Pov: Penélope
Estoy nerviosa, camino de un lado al otro.
¿Qué hice?
No es posible, si él entra en mi vida todo se saldrá de control.
¡Tonta, tonta!
Una sonrisita y accediste.
Pero es que por favor, él... es Dem, él...
¡No, Penélope!
No debo hacerlo, me hará daño, me destruirá otra vez.
Y ahora metí a Siena en esto.
¿Cómo le digo? No puede ser.
– ¡Sieni! — Muevo mi pie nerviosa y mi respiración está descontrolada.
Ella viene corriendo con una sonrisa.
— ¿Qué, mami? — sonrío y respiro profundo.
— Siéntate que Mami quiere hablarte de algo — me mira sonriendo.
Vamos, Penélope, ya la cagaste; ahora te la aguantas.
— Hoy conociste a alguien ¿Verdad? – la miro esperando una respuesta coherente de una niña de 3 años.
— Oh sí, mami, creo que mañana conocí a mi papi — casi me ahogo con mi saliva.
— ¿Cómo es eso? Vamos, Sieni, eso es...
– Sí era, mami, lindo como mí, los ojos igual a mí y me agradó, era guapo y él era cool, mamí— ruedo los ojos porque sí, obvio ese es Demian.
Cool, guapo, ojos bonitos, él es así, encantador por doquier.
¡Ey! Calma esas hormonas, Penélope.
— ¿Recuerdas cómo se llamaba?
– Ajam, él se llamaba... Dem... Demian, mami, Demian ¿Es bonito su nombre, verdad? Mamá y Josh hablaron de ese nombre un día mañana — Ciertamente sí, últimamente hemos estado hablando de él.
Estos dos últimos meses es en lo que se basan mis peleas con Josh.
¡Hago todo mal!
No es posible que de nuevo pase esto, cuando me prometí a mí misma que no volvería a cometer este tipo de errores.
— Sieni, amor ¿A ti te gustaría saber quién es tu papá? — ella tiene derecho a elegir.
— Si…
— Mira, mi amor, mamá nunca le contó a papá que habías nacido porque estábamos lejos, pero ahora...
— Estamos cerca, ¿Verdad?
– Si, él... Demian, Siena, él sí es tu papá, pero tú no lo conoces bien y...
— ¡Yupi! ¡Yupi! Me gusta, él me gusta de papá, sería el papá más lindo, hermoso como un cinpepe – me froto el rostro.
¡Esto es inaudito! Ella no puede ponerse así, apenas lo vio una vez.
— ¿Vendrá a jugar conmigo? ¿Haremos galletas? ¿Haremos la cena juntos? ¿Sí? Di que sí, mami, ¿Sííí? — asiento con una sonrisa y ella me abraza con fuerza.
Ella no actúa como una simple niña de 3 años, en absoluto.
La madurez e inteligencia de Siena, no es nada normal.
Corre a su habitación diciendo que buscará sus juguetes en su maleta y me deja pensando sola.
Está claro que ahora ya no hay vuelta atrás, yo... estoy metida en el barro de nuevo.
¡Vamos!
¿Cómo diablos haré esto?
Hace unos meses comprobé que Demian y yo, en un mismo lugar es una pésima idea.
¡Infiel!
Lo sé, lo sé, soy la peor, porque nunca se lo dije a nadie, es que... ¿Para qué? Es vergonzoso confesar que yo cometí tal traición sin sentir siquiera culpa.
Y Josh, sé que ha notado que estoy distinta, porque es que no he podido dejar que volviera a tocarme desde que hace unos meses cometí esa traición.
Yo... no sé qué pasó, es que cuando veo a Demian todo se va al diablo, intenté, me enojé, pero terminó mal y le dije que borrara de su memoria todo, que solo había sido mi forma de comprobar que no siento nada por él.
Sí, cómo no, ¿Cómo explico lo que me pasa ahora?
Cuando lo vi en Londres no esperé encontrármelo, yo... solo iba a hacer una presentación para inaugurar un teatro, él... se veía tan diferente, cuando lo vi representando a la inmobiliaria y constructora de su familia, ya era tarde para cancelar mis responsabilidades.
Por suerte no viajé con Josh ni Siena, ya que mi mamá viajó a cuidarla.
