—No te digo que estás preciosa porque me has saludado con mucha aspereza pero por Dios que es un placer verte otra vez... Federico se acerca a mi y me toma de los hombros, me da dos sugerentes besos en las mejillas y siento que me sonrojo. Está igual de guapo que siempre y sin duda, siga igual de canalla y seductor. —Gracias —sonrío tímida —, pero no has contestado a mi pregunta. —Te he dicho que es mi casa. Bueno...más bien la de mi hermana pero siempre que quiero vengo a estar una temporada y parece que he elegido un estupendo momento. Pues si. Estupendo. Mi madre la mirada que me ha echado William desde el otro lado de la sala. Me quiero morir. Fede es mi antiguo novio. Uno que me encantaba pero fue un miserable cuando tuve una falta y sugirió que pagaría el aborto. Me dejó din

