-2- Encuentros

1089 Words
[SANTIAGO] «Que vergüenza con la nueva vecina» Analía le ha abierto la puerta de una manera un poco extraña, pero es que estábamos algo ocupados por llamarlo de algún modo. Sé muy bien que ella es la nueva inquilina de Raúl y que se supone que debía ser yo quien la recibiera entregándole las llaves de su piso y me asegurara que todo estuviera bien, después de todo era una especie de favor de vecinos. Me termino de cambiar luego de haberme despedido de mi novia, y creó que es un buen momento de pedirle una disculpa a la nueva vecina, así que salgo de mi piso y voy hacia su puerta y golpeo. Espero unos momentos y de pronto la puerta se abre —Hola— Me dice sin levantar la vista. La observo y me quedo mudo al darme cuenta de quien es. Ella levanta su mirada, la cual se cruza con la mía y esos ojos azules siguen teniendo aquella picardía que solían tener cuando me daban aquellas miradas cómplices —¿Jazmín?— Pregunto asombrado. Ella entrecierra sus ojos y me mira detenidamente como tratando de asegurarse de que se trata de mi —¿Tú?— Cuestiona en un susurro. «No lo puedo creer, mi exnovia, esa que tanto ame y me enseñó muchas cosas de está vida es mi nueva vecina.» Pienso y en verdad no sé como actuar. —¡No lo puedo creer!— Expresa riéndose de manera nerviosa y supongo que ninguno de los dos estaba preparado para algo como esto. —Yo tampoco ¿tú eres mi nueva vecina?— Pregunto intentando asegurarme de que no esté aquí simplemente de visita, y es que en realidad me cuesta demasiado trabajo creer que todo esto este sucediendo. —Si, ¿tu eres el vecino del A?— Indaga. —Si... definitivamente esté mundo es muy pequeño.— Le respondo entre risas. —Lo es ¿quieres pasar?— Me ofrece abriendo un poco más la puerta. Quizás ni debería aceptar su invitación, pero tampoco soy capaz de decirle que no —Si no te molesto...— Contesto. —No, para nada. ¿Quieres decirle a tu novia que venga?— Pregunta como si nada. —No, ella ya se ha marchado.— Informo algo tímido ya que es una situación extraña que mi ex novia me haya visto con Ana hace un momento. Sonríe mientras cierra la puerta detrás de ella —Vale, pero siéntate ¿Quieres tomar algo?— Me pregunta mientras camina a la cocina y ni siquiera sé quien esta más nervioso de los dos aquí. —Eh... ¿café?— Respondo a modo de pregunta. —De acuerdo. Afortunadamente Raúl ha dejado de todo aquí.— Dice con una sonrisa. La observo sin que ella se de cuenta y es algo inevitable. Su cabello sigue de ese mismo color castaño, su figura no ha cambiado mucho a pesar de que hace bastante tiempo que no la veía y ahora que lo hago todos los recuerdos de nuestros dos años juntos pasan por mi mente como si estuviera viendo fotografías una detrás de otra —¿Cómo has estado?— Le pregunto para romper el silencio. —Muy bien, recién regreso de Londres. Termine mi maestría en relaciones públicas.— Expresa feliz mientras camina hacia mi con la taza de café. —Felicidades.— Es lo único que consigo decirle —Gracias, ¿y tu? He leído por ahí que te ha ido genial con tus últimos proyectos, te han dado un premio por el diseño del ultimo edificio ¡Felicidades!— Dice entusiasmada. —Si me ha ido muy bien. Te veo y aún no lo creo... ¿hace cuanto no nos veíamos? ¿6...7 años?— Le pregunto sin poder dejarla de observar. No ha cambiado mucho, pero al mismo tiempo se ve diferente a aquella niña que me dejo ser el primer hombre en su vida. Ella se queda pensando como intentando recordar —6 años— Responde finalmente. —Eso es bastante tiempo...— Comento con melancolía. —Mucho ¿y que más ha ocurrido en tu vida además de la arquitectura?— Me pregunta. —Bueno, me he convertido en tío tres veces.— Le cuento con una media sonrisa —¿Tamara o Sergio?— Me pregunta sonriente. —Los dos— Digo divertido. —Solo faltas tú...— Me dice con una sonrisa que no soy capaz de responder porque sé muy bien el dolor que hay detrás de esas palabras. —Eso parece.— Me limito a responder. Ella me mira y me da una media sonrisa —Santiago, no es necesario que intentes no hablar del asunto. Tú y yo sabemos muy bien lo que nos ocurrió, pero eso forma parte del pasado. Ya han pasado un poco más de 6 años de eso. Nos dolió, si, pero nos ha tocado superarlo.— Expresa tratando de ser fuerte. —¿Tú pudiste superarlo?— Le pregunto mirándola fijamente. —Me ha tocado superarlo. Ni siquiera tenia 20 años cumplidos... Aún duele, pero tengo que seguir adelante.— Me explica. —¿Tú?— —Me toco salir adelante, pero aún sigue doliendo y ahora que te vuelvo a encontrar mucho más.— Le confieso. Ella me observa con algo de lastima —Lo siento Santiago, no sabía que vivías en este mismo edificio.— Se justifica tímidamente. —¡No! No digas eso, no te estoy culpando de nada. Solo que cuando el pasado vuelve a llamar a tu puerta, los recuerdos vuelven también. Los buenos y los malos...— Le admito —Lo sé, es difícil... pero, algún día nos cruzaríamos nuevamente. Tenemos que entender que los que vivimos fue muy lindo y triste, pero que éramos muy jóvenes. Tú tenias apenas 21 años y yo apenas llegaba a mis 20. Ahora ambos tenemos una vida diferente y somos vecinos.— Me intenta explicar. —Lo sé, quizás podemos ser vecinos y amigos.— Le propongo con una media sonrisa. —Claro, el tiempo dirá.— Susurra —Bueno Jaz... te dejó para que sigas con lo tuyo, si necesitas algo estoy en la puerta de al lado.— Le informo con una sonrisa. —De acuerdo. Gracias vecino.— Responde mientras me da un beso en la mejilla y salgo de su piso con una sensación agridulce, pero es que nuestro pasado ha sido muy complicado, una mezcla de felicidad y tristeza que representa este sentimiento.
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