Pero esos 3 días que me quedé fueron la maldita perdición, más cuando fuimos a esa fiesta donde se celebró el éxito que fue la inauguración, yo tomé, porque solo quería dejar de sentirme tan atraída hacia él, que no me hablaba, nada decía, eso me indignaba, que solo me mirara con esos ojos que hacen mi piel calentarse tanto. Solo quería que la fiesta terminara, pero ese fue otro error, porque cuando salí no estaba apta para conducir y él… solo dijo que me llevaría a mi hotel.
Así pasó todo, yo... estúpidamente me sentí viva al sentir su tacto en mi piel, pero fui estúpida, porque él tenía novia, una novia que lo llamó en la mañana.
Nunca debí hacerlo, si lo hubiera pensado, no hubiera vuelto a caer con él.
Y ahí acabó, ahí juré que nunca más, Josh no se merecía eso, yo ya estaba comprometida, me valió, eso fue lo más bajo que he hecho, pero trato de hacer las cosas bien.
Aunque ahora, ¿Cómo haré esto?
— Haré una fiesta para cuando venga Demian — dice Siena muy emocionada.
Suspiro y tomo mi teléfono, le envío la dirección y vuelvo a suspirar.
¡Yo puedo!
Él no me interesa, eso que pasó hace dos meses fue solo... solo un momento de debilidad, el alcohol y... Demian usando traje, eso fue.
¡Qué tonterías pienso!
No volverá a pasar porque yo soy muy fuerte y ya entendí que él no me hará feliz.
..........
¡Mierda!
La puerta suena y sé con seguridad que es él, miro mi ropa, estoy muy desarreglada, estaba limpiando y ordenando un poco, yo...
¡Qué importa si no estás presentable!
Es cierto, no me importa, de todos modos; yo no busco gustarle.
Salgo de la habitación y voy directo a la puerta para abrir, cuando lo hago; contengo la respiración.
Su chaqueta negra acompañada de sus jeans, es que él con los años solo se pone...
¡No!
— Hola, Bo... Penny, no quiero que esto sea incómodo, podemos ir a un parque para que tu prometido…
— Él no está, se fue de viaje — ¡Maldición! Al menos si él estuviera, sería más fácil el autocontrol.
— Yo le traje algo, sé qué a ella... — en una de sus manos trae malvaviscos y en la otra un frasco de Nutella.
Siena ama eso.
— ¿Cómo? — solo eso me sale decir.
— Investigué, te dije que ella me importa, Penny, así que me encargué de saber de ella — Abro la puerta para que entre.
Seguro habló con Cali. Amiga traidora.
— La llamaré, pero con calma, porque ella...
— ¡Demian! Sí viniste — ella corre hacia Demian, él se pone en cuclillas para recibirla pero Siena se frena. — Tú dijiste que no hay que hablar con extraños — dice con su tono acusador que me hace sonreír.
– Eso dije, Sieni, que no debes hablar con extraños, pero tú odias a los extraños, no hay problema con eso — Siena asiente con suficiencia. — Pero nosotros ya nos conocemos ¿O no? —
– Ajam, me atrapaste huyendo y descubrimos que eras mi papá —niego divertida.
— Oh, eso, debemos preguntarle a mamá ¿No?
– Ella dijo que sí lo eres, pero estamos lejos y mañana cerca — Demian se carcajea.
— Ahora, Sieni, se dice: ahora estamos cerca, por eso fue una sorpresa linda saber que sos mi bebé también.
– Soy niña, no bebé — reclama mi pequeña.
– Es cierto, me hizo feliz saber que tengo una niña tan linda e inteligente, como su mamá — Demian me mira y suspiro.
— Siena preparó una fiesta de juguetes, yo los dejaré, tengo cosas que hacer — solo camino a la habitación.
Me freno en la puerta y me giro para verlos, Siena habla muy expresiva y Demian le sigue la corriente como si fueran dos adultos.
Ellos se ven...
Demian me mira y sonríe con sus ojos vidriosos y gesticula un "Gracias".
Ya, ya.
Tengo que dejar de verlo.
Me mantengo ocupada, mi mente entretenida porque no quiero tener contacto con él.
No es buena idea.
Los escucho reír, Siena lanza carcajadas a cada segundo, nunca la escuché tan emocionada, es demasiado lindo eso.
Solo espiaré un poco, solo un poco.
Me acerco a la habitación.
— A la una, a las dos, a las..... tres — dice Demian y ambos usan unos muñecos, arrastrándose en cuatro patas por el piso como si corrieran una carrera.
De camino a la meta, Demian se cae, su muñeco vuelva y él se tira al suelo lo que hace a Siena estallar en carcajadas.
— Otra vez , otra vez — Lo empuja para levantarlo.
