Prólogo.
Alana Kepler miro la carta en su mano, escucho los balbuceos de su hijo en que estaba dando unos cortos pasos hacia los brazos de Camilo Alexis, su ahora esposo.
La carta de su hermana se quemaba en la flama de la vela.
Catalina ha renunciado a su reclamo a favor del duque Astrad.
No vuelvas, nosotros arreglaremos el desastre que haz causado. Pero si pones un pie de nuevo en el imperio, le contare todo a Catalina.
Esas eran las unicas palabras en el papel y algo dentro de Alana quemaba por eso. No dejo a su hija sola, tenía a Agnes, tenía a Sera, tenía a sus caballeros, ella no estaría sola y desprotegida ¿Por qué nadie parecía entender eso?
—¿Debería ir…?— Se pregunta angustiada. Todo lo que hizo para que su hija llegara a ser emperatriz, para que la hija de Gael llegara al trono se fue a la basura por la estupidez de Catalina.
¿Se enamoro de Abel y le cedió la corona? Su hija era joven y estupida. Eran las desventajas de la juventud, Alana penso que dejo a su hija mejor preparada que eso. En todo caso, sería el desastre que Tally causo ¿Por qué Sera la culpa a ella?
Y mientras Alana esta en negación, en Ketrixia se esta desarrollando una guerra que definirá el destino de todos los involucrados.