lo prometido es deuda. Quería darte la sorpresa y creo que lo he conseguido, ella es mi esposa, Kiera. ¿hermosa cierto?- se acerca a ella para darle un beso, saluda a Katrina y seguido estrechamos manos. -Vaya que me has sorprendido no creí que una mujer tan hermosa se casara contigo.- bromeo. Esta preciosa mujer es esposa de Daghetti esto es mas impresionante. No es que conozca mucho a Daghetti hemos coincidido varias veces y fuimos compañeros de negocios también, por lo que lo conozco nunca creí verle casado y no lo había mencionado antes. -Me ha costado mucho hacerla mi esposa así que tienes toda la razón.- ambos se miran. ¿Qué ese atmósfera extraña? -Parecen muy felices así que ha valido la pena.- supongo. Que extraño. –Pero eres un pillo, no me dijiste nada cuando hablamos dijiste que conocías a alguien que conocía a alguien.- nunca que te casaste con la dueña. -Dije que conocía a alguien no hice nada más que hablarle del Luksus a Kiera y ella se interesó por completo, mi esposa tiene gustos selectos en lo que ha arquitectura se refiere. Esas cosas son de ella y te aseguro que es una experta en ese ámbito.- mira a Kiera y le da un beso. ¿Solo un beso de pico? ¡Quien se conforma con un beso de pico!  -He tenido a los mejores a mi lado.- Daghetti arquea una ceja a lo que ella solo ríe. Las miradas que se dan son interesantes, no logro entenderlo y no entiendo el por qué, de repente me he irritado y siento algo extraño. ¿Amor? ¿Familia? ¿Compartir una vida con una mujer? Claro si fuese como ella quizá, en ningún momento me ha visto con interés más allá del profesional y entiendo el porqué, Daghetti es un hombre que no se anda con juegos y es sorprendente que una mujer le haya hecho caer, ¿Cinco años? Eso es mucho, compartir la cama con una misma mujer por tanto tiempo, tener hijos con esa mujer, uno bastaría pero tres. El desayuno deja de ser de "amor" y "familia". Se muestra interesada por la estructura de mi bar y me dice que tiene un amigo en Las Vegas que sería el encargado de la supervisión de la construcción y todo, ella hará los planos y me los mostrara, ese tipo será como el informante de ella y trabajare con él. La idea no me gusta mucho, sinceramente querría que ella supervisara todo pero me informa que hay otro proyecto en Italia del que se tiene que encargar personalmente. Me tengo que conformar y he cedido de manera estúpida. Realmente quiero a Reeves Home en este proyecto y no hay duda de que será un gran proyecto. -Hay una cosa acerca de esta persona que trabajara contigo, él es pero no es arquitecto.- le miro sin entender. –Su trabajo es más... ¿espiritual y pacifico? Pero como ya te he dicho él es excelente y está trabajando conmigo desde hace un par de meses, no puedo darte muchos detalles porque su agenda es un poco complicada.- frunce el ceño. -Confías en él lo haremos nosotros también este proyecto lo quiero contigo y sé que lo haremos de manera excelente.- digo. -Lo es, él es noble y amable. Una excelente persona y confío plenamente en el, se mueve en un ámbito diferente pero es un buen tipo... de hecho es un excelente hombre así que por favor confía en el para cualquier asunto relacionado con la construcción.- la seguridad en sus palabras me hace confiar plenamente. Vamos cediendo otra vez. Ruedo los ojos internamente. -Señores Daghetti, tenemos un problema en la entrada.- el gerente se acerca, por su expresión diría que algo malo sucede. -¿Algún problema?- pregunta Daghetti. -Los pequeños...- dice. Ambos se levantan y se miran. Katrina y yo también nos levantamos y les seguimos cuando salen a toda prisa. El gerente le dice algo a Daghetti que va serio y vuelve a ver a Kiera de vez en cuando, se han tomado de la mano y el gesto me parece irritante. Ellos desprenden amor y felicidad por todos lados. Que es eso. -¡Arriba las manos esto es un asalto!- unas vocecitas se escuchan. Las personas caminan de un lado a otro, algunas personas sacan sus celulares y están grabando algo. Que demonios.  Daghetti sale corriendo y Kiera va detrás de él. Que rayos. Los tipos de seguridad corren hasta ellos. -¡Antoine! ¡Cesar! ¿Qué están haciendo?- vuelvo la mirada a dos pequeños enmascarados. –Devuélvanme esas armas y quítense eso.- otro chico de unos veinte años o más se acerca a ellos.  Son dos niños disfrazados de asaltantes, se quitan los pasamontañas y fruncen el ceño ante la llegada del mayor. Las personas hacen un círculo y ríen ante la escena de dos personas arrodilladas en el suelo con las manos en la cabeza. -¿Qué hacen?- pregunta Daghetti. Los tres chicos se quedan quietos al escucharlo. -¡Derek nos obligó!- dicen los niños. -No es verdad fue plan de Antoine.- se defiende. No me digan, son los hijos de Kiera y Demian. En verdad son tres, me quedo de pie viendo la escena, las personas que han sido tomadas como rehenes se levantan y comienzan a reír por la situación. Kiera se acerca y les riñe a lo que los tres le echan la culpa a Daghetti que se defiende culpando al hijo mayor. Que niños más ingeniosos. Sonrío de manera descuidada ante la situación. -Eso es a lo que me refiero con una familia y amor, Lucifer lo que llevas hasta ahora no es una vida de la que debas de estar orgulloso. ¿Cuánto tiempo llevas lejos de casa? ¿Has conseguido lo que querías?- las palabras de Katrina me molestan. -Tengo dinero... no hay nada más después de eso.- -Si lo hay y lo tienes frente a ti toma esa familia como ejemplo. ¿No te gustaría tener una mujer como ella a tu lado?- observo a los cinco reír y abrazarse. Los niños felices en los brazos de sus padres y el hijo mayor molestándolos. -No confío en las mujeres y lo sabes, no quiero de ellas nada más que no sea sexo.- me doy la vuelta. -Deberías... mira qué bonita familia, amor y cariño. ¿Crees que esa familia es infeliz?- regreso la mirada. Ellos están felices y no tienen miedo a mostrarlo a simple vista se ve lo excelente que son como padres y lo mucho que se aman. ¿Mi familia fue así? Ni siquiera recuerdo haber tenido un gesto de cariño por parte de ellos. Mi madre solo me utilizaba para que cargara todas sus cervezas y cigarros, mi padre era un maldito que me golpeaba cuando descubría a mi madre tomando el dinero para comprar porquerías. Nadie me cuidaba en ese entonces, rogaba por un gesto de cariño que nunca llego, crecí en un maldito orfanato donde tenías que pelear por una ración de comida. -No todo en la vida es felicidad. Un día dejaran de querer a sus hijos y los abandonaran.- -No te mientas Lucifer, igual que yo has visto el amor que se entregan, una mirada, una caricia. Lucifer es momento que pienses en tu futuro.- toca mi hombro. –No todos son como tus padres...- acaricia mi mejilla. -No me interesa esa mierda, estoy bien ahora y no necesito de nadie.- camino lejos de ella. ¿Amor? No me hagas reír, ni siquiera sé si tengo derecho a eso.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD