Capítulo 44: El Alba de los Cachorros Eternos

1192 Words
La aurora teñía la puna de oro rosado. Kai y yo en el risco alto, humanos desnudos, mi vientre latiendo con cachorros listos. Manada en círculo, Zara y Lira cerca, Salvajes gruñendo bajo. —Elara, sienten el parto —gruñó Kai, mano en mi vientre, dedos presionando—. El lazo late fuerte. Te follaré una última vez antes, embistiendo pa' que los cachorros salgan con fuego en venas. Arqueé contra él, pechos pesados rozando su torso. —Crudo, Alfa —jadeé, mano bajando a su polla dura—. Fóllame aquí, hazme gritar pa' que los cachorros oigan. Quiero tu polla profunda, semen mezclándose con mi agua, goteando pa' que Zara lama, Lira muerda mis pezones hinchados. Zara se arrodilló, lengua rozando mi muslo interno, subiendo a mi coño hinchado. —Lame tu jugo pre-parto, sombra —susurró—. Siente mi lengua mientras el hierro te embiste –quiero probar cómo late con cachorros, jugos que saben a legado nuevo. Lira mordió suave mi hombro, mano en mi pecho, pellizcando pezón que goteaba leche temprana. —Muerde mi cuello, hermana —jadeó—. Tu coño huele a nacimiento –Kai, métela ya, hazla chorrear pa' que los cachorros sientan la luz eterna. Kai empujó, polla entrando lento, profundo, llenándome con cuidado pero firme. —Siente mi hierro, Luna —gruñó, caderas chocando suave—. Te follo pa' que aulles, semen sellando cachorros –di que lo quieres, grita pa' que la manada huela el parto. — ¡Sí, joder, sí! —grité, caderas girando—. Más duro –embésteme hasta que explote, Zara chupa mi clítoris, Lira muerde mis pezones, quiero correrme con el parto empezando, cachorros latiendo con mi placer! Zara sorbió mi clítoris, lengua girando rápido, dedos curvándose dentro junto a la polla de Kai. —Chorreo pa' ti, sombra —jadeó—. Tu coño sabe a futuro –late con cachorros, aprieta el hierro, jugos que saben a herencia eterna. Lira succionó mi pezón, dientes rozando, leche goteando en su boca. —Grita, hermana —susurró—. El lazo late –cachorros aullando dentro, sienten tu placer, muerde mi hombro pa' que sienta tu fuego pre-parto. Kai embistió brutal pero controlado, bolas golpeando, gruñendo. — ¡Córrete, Elara! —rugió—. Apriétame –semen pa' cachorros, pa' eternidad tejida, di que mi polla te hace eterna madre. Exploto, coño convulsionando, jugos chorreando por su polla, Zara lamiendo, Lira mordiendo. — ¡Kai! —aullé—. ¡Lléname, hazme eterna con cachorros –Zara, chupa más, Lira, muerde duro, el parto viene con mi corrida! Semen derramándose caliente, la veta brillando, manada aullando victoria. El parto empezó, contracciones con placer residual, Kai sosteniéndome, Zara y Lira ayudando. — ¡Empuja, Luna! —gruñó Kai, mano en mi vientre—. Siente el lazo –cachorros vienen con nuestro fuego. Primer cachorro salió, pelaje n***o con vetas gris, ojos violetas abriéndose a la luna. — ¡Mira, hija! —jadeé, lágrimas calientes—. Ojos como Zara, pelaje como nosotros. Segundo cachorro, gris plateado con n***o, ojos ámbar. —Hijo —susurró Kai, voz ronca—. Mi hierro en él. Tercero, ceniza con violetas. —Nuestra alianza —dijo Zara, lamiendo al cachorro. Cuarto, rojizo con n***o. —Hermana Lira —rió Lira, ojos miel brillando. La manada aulló, cachorros uniéndose débiles pero fuertes. La eternidad tejida en cuatro aullidos nuevos, lista pa' más lunas. ### Capítulo 46: El Rugido de los Cachorros Eternos La luna llena brillaba sobre el claro sagrado. Plata bañaba la veta como néctar. Kai y yo al centro, humanos desnudos. Mi vientre latiendo con cachorros listos. Zara y Lira a nuestros lados. Salvajes formando círculo. Cachorros curiosos rozando patas. —Elara, los guardianes bendicen —gruñó Kai, mano en mi vientre, dedos rozando piel tensa—. Siente el lazo –cachorros aullando dentro, ojos violetas y gris. Te follaré lento esta noche, embistiendo pa' que sientan el hierro de su padre antes de nacer. Arqueé contra él. Pechos presionando su torso. Pezones rozando cicatrices. —Crudo, Alfa —jadeé, mano bajando a su polla dura, apretando—. Fóllame aquí, delante de todos –hazme gritar pa' que los cachorros oigan el lazo que los tejió. Quiero tu polla profunda, semen llenándome, goteando pa' que Zara lama, Lira muerda mis pezones hinchados. Zara se arrodilló. Lengua rozando mi muslo interno, subiendo a mi coño hinchado. —Lame tu jugo pre-parto, sombra —susurró—. Siente mi lengua mientras el hierro te embiste –quiero probar cómo late con cachorros, jugos que saben a legado eterno. Lira mordió suave mi hombro. Mano en mi pecho, pellizcando pezón que goteaba leche temprana. —Muerde mi cuello, hermana —jadeó—. Tu coño huele a nacimiento –Kai, métela ya, hazla chorrear pa' que los cachorros sientan la luz tejida. Kai empujó. Polla entrando lento, profundo, llenándome con cuidado pero firme. —Siente mi hierro, Luna —gruñó, caderas chocando suave al principio—. Te follo pa' que aulles, semen sellando cachorros eternos –di que lo quieres, grita pa' que la manada huela el parto. — ¡Sí, joder, sí! —grité, caderas girando—. Más duro –embésteme hasta que explote, Zara chupa mi clítoris, Lira muerde mis pezones, quiero correrme con el parto empezando, cachorros latiendo con mi placer! Zara sorbió mi clítoris. Lengua girando rápido. Dedos curvándose dentro junto a la polla de Kai. —Chorreo pa' ti, sombra —jadeó—. Tu coño sabe a futuro –late con cachorros, aprieta el hierro, jugos que saben a herencia. Lira succionó mi pezón. Dientes rozando. Mano bajando a las bolas de Kai, apretando. —Grita, hermana —susurró—. El lazo late –cachorros aullando dentro, sienten tu placer, muerde mi hombro pa' que sienta tu fuego pre-parto. Kai embistió brutal pero controlado. Bolas golpeando. Gruñendo. — ¡Córrete, Elara! —rugió—. Apriétame –semen pa' cachorros, pa' eternidad tejida, di que mi polla te hace eterna madre. Exploto. Coño convulsionando. Jugos chorreando por su polla. Zara lamiendo. Lira mordiendo. — ¡Kai! —aullé—. ¡Lléname, hazme eterna con cachorros –Zara, chupa más, Lira, muerde duro, el parto viene con mi corrida! Semen derramándose caliente. La veta brillando. Manada aullando victoria. El parto empezó. Contracciones con placer residual. Kai sosteniéndome. Zara y Lira ayudando. — ¡Empuja, Luna! —gruñó Kai, mano en mi vientre—. Siente el lazo –cachorros vienen con nuestro fuego. Primer cachorro salió. Pelaje n***o con vetas gris. Ojos violetas abriéndose a la luna. — ¡Mira, hija! —jadeé, lágrimas calientes—. Ojos como Zara, pelaje como nosotros. Segundo cachorro. Gris plateado con n***o. Ojos ámbar. —Hijo —susurró Kai, voz ronca—. Mi hierro en él. Tercero. Ceniza con violetas. —Nuestra alianza —dijo Zara, lamiendo al cachorro. Cuarto. Rojizo con n***o. —Hermana Lira —rió Lira, ojos miel brillando. La manada aulló. Cachorros uniéndose débiles pero fuertes. La eternidad tejida en cuatro aullidos nuevos. Lista pa' más lunas.
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