Mi Jefe Esta Paralitico: Segundo Libro

Han pasado tres meses desde que volvimos de aquel mágico crucero, el amor es evidente en toda la casa, nos sentimos alegres y felices. Todos los jueves nos juntamos en mi casa para cenar. —Como siempre estás veladas de los jueves son increíble— Dijo Alfonso mientras llevaba un bocado de carne a su boca. —Nos encanta que cada jueves nos acompañen— Le respondí con una gran sonrisa. —Mamá mi tío Alfonso le gusta comer mucho— Dijo Cristian mi hijo quien ya tenia casi siete años de edad, todos nos reíamos de sus ocurrencias, él es muy inteligente. —Igual que a todos mi amor— Le respondí muy tiernamente. —Hagamos un brindis por un jueves más en familia; porque en unos meses Mi esposa y yo tendremos otro hijo varón— Dijo Peter mientras levantaba su copa de vino. —Un varón? Tendrán otro varón?— Preguntó mi hermana Lucí. —¡Así es! Cristian tendrá un hermanito, Peter y yo estamos muy felices— Le respondí con una enorme sonrisa mientras pasaba mi mano sobre mi vientre. —Felicidades! Un niño siempre es bienvenido, la verdad es que Lucí y yo queríamos una niña para peinarla— Dijo la abuela de Peter muy sonriente. —Pues Peter y yo estamos muy felices aunque sea otro varón— Le respondí mientras tocaba la mano de Peter. —¡Así es! Me siento muy feliz por nuestra familia— Respondió Peter . —Papá que bueno que tendré un hermanito, lo cuidaré bien y le enseñaré a jugar fútbol— Dijo Cristian muy emocionado. —Yo los felicito, los niños son una bendición, así que brindemos— Dijo Lourdes mientras subía su copa de vino. —Salud— Dijimos todos a excepción de Cristian. —Hablando de niños debemos de irnos a casa, los niños están con una niñera que contratamos por esta noche, además debemos de terminar de instalarnos nuevamente en esta grandiosa ciudad— Dijo Alfonso luego de que brindamos. Después de pocos minutos despedimos a Lourdes y Alfonso, y luego fuimos a llevar a Cristian para que descansara. —Papá, mamá buenas noches, los quiero mucho— Dijo Cristian mientras se acostaba en su cama de superhéroe. —Mi niño descansa, mañana debes levantarte para ir al colegio— Le respondió Peter mientras lo arropaba. —Si papá, mañana estaré listo temprano— Respondió Cristian. —Mi niño, descansa! Nosotros también te queremos— Le respondí mientras le daba un cálido beso en su frente. Después de darle las buenas noches a nuestro hijo Peter y yo fuimos a nuestra habitación. —Hoy fue un día agotador— Le dije a Peter mientras quitaba mis zapatos sentada en la cama. —¡Así es! Pero lo mejor de nuestros días agotadores es que nos encontramos juntos y que tus besos, tus abrazos son mi descanso— Dijo Peter mientras me echaba hacia atrás en la cama y se ponía sobre mí besándome, él entraba su mano por mi blusa para llegar a mis pechos. Las noches eran extraordinarias entre Peter y yo, todos los días nos reencontrábamos, nos uníamos más. Después de hacer el amor, tomamos una ducha y luego a fuimos a la cama a descansar. —Amor mañana entrará una nueva colaboradora para trabajar en nuevos proyectos que tenemos preparados, ya sabes que ahora la empresa va bien y trabajaremos Muchos proyectos importantes de edificios— Dijo Peter mientras pasaba su mano por mi vientre. —Que bueno amor, me encantaría apoyarte pero ya sabes que con este embarazo me dan muchos mareos y no te seré útil allá— Le respondí. —No te preocupes amada mía, me encanta que estés en la casa, me hace feliz— Me dijo Peter mientras me daba muchos besos de satisfacción. —Si pero sabes que me gusta ser tu secretaria, me gusta que seas mi jefe en esa oficina… Hacer cosas prohibidas de Jefe a secretaria— Le dije mientras besaba su cuello. —Esa palabras me hacen desear que regreses a la oficina pero no me vas a convencer— Dijo Peter mientras me daba un beso y apagaba las luces. —Hora de dormir— Le dije riendo. Al día siguiente desperté muy temprano para prepararle desayuno a Peter antes de irse a su trabajo. —Buenos días amor— Dijo Peter mientras me daba un beso y tomaba asiento. —Buen día amor, ya Cristian viene a desayunar también, recuerda que hoy sale más temprano del colegio— Le dije mientras tomaba asiento. —Buenos días papá— Dijo Cristian mientras fue corriendo a abrazar a su padre. —Buenos días Hijo, siéntate a desayunar para que nos vayamos— Le respondió Peter. Después de desayunar Peter y Cristian se fueron y me quedé en casa con Elizabeth y Lucí. En la empresa de Peter. —Buenos días Peter— Dijo Alfonso tan pronto entró a la oficina. —Buenos días amigo mío— Respondió el mientras firmaba unos papeles. —Peter te presento a la nueva arquitecta que tendremos instalada aquí— Dijo Alfonso provocando que Peter levantara la mirada rápidamente y se pusiera de pies. —Puede caminar?— Preguntó la arquitecta. —No cree que es muy indiscreta para empezar Señorita?— Le dijo Peter mientras extendía su mano para saludarla. —Si señor, disculpe mi nombre es Teresa Moore—Dijo ella al extender su mano para responderle el saludo. —Mi nombre es Peter Smith, un gusto conocerla señorita Moore, pueden tomar asiento por favor — Respondió Peter mientras tomaba asiento. —Peter el contrato ya ha sido firmado por Teresa por un plazo de un año con posibilidad de ser renovado tal como lo pediste— Dijo Alfonso. —Está Perfecto, yo mismo le mostraré su oficina, así que vuelve a tu trabajo Alfonso— Dijo Peter mientras se ponía sobre sus pies. —Perfecto, Teresa estás en buenas manos— respondió Alfonso mientras se iba. —Gracias lo se— Dijo Teresa en voz baja. —Sígame Señorita— Dijo Peter mientras abría la puerta de la prima para salir. Peter le dio un pequeño recorrido por la empresa a la nueva arquitecta hasta llegar a la que sería su oficina. —Señorita esta será su oficina por el momento— Dijo Peter. —Por favor llámeme Teresa— Dijo ella con una sonrisa seductora. —Por supuesto que lo haré, hoy a penas es su primer día, las cosas se irán acomodando, la dejo para que se instale— le dijo Peter mientras salía de la oficina. Teresa se quedó viendo cómo el se alejaba de su oficina de cristal, tomó su celular e hizo una llamada. —Alexis ya estoy en la empresa— Dijo con quien hablaba. —Y te reconoció?— Preguntó esa voz de hombre. —No, ni siquiera sabe que soy yo pero llagado su momento lo sabrá— Le respondió antes de colgar el celular sin esperar respuesta. Después de esa llamada tomó asiento en su silla de escritorio, ella simplemente se sentía ganadora en su primer día de trabajo.