Hasta que te miré. Fuego y Hielo.

Boda.

James.

— ¡James por el amor de Dios! – Leila salta encima de mí luciendo tan perfecta que quiero gritar de frustración —. Estaba desesperada porque no me devolviste la llamada – llora como si alguien hubiese muerto. Sonrío al escuchar el gruñido de Jonás que odia verla en brazos de cualquier hombre.

— ¡Ah no pues! – veo a la rubia mejor amiga de Leila poner los brazos en jarra por algo de lo que no tengo idea. Su vestido es horroroso por cierto —. Dile a todos los chicos que vengan a ver la novia – veo a Jonás poner los ojos en blanco de nuevo con expresión divertida — ¡como si eso no fuese de mala suerte! – mi querido cuñado ríe con suficiencia.

— ¡Cálmate rubia! – esta chasquea la lengua enfadada —. El tonto de Jimbo estuvo en riesgo con una preciosa pelirroja – mi hermana gira con rostro de asesina y él la mira con gesto inocente — ¿qué? El que no haya mujer más hermosa en este mundo que tú, no quiere decir que las demás sean feas – ella se derrite al instante — ¡Bueno! a excepción de Alba “cara de perro” Negretti...

— ¡Jonás por favor, no digas eso! – lo reprende con dulzura —. Ella... es importante para mi hermano – la retiro de mi cuerpo, niego con ojos desorbitados — ¿qué, ya terminaron? – asiento sin hablar porque sé que va a sermonearme — ¡pero por el amor de Dios, ensériate! – niego ahora divertido. Ella golpea mi brazo.

— ¡Claro que no Princesa! – beso el nacimiento de su cabello —. Las mujeres son un mal que Dios nos envió a los pobres hombres para que nos jodieran la vida – ahoga una exclamación y me golpea de nuevo.

Jonás se carcajea dándome la razón totalmente y ella ahoga un grito con la mano en la boca, dirige su atención hacia el amor de su vida casi desapareciéndolo con los ojos. Este se acerca, le roba un beso y se larga dejándome con el lío formado.

La pelirroja que era la novia de Robert cubre su boca inconforme por el comentario y el beso que el novio le robó a la novia... supongo, la observo detenidamente: es bonita, pero ella le jodió la vida a nuestro amigo y ahora ese imbécil no lo supera. La chica en cuestión se encuentra muy tranquila y la han visto del brazo de un sujeto que la pretende el cual es amigo de su padre, solo espero que Robert no sepa de ello ya que moriría o cometería un asesinato porque últimamente se encuentra fuera de control.

La boda fue además de hermosa, una pasada al percatarnos de los ojos en blanco de Jonás al recibir a su futura esposa del brazo de mi padre y de este servidor.

— ¡Cuídala Serrano! – este pone de nuevo los ojos en blanco de lo más insolente —. De otro modo te la verás conmigo – suspira profundo y se derrite ante la mirada de anhelo de mi hermanita.

— ¡Siempre Monserrat, siempre! – mi padre sonríe satisfecho. Estrecha su mano y besa a Leila.

Yo hago lo mismo en un movimiento rápido, pero no es porque le tema al gigantón, es porque mi estómago desea fervientemente devolver lo que tiene dentro al ver el amor rondando por todas partes ¡uhg, qué asco!

El amor apesta y las relaciones interpersonales – las que sean – también, esa es la razón por la cual estoy solo, trabajo solo y me encuentro solo con una mujer a la vez.

Como esa preciosa rubia que me mira insistentemente desde el otro laso de la iglesia y por la que voy en este mismo instante.

...

¡Vivan los novios!

Lo mejor de todo: la recepción. Es la parte de la fiesta donde te encuentras todo tipo de accesos directos a travesuras improvisadas ¡sí, sé que tengo treinta y un años! Pero las travesuras sexuales no tienen edad y un polvo rápido se encuentra en cualquier parte cuando tienes ganas y están dispuestas ambas partes, todo consensuado.

— Estás muy callado James ¿quieres bailar? – intento por tercera vez en lo que va de la noche recordar el nombre de la chica que me lleva del brazo – porque me lleva – y fallo en el propósito.

— No soy muy hablador... cariño - ¡Auch! Eso sí que me dolió decirlo — y por cierto, no bailo tan bien, no me gustaría arruinar tus lindos pies con mis dos pies izquierdos.

¡Jesús, tiene unos pechos bellísimos!

— ¡Lástima, ya me estoy aburriendo! – expone con un puchero. Es hora de seducir amigo mío.

— Pero también podemos escaparnos a otro sitio si lo deseas – digo con voz sedosa y ella sonríe con ojos brillantes — ¿te animas? – asiente y la arrastro hacia una de las habitaciones del hotel.

— ¡Oh Dios mío! – su piel parece de seda.

El éxtasis la traspasa con violencia y grita mi nombre una y otra vez, continúo dentro de ella, mis movimientos aumentan, beso todo su cuerpo, bajo hasta casi su abdomen tratando de alargar su agonía y retrasar el mío que pugna por llegar. No quiero salir, esta mujer es muy cómoda y se siente delicioso estar de este modo con ella, pero ya es su cuarto clímax y está casi desmayada.

Cierro los ojos y la sensación aumenta, cada embestida me lleva más y más cerca, quiero que ella alcance otro para dejarme ir mientras me aprieta con sus músculos empujándome al abismo. Lo hace. Alcanza su clímax y aúlla mi nombre de nuevo con lo que hace que me descontrole dejándome ir con ella hacia ese delicioso lugar oscuro y sin retorno.

— ¡Preciosa! – la beso en los labios, el cuello y entre sus fabulosos pechos talla cuarenta.

— Vivian... – dice.

— ¿Disculpa? – pregunto con el ceño fruncido.

— Es mi nombre, sé que no lo recuerdas – y se queda frita.

Observo su cuerpo desnudo, es perfecto: caderas redondas, muslos firmes, senos grandes, cabello rubio, sexo pequeño... pero insípida y sin cerebro. Su padre es un inversionista de porquería que usa su influencia para poder ligarse a las chicas, su madre es alcohólica y ella no tiene la culpa de eso. La gente que ostenta dinero cree que el poder adquisitivo lo es todo, que la educación está sobrevalorada y los principios también.

Obviamente yo no tengo nada de eso. Mis padres murieron y mi verdadero padre era una escoria que resultó luego ser el ángel de la guarda de mí hermana a la que amo y respeto de todo corazón.

Solo a ella...

¡Lo siento Vivian!

La miro de nuevo dormida y casi me conmueve su sonrisa, Vivian eres casi lo que busco, esto jamás lo diría en voz alta por supuesto.

Porque no busco una mierda...