Mi dulce cobardía

2- Propósito a cumplir

— Demián, por el amor de Dios, abre la puerta — Solo despierta imbécil.

Despierta, vamos, es una pesadilla.

— ¡DESPIERTA! — golpeo mis mejillas desesperado.

Cierro los ojos deseando despertar, los aprieto con fuerza.

— ¡DEMIÁN!

— ¡Déjame en paz, maldita sea! LOCA — esto no es real.

Nada es real.

Abro la ducha y me meto así sin más, sin siquiera quitarme la ropa, el agua fría me hará despertar de esta pesadilla.

— Demián, realmente estoy asustada — ¡Cómo si a mi me importará que esté asustada!

¿Cómo estoy yo?

Desesperado por salir de esta pesadilla.

Dejo que el agua me bañe completamente y cierro los ojos, tirito de frio pero nada sucede.

Grito frustrado y salgo empapando el suelo, abro la puerta y está Mónica.

¿Mónica? No tiene puto sentido.

— Demián, mojarás todo el suelo.

— Es mi casa así qué... — Camino empapando el suelo, abro el placar y veo ropa de ella.

Paciencia, paciencia.

Pronto despertaré. ¡La puta madre!

Tomo ropa para vestirme y ella sigue viéndome. La observo fijamente abriendo mis ojos tratando que entienda el mensaje pero ella sigue observándome.

— ¿Qué te pasa, Demi?

– Shhh, no me digas así, solo... — señalo la puerta.

— ¿Qué te sucede? Estás actuando raro.

— Sal, sal que quiero vestirme.

– Vamos por favor, Demián, estás raro, ni que no conociera tu cuerpo, ayer...

— ¡Basta! Solo... déjame vestirme tranquilo ¡Por favor! — Abro la puerta para que salga y sigue viéndose desconcertada. — ¡Ay, por favor! — salgo de allí harto.

Loca, ¿Por qué diablos está pasando esto?

Voy a una de las habitaciones vacías y me visto notando que mi ropa es...

Dios santo ¿Qué carajos es esto?

Yo... estoy joven, con esa mujer... y... ¿Dónde estás, bonita?

¿Qué tipo de pesadilla es esta?

Suspiro tratando de mantener la calma, solo debo seguir el sueño hasta que se acabe, solo eso.

Debo...

— Demián, tu teléfono — ruedo los ojos y abro la puerta — Te llama tu papá — me da el teléfono a mala gana y me vale mierda que se enoje.

No sé qué esperaba de mí.

Maldita pesadilla enferma.

Miro el teléfono dudando si contestar o no, de todos modos es un maldito sueño.

— Hola, viejo...

— Demián, estoy esperándote, en 15 minutos empieza la reunión y te dije que necesitaba que estuvieras aquí — arqueo una ceja sin entender.

— ¿Qué reunión y dónde? No tengo idea de qué hablas — escucho que maldice.

— Demián, al menos cumple tu horario de trabajo, en 15 minutos te necesito aquí, ¡Por Dios! — corta la llamada.

¿Dónde carajos quiere que vaya, si no me lo dijo?

Abro la puerta y salgo bajando las escaleras.

¿Dónde tendré las llaves de mi auto?

¿Tengo auto, verdad? ¡Mierda! Han pasado muchos años desde que tenía, ni siquiera sé qué mierda tengo que hacer para despertar.

¡Ay, maldita sea!

Veo a Mónica sentada en una butaca frente al merendero mirándome ofendida.

Hago un movimiento de cabeza hacia arriba en señal de ¿Qué quiere y por qué me mira así?

— Eres un maldito imbécil, hoy te levantaste como un estúpido y no merezco que me trates así ¿Qué diablos te pasa, Demián? — solo ruedo los ojos porque esto me estresa realmente.

Solo me da estrés verla, o sea... quiero a mi mujer y me pregunto ¿Dónde está?

— Las llaves de mi auto, necesito — Mónica resopla y camina hasta una mesita, toma unas llaves y me las tira, a lo que las agarro en el aire.

— Si por auto te refieres a tu motocicleta, ahí tienes — se gira enojada aún.

Si supiera que no me interesa en absoluto su persona, aunque creo que se lo demostré con mis recientes acciones.

Vamos ¡Ya despierta, idiota!

Pienso internamente al ver que esto no acaba.