— Estoy muriendo, me duelen los huesos.
— No importa, te mueres más tarde. — tapo mi boca porque quiero reírme.
— Por favor Dios, sálvame de esta niña — dice Demian de forma exagerada.
— Tú puedes, Demian, eres el danador — Vuelven a hacer ese juego tres veces.
Ellos ríen y se ven soñados, se ve perfecto, se ve como si nosotros hubiéramos tenido de verdad una familia, juntos, los tres y me duele.
Huyo y de camino piso un juguete que hace ruido, suspiro pero creo que ellos no lo notaron.
Sigo caminando hasta la cocina…
— ¡Penny! – me freno y seco unas lágrimas que se me escaparon.
— ¿Ya te vas?
— No, quería preguntarte si puedo cocinar, Siena tiene hambre y...
— Cocinaré algo…
— Odias cocinar, déjame hacerlo, solo si no es una molestia, Siena quiere ayudarme — Suspiro y asiento de espalda.
— De acuerdo, yo tengo cosas…
— Penny... — siento sus pasos cerca de mí — ¿Estás bien? — ¿Por qué me pregunta eso?
— Sí, obvio que lo estoy, solo...
— Penny... — Me hace voltear y su cejas se fruncen con angustia. — Bonita, no llores, ¿Qué hice mal? Si no quieres que yo cocine...
— Dem... — sus ojos afligidos viéndome con dolor me llegan.
— No quiero hacerte llorar, yo solo... lo siento, solo quería estar con Siena, no sentirme tan solo, tan vacío, tan...
— Dem... solo — Su mano viaja a mi mejilla, atrapando con su pulgar una lágrima que se me escurre.
— Lo lamento, de verdad no sé cómo disculparme, no quiero que estés mal, solo quiero hacer las cosas bien, lo intento, quiero ser bueno, hago lo posible.
— Demian, solo... solo ve con Siena, yo quiero estar lejos, quiero estar sola — Me alejo dirigiéndome a la habitación.
Cierro la puerta y suspiro agitada.
¡No lo amas, Penny! ¡No lo amas! No sientes nada.
No siento nada por él.
Trato de seguir con mis cosas, pero es difícil, termino sentada en la cama pensando en la nada y en todo. Pienso en nosotros, en lo que fuimos, en lo que sentíamos, en cada palabra que dijimos, en todas las promesas que terminaron siendo promesas vacías.
Yo solo quiero olvidar todo, pero es muy difícil, porque cada que él me mira con ese sentimiento en sus ojos, no sé qué sentir, no sé cómo odiarlo si en sus ojos siento que él no me odia.
Me confunde.
¿Qué quiere de mí?
En dos días nos vimos 3 veces y todo se va al demonio, como si nunca hubieran existido años de distancia con Siena. Ellos parecen padre e hija que se han criado juntos.
No tiene sentido.
Aunque dicen por ahí, que la sangre tira y es innegable que la sangre en ellos tira mucho.
— Mami, mami — la vocecita de Siena se oye al otro lado de la puerta — Ya está la comida, Demian hizo una comida como de yutu — suspiro y me levanto para ir con ellos.
Abro la puerta y Siena está saltando de un lado al otro.
— Sieni, cálmate, pequeña — dice Demian, muy casual.
– Tengo hambre, me estoy muriendo del hambre.
— Dramática, no debes mentir, siéntate que llevaré la comida. — Siena, mi hija la que es desobediente con todos y solo me escucha a mí, se sienta sin protestar; como si no fuera ella.
Demian actúa como si supiera todo lo que hace, eso no ayuda en absoluto.
Él busca los platos y comienza a servir, solo observo sin saber cómo reaccionar. Esto no estaba en mis planes en absoluto.
— Siéntate, mami, si no te portas bien, no habrá postre — Paso saliva y me siento en la mesa junto a Siena. – Toda la comida deliciosa la hicimos juntos, soy una ayudante más hermosa, mami.
– ¡Qué bueno, mi amor!
— Espero que les guste, me faltaron algunos ingredientes pero creo que quedó muy bien — Pone frente nuestro un plato con una tortilla que lleva papa, brócoli, también morrones, huevo por supuesto y acompañado con Arroz, pero este tiene como verduras cortadas muy pequeñas.
— Es un pastel con súper verduras radiativas — dice Siena, emocionada y empieza a comer.
Ella no come verduras, jamás. Miro a Demián y él solo sonríe con cariño, cerrando sus ojos.