Salgo afuera y está mi moto, frunzo el ceño confundido. ¿En qué se basa mi cerebro para hacer estos sueños? Porque yo cuando tenía 26 años no usaba moto, a decir verdad después de que Penny se fue hasta que tuve unos 23 casi 24 años solo la usé y dedicí cambiar por un auto, no lo sé, no me sentía ya con ganas de usar mi moto.

Supongo que como es un sueño, está todo mal.

Voy a subir a la moto y recuerdo que no sé a dónde tengo que ir.

Entro a la casa de nuevo.

— ¿Sabes por qué mi papá me quiere con él para una reunión de trabajo?

— En serio, no sé qué te sucede y me asustas, trabajas con tu papá en Gales y Asoc. ¡Vuelve a la tierra, por favor! — Esto es gracioso, de verdad que lo es.

— En Gales... — repito aún más divertido.

— ¡Ash! Ya no te soporto — camina subiendo las escaleras.

Lanzo una pequeña risa entre divertido y sorprendido.

No me jodas ¿Yo trabajando con el viejo en Gales? ¡Es tan tonto!

En fin, vamos a ver de qué se trata todo esto.

Llego a Gales muy rápido, de todos modos si es un sueño, quizás si me estrello por ahí logre despertar, pero no sucedió, desgraciadamente soy muy bueno conduciendo.

Entro a Gales y en la recepción una chica me sonríe demasiado. Soy encantador y no por mi caracter, pero no para que me sonría así.

— Vengo a ver a Ignacio De La Marquesina — digo sin más.

— Demi... — ¿Qué? Ella se ruboriza.

No me jodas, qué puto chiste es este.

— Demian me llamo, voy a pasar, avísale que llegué — paso de ella pensando que nada, nada me está gustando esto.

Qué cerebro más flashero tengo, loco.

Vamos, bonita, despiertame así sea con una bofetada por imbécil.

Subo hasta la oficina presidencial, ahí es donde seguro encuentro a mamá o al viejo.

Golpeo esperando respuesta.

—¡Adelante! — abro la puerta y mi papá respira aliviado. — Qué bueno que llegaste, los inversionistas llegan en breve y necesito que me digas...

— Para, viejo, bancame un toque porque... — esto me está comenzando a molestar.

Sentirme tan perdido, sin saber absolutamente nada.

— ¿Qué pasa, Demián? — Comienzo a sentirme mal, mi pulso se acelera y no puedo respirar bien.

— Quiero irme, necesito irme, quiero volver.

— Sentate hijo ¿Qué te pasa? — me siento con su ayuda y me mira preocupado.

— Esto está mal, todo está mal, ¿Dónde está mi vida? ¡Esta no es mi vida! ¿DÓNDE CARAJOS ESTÁ MI MUJER?.

— Monica debe estar en...

— Esa loca, ¡No! Mi mujer, quiero despertar de este sueño de mierda ¡Loco! No sé ni qué tengo que hacer ¿Sabes por qué? — estoy muy alterado.

Escucho la puerta abrirse pero no me volteo a ver quién es, solo sigo pensando que nada de esto está bien.

— Tranquilízate, no sé de qué hablas.

— Que me desperté y nada está como debería ser, Monica, este trabajo, yo nada de esto lo viví, no entiendo qué pasa ¡QUIERO A MI MUJER Y MI MALDITA VIDA! — mi papá se ve preocupado.

— ¿Demián, vos estas bien? Tomaste o consumiste.

— ¡Demián! — me giro totalmente alterado y veo a Martín; mi padrino. — Creo que Demián está confundido, mejor... — se acerca apretándome de los hombros — Te van a mandar al psiquiátrico, cálmate — Martín mira a mi viejo — Yo lo llevo por un café, ¡Vamos, Ignacio, cómo si no pudieras atender a los inversionistas solo! — le guiña un ojo.

— Manteneme al tanto, está raro y...

— Tranquilo, que yo lo devuelvo en si — me arrastra fuera de la oficina.

— No estoy loco, me desperté con esa loca de Mónica en mi cama, ¿Donde está Penny, eh? Esto no tiene sentido, si es un puto sueño, a ver si me despierto ya, porque me estoy empezando a desesperar. — Martín me arrastra hasta una esquina.

— Demián ¿De qué hablas? ¿Penny? ¿Hablas de Penélope?

— ¿No es obvio? — me mira extrañado.

— No es posible, Demián ¿Solo te despertaste y todo estaba distinto?

— Eso estoy diciendo, pienso que es una pesadilla, pero nada me despierta, todo es distinto, yo no trabajo acá, yo trabajo en una escuela de musica y...