Se pone a comer enfrente nuestro y yo apenas que puedo concentrarme en la comida.
Él habla con Siena mientras comen y yo solo estoy en silencio.
— ¿Quieres sal? ¿Está muy frio? — pregunta con mucha condescendencia.
— Está bien, gracias, solo no tengo apetito — ningún día tengo apetito, a decir verdad nada me gusta comer últimamente.
— ¿Te sientes bien? — lo miro tratando de entender ¿Por qué me hace esto?
¿Por qué es atento y condescendiente? Eso no me ayuda, eso solo me confunde, hace más difícil mi tarea de ignorarlo, de odiarlo.
¿Cómo odiarlo cuando siento que...
— Sí, solo que estoy mal del estómago.— Me levanto de la mesa para caminar a la habitación.
— Penny… — escucho que se levanta y me sigue. — Penny, espera un momento.
— No, Demian — susurro. — Solo debemos dejar esto como está.
— ¿Por qué no puedes estar cerca de mí?
— Porque te o... — no puedo decírselo.
Una parte de mí dice que no tengo que decírselo.
— ¿Me odias? — susurra mirando el suelo.
— Dem...
— ¿Me odias, Bonita? ¿En serio? — ¿Cómo puedo odiarlo? Me mira así con sus ojos melancólicos y me habla así.
No puedo así.
— Demian, solo no volvamos a caer en esto, tú lo dijiste, nosotros…
— Nosotros nos amamos, el amor verdadero no se puede evitar, ni en esta, ni en ninguna vida, el destino es así; inamovible, Penny — Se gira a mirar a Siena que acaba de dormirse en la mesa. — Estaba agotada — Dice con ternura — ¿Puedo llevarla a la cama?
— Sí, hazlo, yo la prepararé — solo asiente y se acerca a Siena.
Voy a la habitación y acomodo la cama de Sienita para que él la acueste.
No tarda en llegar con ella en brazos y esta acción, de estar acomodando la cama y que él llegue con ella es tan natural que mi pecho se aprieta.
La recuesta, la arropa y besa su frente.
— ¡Qué sueñes bonito, mi amor! — mi piel se eriza al escucharlo hablarle así a nuestra hija.
Nuestra... eso es, nuestra hija, mía y suya.
¡Maldición!
Esto fue una mala idea.
Salgo de allí para que esto no termine peor.
Lo siento caminar hacia mí.
— Yo debería irme, ella ya se durmió y...
— Sí... Dem... Demian, mejor vete — Toma sus cosas y camina a la puerta donde yo lo secundo para cerrar una vez que se marche.
— Gracias, Penny, de verdad, se siente tan bien estar con ustedes, es como si de repente ya no soy tan miserable, no me siento tan solo, porque yo me siento solo, casi siempre, es lo más tonto e infantil, pero luego que te perdí, siempre me siento solo y te extraño — lo miro sin saber qué decir, mis manos tiemblan, mis labios igual.
— Dem...
— Gracias por darme un momento tan lindo, por dejarme estar con Siena, yo... gracias, bonita — Se voltea y me desespero.
— Dem... — Vuelve a mirarme cuando lo sostengo del brazo, pero lo suelto al instante casi.
— Dime…
¡Idiota! ¿Qué querías?
¡Qué se quede!
Noo.
Lo siento.
— Tú... puedes verla cuando quieras, Demian, ella es tu hija y es tu derecho, yo no te lo impediré — sonríe y siento que mi cuerpo se hace agua.
Maldita idiota, pervertida. Solo una sonrisa.
Pero es que no lo ves, ¡Por Dios! Sí que lo ves, él…
— ¿Estás bien Bo.. Penny? — Se acerca y mis mejillas arden, como si el fuego diera directo sobre ellas.
— Yo... ess... estoy... bien — Él suspira pesadamente, cierra los ojos.
— De acuerdo, que descanses. – Se voltea para marcharse y largo todo el aire de los pulmones.
— Adiós... Dem... — susurro en medio de la noche silenciosa.
El frena su caminar y niega de espaldas a mí.
— Uno y ya — dice volteándose y caminando hacia mí, como si él fuera un depredador y yo su presa.
No tarda nada en llegar a mí y pasar su mano por mi espalda baja, solo me quedo así, viéndolo, sintiendo su tacto sobre mi ropa.
— Detenme, bonita, detenme porque yo ya no sé cómo lo haré — jadeo y perdí.
Con Demian, siempre pierdo.
Este maldito “Efecto Demian”
¡Miêrda!