— Oh no, necesito que estés tranquilo y... no puedo creer que te esté pasando esto a ti también — arqueo una ceja confundido. — Vamos a tomar algo y te explico, pero deja de actuar como loco que te van a mandar al psiquiátrico — no digo nada, por una simple razón, confío en Martin, siempre lo he hecho, lo considero una persona muy inteligente que en momentos de crisis maneja muy bien las cosas, a diferencia de mí.

.........

¿Realidad alternativa o paralela?

— ¿Qué? — vuelvo a repetir por 3ra vez y Martín resopla cansado.

— Esto es algo que supongo, Demián, algo que yo... bueno es extraño, pero... verás cuando yo era joven, unos 30 años me pasó algo parecido, me desperte en una vida diferente pero yo era soltero y...

— ¿Y qué? No entiendo nada y de verdad que esto empieza a desesperarme.

— Yo lo tomé como una señal, en ese sueño o viaje astral — arqueo una ceja — No me mires así, ni yo sé lo que sucedió pero sé que conocí a la mujer de mi vida, yo lo tomé como una especie de aprendizaje, cómo si ese raro viaje a otra realidad me mostró el camino en que debía seguir — frunzo el ceño.

— Pero yo ya sé el puto camino, ya sé a quién amo, ya tenemos una familia, hijos, 30 años de amor — Martín se ve confuso.

— Espera Demián, ¿Cómo 30 años de amor? Tenés 26..

— No, yo tengo 52 años, tengo 6 hijos, bueno tres pero no importa yo me entiendo, estoy casado hace 20 años, ¡Vamos, por favor! Esto es algo inaudito, quiero ver a Penny, quiero despertar — ahora él se ve como si no entendiera nada.

— Esto es muy distinto, muy distinto, pero sigo pensando que es con la misma finalidad — ruedo los ojos.

— ¿Aprender a qué? Dale, esto no tiene sentido.

— Es creer o reventar, yo conocí a alguien en mi sueño y cuando desperté esa persona existía, imagínate que estaba igual de escéptico que tú pero decidí creer, porque los hechos me lo demostraron — trato de pensar.

Una realidad paralela donde algo hice demasiado mal como para no estar con mi bonita.

¡Uff!

— Entonces yo ahora tengo que buscar a Penny, sí, definitivamente esa es mi misión, mostrar que ella es mía en todas las malditas realidades.

– Yo no sé qué decir, pensé que Penélope y tú ni se hablaban — me carcajeo porque eso es estúpido.

Pienso que si yo tengo 26 años, ella puede seguir aún en Francia.

— Ella está en Francia ¿No? — Martín asiente. – Interesante, al parecer soy bien imbécil, el estúpido de esta realidad no la esperó, ¡Idiota!

— Entonces, Penny y tú se casaron.. — asiento con una sonrisa.

— Eso era obvio, ella no se resistió a mí, ahora solo debo hacer que me choque...

— Woow, espera un momento Demián, ¿Estás loco?

— ¿Qué día es hoy? Fecha necesito — Martín mira su teléfono.

— Miêrda, tengo que ir por Milo.

— Espera un momento ¿Milo? No tiene sentido — él rueda los ojos.

— Lo sé, Dante y Cali son unos precoces y... no me quejo, mi nieto es precioso, aunque podrían haberse esperado un poco.

— No, o sea... esto está todo mal, Milo nace cuando Cali tiene como 25 años y ella ahora...

— Uy no, Demián entendé que todo es diferente.

— ¿Y Francis?

— ¿Quien es Francis? — suspiro porque tal parece todo fue distinto.

Pero no tiene sentido, Milo es un año y medio más joven que Siena. ¿Por qué nació antes?

—Demián, debo irme, es la graduación de Cali y prometí cuidar a Milo porque Dante quiere hacerle una sorpresa — asiento perdido en mis pensamientos.

– Espera ¿Quién más tiene hijos?

— Emmm, Lilian tiene Gemelos; Lizandro y Danilo, Sam y Tomi tienes tres niñas; Lia, Elizabeth, Helen. — niego confundido.

— No tiene sentido, todos tienen hijos y... Hoy es la graduación de Cali ¿A que hora empieza? — su mirada entre confuso y preocupado me pone nervioso.

— En dos horas empieza, pero..

— Gracias, ahora tengo todo muy claro solo debo demostrar que ella es mi mujer es todas las malditas realidades, será fácil, ella siempre fue mía — digo marchándome.

Solo... solo debo cumplir eso para despertar de una vez.

Tranquila bonita, que ya estoy aquí.